“Queríamos saber si vamos a tener un trato político diferencial para resolver problemas de gestión”. Un gobernador radical resumió así el espíritu que tuvo el cónclave entre los mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. “En concreto no se resolvió nada”, se lamentó.
El ministro coordinador recibió hoy, durante dos horas y media, a nueve de los diez gobernadores cambiemitas en la Casa Rosada. El cónclave había sido pedido por los mandatarios provinciales de Pro y de la UCR luego del Pacto de Mayo. Querían saber de primera mano qué respuestas recibirán del gobierno nacional tras el apoyo político que ellos exhibieron en los primeros meses de mandato de Javier Milei.
A la salida, todos los gobernadores se fueron raudos. Si bien el encuentro fue en buenos términos -coincidieron varios de los presentes- los representantes de las provincias sintieron que no obtuvieron soluciones concretas a sus pedidos, sino únicamente gestos de buena voluntad.
En Balcarce 50, los gobernadores pusieron sobre la mesa una batería de temas pendientes. Entre otros asuntos, sobresalieron reclamos por la obra pública y el reproche por el financiamiento para las cajas previsionales de las provincias no transferidas a Nación.
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