El abogado rojense Miguel Piedecasas no necesita presentación. más allá de eso, y para entrar en clima, se detallarán algunos datos para luego llegar a las preguntas. Si bien nació en Junín, paso gran parte de su infancia en el pueblo donde nació el escritor argentino Ernesto Sabato. El ex presidente del Consejo de la Magistratura, estudió en Santa Fe, por lo que desde joven realizó una vida laboral nómade, ya que tiene estudios jurídicos radicados en diferentes ciudades de la Región y más allá.
El letrado escribió más de veinte libros y participó de diversas instituciones y colegiaciones. Dio clases en varias universidades nacionales y brinda charlas en todo el país y el exterior. Su vida está empapada de Derecho y en cada frase reafirma su pasión a lo que le ha dedicado toda una vida, empezando bien desde abajo y llegando a ocupar uno de los lugares más preciados para un profesional del derecho.
Proveniente de la fusión de dos familias, Piedecasas y Greco, de sangre juninense, es allí donde nació el 17 de febrero de 1964. No obstante, siendo muy chico, su familia se radicó en Rojas donde hizo su escolaridad.
Al terminar el secundario, se fue a Santa Fe para seguir la carrera de Derecho. Allí residió en la Casa del Obrero Estudiante y se recibió de abogado a los 21 años. Y a poco de haber empezado a ejercer la profesión, abrió estudios en Santa Fe, Rojas y Junín, y más adelante uno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otras.
De esta manera, se fue repartiendo entre estos distritos, pare desarrollarse profesionalmente. Si bien es profesor universitario de Derecho Comercial, es especialista en Derecho de Daños, rama por la que sintió una atracción a partir de su trabajo con el doctor Jorge Mosset Iturraspe, un “maestro” de esta materia.
En diálogo con Diario Núcleo, el letrado abordó diferentes temas de actualidad como la ampliación de jueces en la Corte Suprema, la inconstitucionalidad y el posible desequilibrio en el Consejo de la Magistratura, la Escuela Judicial, los problemas estructurales de Argentina y también de la Unión Cívica Radical.
-Tal vez sin darse cuenta se convirtió en un pionero del trabajo a distancia y el home office…
-(risas) He tenido la suerte de recorrer varias veces distintas partes del país por mi trabajo y también por la actividad académica. Desde un primer momento había una idea que la aprendí de una organización empresarial muy grande, donde me enseñaron a que la información se mueva, sin el desplazamiento físico de la persona. Eso es fundamental, porque lo que se mueve es el dato.
-Obviamente que con la pandemia nos acostumbramos a comunicarnos por distintos entornos digitales. Y lo que hoy circula es sin papeles y sin desplazamiento físico de las personas. Actualmente se mueve el dato y la información, pero en mis inicios, hace 37 años cuando empecé ejercer la abogacía, el desplazamiento era totalmente físico.
-Hablando de sus orígenes, usted nació en Junín, pero vivió mucho tiempo en Rojas, en Santa Fe y en otros lugares como lo ha indicado. ¿Se considera rojense, juninense o santafesino?
-Soy de los tres lugares. Mi familia de origen es de Junín. Luego mis padres se trasladaron a Rojas, en donde viví hasta terminar el secundario. Después me fui a estudiar a Santa Fe, pero apenas me recibí abrimos oficinas en Rojas y en Junín. Si bien mi familia quedó radicada en Rojas, yo lo hice fundamentalmente en Santa Fe. Con el tiempo comencé a viajar en alguna parte de la semana a Buenos Aires; pero soy las tres ciudades.
- En cada lugar tengo un grado de pertenencia. Junín es mi lugar de nacimiento, pero también tengo a mi familia de origen. En Rojas tengo a todos mis amigos y amigas que hice durante mi crianza, en primaria y secundaria; también allí tengo mis primeros trabajos. Ya después, apenas me recibí, abrí las oficinas en cada lugar y así seguí transitando por esos lugares toda mi vida.
-Volviendo a la actualidad. El oficialismo promovió una ampliación en el número de jueces en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ¿qué opinión tiene al respecto? ¿lo considera necesario?
- Estoy en contra de este proyecto que pretende tener 25 miembros. No lo considero compatible con el diseño jurídico constitucional e institucional de la Constitución Nacional. Lo que hay que hacer es completar la Corte con una ministra mujer, respetar la autonomía y la independencia de la Corte y el Poder Judicial para que funcionen adecuadamente, y no pretender modificarla cada vez qué tenemos un pronunciamiento adverso a nuestros intereses.
Hay que volver a la base institucional con una Corte bien sólida y prestigiosa, tratando de respetar la equivalencia de género y donde todos los ciudadanos de la República Argentina, individual y colectivamente, encontremos en la Corte Suprema como cabeza del Poder Judicial, la garantía última de cualquier conflicto o disputa de intereses de derechos, tanto los particulares, como desde el Estado o las empresas. Hay que volver a trabajar por la credibilidad, el volumen y la importancia del máximo tribunal del país.
- Ante el fallo de la Corte Suprema que declaró la inconstitucionalidad de la ley del Consejo de la Magistratura, se abrió la discusión sobre una nueva ley que corrija esa inconstitucionalidad. ¿Qué observación hace respecto de los proyectos del oficialismo y la oposición?
-Estoy de acuerdo con el fallo, el consejo ya está funcionando con los 20 Miembros. Todavía hay algunos cuestionamientos judiciales respecto a algunas designaciones amañadas, como la que ocurrió en el ámbito del Senado. Hay que seguir trabajando por un proyecto de ley del Consejo de la Magistratura moderno, que recoja la experiencia de los 22 años que llevamos en el Consejo.
-Tenemos que recoger lo bueno que ha dejado la experiencia y plasmarlo en una ley base para proyectar otras reformas. Necesitamos una ley nueva, completa y adecuada. Es necesario incorporar otras cuestiones como la perspectiva de género, los sistemas de control de gestión del Poder Judicial, para garantizar que funcione correctamente. También tener en cuenta los procesos de selección de magistradas y magistrados, para que sean lo más transparente y eficientes posibles, y tener la garantía de que se respeten aquellas ternas y, dentro de ellas, a los que tuvieron mejor desempeño para cuando pasemos a la etapa de la designación por parte de la Presidencia de la Nación.
-Necesitamos trabajar en una nueva ley que consagre un sistema de capacitación profesional permanente de excelencia para los aspirantes a la Magistratura, pero también para los magistrados, para que reciban desde el Consejo de la Magistratura un esquema de formación y capacitación que vaya dotando de todo el contenido de Justicia a sus sentencias, y no que nos quedemos con concepciones anacrónicas o conformaciones que no se corresponden con la época.
- El acceso a la información pública es otro aspecto que se debe regular. También hay que hacer hincapié, fundamentalmente, en la modernización Poder Judicial Nacional y Federal, a través de la implementación de todos los esquemas de entornos virtuales y herramientas para pensar en la implementación, en el ámbito de la Justicia, de la inteligencia artificial.
- ¿Se está logrando avanzar en lo que plantea?
- Estamos lejos pero no significa que no se haya hecho nada. Transitamos un proceso de transformación, que es una sucesión de actos y procedimientos que tienen altibajos, pero no se puede discutir que se ha trabajado. Pasamos del papel al ámbito digital, de la notificación personal a través del oficial de justicia a la notificación electrónica y de la transferencia física de dinero a la electrónica. Hemos avanzado notablemente, pero la sociedad reclama cuestiones porque veía que el Poder Judicial Nacional y Federal no termina dándole satisfacción a esos reclamos, porque se necesitan invertir en recursos tecnológicos y en una nueva concepción de lo que es el Proceso Judicial.
- Uno de los puntos en discusión, es si el Presidente del Consejo de la Magistratura tiene que ser el presidente de la Corte Suprema, como dice el art 10 de la ley de 24937…
-Me parece correcto. He sido presidente del Consejo de la Magistratura y digo que nosotros tenemos que entender qué la Corte Suprema es la cabeza del Poder Judicial Nacional y Federal; y el Consejo de la Magistratura es un órgano permanente de ese Poder Judicial y, por lo tanto, es absolutamente lógico y constitucionalmente sustentable que lo presida el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
-Tras su paso por el Consejo de la Magistratura, ¿cuál es la principal modificación estructural propiciaría para su mejor funcionamiento?
-El fallo ha corregido la conformación actual y me parece adecuada la presidencia del presidente de la Corte. Mejoraría sustancialmente los procesos de selección y acusación, porque hay que cargarle mayores facultades, o establecer una ley que las otorgue para que tienen las comisiones de Disciplina y Acusación puedan investigar la conducta y el desempeño de los magistrados.
-Haría hincapié en los procesos de Control de Gestión en un sistema de capacitación y formación profesional y de excelencia, de carácter permanente, para las aspirantes y para los magistrados en ejercicio. Implementaría un Sistema de Auditoría sobre el Consejo y sobre el manejo de los fondos del Poder Judicial Nacional y Federal, a través de la Auditoría General de la Nación. También trataría de producir, a través de un basamento legal, la revolución tecnológica del poder Judicial Nacional y Federal, este es uno de los grandes desafíos.
Trataría de suplir una deuda histórica que tenemos con los justiciables y los integrantes del Poder Judicial en relación a la deficiencia que hay en la infraestructura edilicia y en la cantidad de personal y recursos tecnológicos. Hay que hacer una inversión pensando en un proyecto estratégico y no solamente ir cubriendo, a través de soluciones coyunturales, con parches.
-¿Considera que se debería buscar una mayor separación entre el Poder Judicial y el poder político?
- La Constitución Nacional, en su Artículo 38, establece que los partidos políticos son la base de los sistemas democráticos. Hay que dejar que estos órganos funcionen de acuerdo a la naturaleza y a los fines constitucionales para los cuales fueron concebidos. No hay que partidizar o pretender poner al Consejo de la Magistratura en función de un gobierno de turno, ni que este gobierno responda intereses sectoriales políticos partidarios.
-El órgano tiene que funcionar con una composición, que es compleja, para los fines propios, que el constituyente estableció de manera tal, que los principios de autonomía y de independencia, que están consagrados en la Constitución, deben plasmarse en la actividad cotidiana del órgano.
- ¿Se dificulta llevar a cabo esto último en la práctica?
- Es un órgano de composición compleja donde confluyen los estamentos denominados políticos, Senado, la Cámara de Diputados, Poder Ejecutivo, y con los representantes de otro poder como el Judicial y los de la comunidad jurídica, como la abogacía y la Academia.
-Entonces por ahí cuesta que todos identifiquen los objetivos comunes, pero una vez identificados, hay que intentar hacer una gestión con autonomía e Independencia, pero también con profesionalismo y eficiencia; de manera tal, de darle una respuesta a la selección de los jueces, el análisis de la conducta y el desempeño, o del buen manejo de los recursos económicos y financieros. Todas estas cuestiones requieren que el órgano encuentre las pautas de un funcionamiento razonable. De lo contrario, lleva a una parálisis que perjudica notablemente la prestación del servicio de justicia.
- Hace un momento nombró a la Escuela de Formación Judicial, ¿a dónde cree que debería apuntar para generar mayor calidad en la Justicia?
- Es una de las cuestiones que la nueva ley debería regular dándole al Poder Judicial un basamento legal completo y adecuado, observando las experiencias que hay en el mundo. desde mi punto de vista, hay que apuntar a una Escuela Judicial en una idea de sistema interconectado con las universidades nacionales, los colegios y asociaciones de abogados y las asociaciones de magistrados, de manera tal que también tenga un alto grado de legitimización.
- Hay que plantear una estructura muchísimo mayor de la que tiene para que pueda brindar esa capacitación y formación permanente qué señalo en todo momento. Pero para eso se necesita otro concepto de Escuela Judicial, mucho más grande, completo, con mayor estructura y con muchos recursos, para que pueda brindar una formación profesional y de excelencia.
- Pasando al ámbito político. Hace unas semanas se lo vio en La Plata, en donde se realizó la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, ¿a qué se debió su participación?
- Sí. Fui invitado por algunas de las autoridades y asistí con mucho gusto a observar una asamblea partidaria que no tenía el placer de haber conocido. Tuve la oportunidad de observar los discursos y debates políticos en un ámbito abierto, donde hay distintos posicionamientos e ideas y, fundamentalmente, quería escuchar los planteos que hay sobre el diseño político e institucional el futuro de la República Argentina.
- También quería estudiar cómo se enfocan los problemas, qué soluciones se van a proponer y, a su vez, escuchar el debate institucional político en ese ámbito. La verdad es que me resultó muy gratificante y lo viví con mucha alegría, porque me pareció un momento de debate democrático plural, fuerte e intenso, y muy horizontal, donde todas las opiniones tenían el mismo valor.
- ¿Cómo va el partido radical de cara a 2023?
- El radicalismo tiene un desafío importante de conformar una coalición de gobierno que sea una alternativa puesta a consideración de la sociedad. Eso conlleva una responsabilidad muy grande, porque la sociedad, la República y las instituciones viven en un momento muy crítico. Por lo tanto, hay que dar un debate profundo en el interior de todos los partidos políticos, para poner las mejores ideas, los mejores proyectos y las mejores personas, para enfrentar en conjunto, luego de la contienda electoral, todos los problemas estructurales. Hay que estar todos juntos para salir de esta profunda crisis estructural que desde hace años viene soportando el país y la sociedad, y dentro de ella los que peor la pasan son los más vulnerables.
- ¿Ese frente electoral lo tiene que liderar el radicalismo?
- Ese es un debate político institucional que de ninguna manera debe anticiparse. Hay que ocuparse de los problemas estructurales de la sociedad y la República. Y ese es el debate que debe ocupar a todos los partidos políticos para encontrar los objetivos comunes que den una base de estabilidad para proyectar una mejor sociedad y República.
-Recién mencionó varios problemas estructurales que tiene el país, ¿cuál es el que más lo preocupa?
- El que me ha preocupado desde siempre es la pobreza, porque genera desigualdad y deficiencias de posibilidades, y eso crea otros problemas muy grandes; la pobreza es un campo fértil para el crimen organizado.
- En otro orden de cosas me preocupa la situación económica y social de nuestro país, porque las variables condicionan el desarrollo en la sociedad desde lo colectivo y a las personas desde lo individual. Eso nos coloca en una incertidumbre muy alta de cara al futuro.
- También me preocupa el crimen organizado, el narcotráfico, la corrupción vinculada al poder y también la educación, la salud y la seguridad. Estamos viviendo un momento muy crítico y por eso vuelvo a identificar un momento de encuentro que nos brinde la estabilidad para conseguir objetivos comunes básicos, que son poner en orden todas estas cuestiones.
Hay que tener un programa para eradicar la pobreza y brindar condiciones de salud, de educación, de habitación y vestimenta para todas las personas con un piso mínimo. Eso se lo debemos a la sociedad.
- Como todos saben vengo de un hogar muy humilde. He podido transitar las distintas etapas de mi vida con mucho esfuerzo y trabajo, pero otros han quedado en el camino y observó que en el país, la pobreza, las condiciones de vulnerabilidad, la falta de acceso a la salud, a la educación y a la vivienda, son problemas estructurales. Hay que ponerse de acuerdo entre todas las fuerzas políticas para ver cómo salimos adelante.
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