La Escuela Secundaria 5 de Rojas es la más joven de la ciudad, desde su inauguración a la actualidad quedó pendiente un tema por resolver: qué nombre llevará la institución. Es por eso que desde hace unos meses los estudiantes abrieron el debate e invitaron a la comunidad a participar del concurso por el cual se podía votar entre diferentes nombres. El ganador fue el rosarino Roberto Alfredo "El Negro" Fontanarrosa.
Así se llamará la secundaria luego de realizarse el acto de imposición de nombre que se realizará el próximo martes 28 de junio a partir de las 14 horas en la planta funcional de la institución. Desde la institución educativa rojense se avanzó en la elección del nombre durante el ciclo lectivo 2021, en el cual también vivieron el histórico hecho de tener su primera promoción de egresados, detalló Globo Rojo. Los tres primeros nombres más votados fueron elevados, a través de la Jefatura Distrital, al Consejo General de Cultura y Educación, donde se tomó la decisión final.
El proyecto por el cual se estableció el nombre de la escuela se denominó “Un nombre para mi escuela”, el cual cerró la votación el 31 de mayo. Las consideraciones que se tuvieron en cuenta fueron que la persona no podía tener condenas por delitos de lesa humanidad, no podían ser nombres referidos a marcas comerciales o emblemas corporativos, debían evitarse palabras extranjeras y debía haber transcurrido un lapso no menor a 10 años desde su fallecimiento.
Cuáles eran las opciones de nombre
Entre los nombres que se podían votar estaban: Lola Mora, Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa, Rodolfo Walsh, Yente Eugenia Crenovich, Atahualpa Yupanqui, Benito Quinquela Martín, Paula Albarracín, Roberto Fontanarrosa, Antonio Berni, Juanito Luna, Raquel Forner, Jacinto Piedra, René Favaloro, Roberto Sandro y Víctor Oscar Lolo.
Quién fue el negro Fontanarrosa
Roberto Alfredo Fontanarrosa nació en Rosario, en 1944. Durante su infancia vivió en el centro de la ciudad, en un antiguo edificio en Catamarca 1421 esquina con Corrientes. Fue a la escuela primaria Mariano Moreno y comenzó la secundaria en la escuela Industrial (hoy Politécnico).
Su carrera comenzó a finales de los años 1960 como dibujante humorístico en la Revista Boom de Rosario (1968), luego en Zoom y Deporte 70 destacándose rápidamente por su calidad y por la rapidez y seguridad con que ejecutaba sus dibujos. Estas cualidades hicieron que su producción gráfica fuera copiosa. Por el año 1973 dibuja en las revistas Hortensia y Satiricón y en el diario Clarín.
Sus personajes
Entre sus personajes más conocidos están el matón Boogie El Aceitoso y el gaucho Inodoro Pereyra y su perro Mendieta. Sobre la introducción de este último personaje en sus tiras, Fontanarrosa explicó: “Es muy difícil meter un caballo en un cuadrito de historieta, por lo tanto, apareció un perro. Y se llama Mendieta porque me causaban gracia los perros con nombres humanos". Su fama trascendió las fronteras de Argentina. Por ejemplo, Boogie, el aceitoso empezó a publicarse en un diario de Colombia, y luego fue publicado muchos años por el semanario mexicano Proceso.
Su pasión por el fútbol y el Canalla
Se le conocía su gusto por el fútbol, deporte al cual le dedicó varias de sus obras. El cuento 19 de diciembre de 1971 es un clásico de la literatura futbolística argentina. Como buen futbolero siempre mostró su simpatía por el equipo al que seguía desde pequeño, Rosario Central. En 1954 el pequeño Fontanarrosa, con diez años, fue a la cancha por primera vez a ver al club de sus amores que jugaba frente a Tigre. Una de sus citas más conocidas sobre el fútbol es: "Si hubiera que ponerle música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol".
Su amor por la ciudad de Rosario
“Los rosarinos somos creativos, a falta de paisaje Rosario tiene lindas minas y buen fútbol. ¿Qué más puede pretender un intelectual?”, era la respuesta de Fontanarrosa cada vez que le preguntaban por qué vivía en Rosario.
Sus pasatiempos
En los años setenta y ochenta, se lo podía encontrar tomándose un café en sus ratos libres en el bar El Cairo (esquina de calles Santa Fe y Sarmiento), sentado a la metafórica «mesa de los galanes», escenario de muchos de sus mejores cuentos. Desde los años noventa, la mesa se mudó al bar La Sede hasta la reapertura de El Cairo. Fontanarrosa era un verdadero habitué, declarando una vez: “Yo, al cielo, le pondría canchitas de fútbol y un par de bares, porque en el bar estás en tu casa y a la vez estás balconeando la calle".
Últimos años con tripa y corazón
En 2003 se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica, por lo que desde 2006 utilizó frecuentemente una silla de ruedas. Fue expositor en el III Congreso de la Lengua Española que se desarrolló en Rosario (Argentina), el 20 de noviembre de 2004. En el mismo dio la charla titulada «Sobre las malas palabras».
El 18 de enero de 2007 anunció que dejaría de dibujar sus historietas, debido a que había perdido el completo control de su mano derecha a causa de la enfermedad. Sin embargo, aclaró que continuaría escribiendo guiones para sus personajes. Desde entonces, el historietista Crist se encargó de ilustrar sus chistes sueltos, mientras que Óscar Salas hacía lo mismo con sus historietas de Inodoro Pereyra.
Se fue un grande
Fontanarrosa falleció el 19 de julio de 2007, a los 62 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio una hora después de ingresar en un hospital con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda.
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