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Su pasión por el Scalextric los llevó a tener una pista gigante en Pergamino
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Su pasión por el Scalextric los llevó a tener una pista gigante en Pergamino

Desde 2016 funciona sin interrupciones en el Tiro Federal, donde los corredores llegan con sus valijitas llenas de todo lo necesario para disfrutar del hobbie que los apasiona.

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Dentro del local de Pergamino Slot, funciona la única pista gigante de Pergamino, donde cada quince días comienzan a llegar los pilotos que competirán en diferentes categorías. No importa si hace calor o frío. Sólo quieren encontrarse con la adrenalina de correr y presionar el pulsador con la precisión que tiene un cirujano con su bisturí, lo cual es vital en este juego, aunque solo con eso no alcanza.

Para correr se necesita auto propio, un pulsador y mucho entrenamiento, ese es el kit básico. El Slot, tal como se llama el juego, porque Scalextric es la marca, es el arte de acelerar o frenar graduando la fuerza con la que se aprieta el pulsador.

Manuel Sánchez (44), uno de los propietarios de la pista, le explicó a Diario Núcleo que Pergamino Slot surgió luego de competir en otras pistas que, con el paso del tiempo, comenzaron a quedar obsoletas tecnológicamente. Es allí donde compraron en La Rioja la pista que hoy usan en el Tiro Federal.

Desde 2016, funciona sin interrupciones. La pista tiene 44 metros de recorrido con seis vías y contiene un control de carreras de última tecnología. “Está todo automatizado. Marca cuándo se larga, cuándo se corta, tiempos de clasificación y además cuenta las vueltas que hacés por vía haciendo una predicción de la cantidad de vueltas con la que podés terminar”, explicó.

Son hombres de todas las edades que los une una misma pasión. Todos llegan con su valijita. Dentro de ella está lo necesario para poner el auto a punto, como en una carrera en escala real.  Este juego fue un ícono para muchas generaciones y mantenerlo vivo es no perder cierto patrimonio cultural.

Además, es una pasión que se transmite de padres a hijos. Aunque el factor económico es muy importante, porque se trata de un hobbie costoso. “Este mundo lo conocí por mi papá, quien actualmente sigue corriendo. Sucede que pasan las generaciones y los corredores se renuevan, algunos siguen y otros lo abandonan”, detalló.

Como manifestara Sánchez, lo suyo es una tradición familiar. Inclusive, diseña sus propios autos, los chasis y hasta el motor. En otros casos, tal vez por falta de tiempo, los competidores requieren de alguien que haga todo aquello. “También están los que compran sus autos y luego alguien se los mantiene. El Slot es algo que no podés parar”, sintetizó.

Solo se le presta atención a la adrenalina de la carrera. Previamente se prueban los autos para calentar los dedos. Mientras tanto, entre vuelta y vuelta, se habla de diferentes historias de slot, pero también del Turismo Carretera. 

Hay diferentes categorías, algunas son promocionales, lo cual las hace bastante económicas, donde los vehículos son iguales para todos y se trabaja en su puesta a punto. Pero cuando se quiere dar el salto a lo profesional, el costo de los vehículos empieza a jugar un rol clave. Hay autos de 500 o 600 dólares. Y a eso hay que sumarle el valor del pulsador, que pude rondar los 250 dólares.

Además, está el costo de atención en pista, que incluye adaptar el vehículo al circuito lo cual es variable debido al producto antiderrape que se coloca para que el auto se adhiera al piso. Con el cambio de temperatura y humedad, la pista comienza a comportarse de otra manera, por lo cual los corredores deben estar atentos para mantener la performance del auto.

Las carreras promocionales se corren los viernes de por medio. En cambio, las categorías más rápidas se corren cada 50 días aproximadamente (son 5 o 6 fechas al año). En ambos casos, las carrocerías son de TC, ya que es con lo que el grupo se identifica.

Actualmente no hay lugar para quienes quieren ir a correr una carrera para conocer el hobbie. “La captación de gente es muy particular y difícil, porque los de mi generación pretenden enganchar a sus hijos, pero la realidad es que no es para niños porque hay micro mecánica y otras cuestiones. El otro punto de vista es el económico”, reveló.

Pero sí hay lugar para aquellos que quieren ir a ver las carreras. “A primera vista parece que el autito va extremadamente rápido, pero es solo una impresión. Manejarlo y competir en una categoría económica es posible, pero como todo hobbie tiene un costo, pero realmente vale la pena porque es hermoso”, sintetizó.

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