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Marcelo Aldape: "La gente en la calle me grita Mago volvé"
ENTREVISTA EXCLUSIVA

Marcelo Aldape: "La gente en la calle me grita Mago volvé"

Símbolo de Douglas Haig en los 90', fue compañero de Maradona, logró un ascenso a Primera División y fue dirigido por Alfredo Di Stéfano. La historia del ídolo fogonero.

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Marcelo Aldape comenzó  su carrera en las inferiores del Club Loma Negra de Olavarría hasta que a los a los 16 años, por intermedio de La Peña de Boca Juniors de su localidad natal, se probó en La Candela, el famoso predio de inferiores de la institución de la Ribera, y quedó seleccionado en el año 1977. En Boca estuvo tres años y, aunque no llegó a debutar en primera en esa ocasión, pudo cumplir el sueño de muchos futbolistas.

¿Es verdad que en tu primer paso por Boca jugaste con Maradona?

Si, fue en el año 1981. Tuve la oportunidad de compartir con él entrenamientos y otras vivencias típicas de la rutina de un futbolista.

¿Y en esa época cómo era Diego como jugador?

Era un fuera de serie. Ya te dabas cuenta que tenía toda la calidad, la técnica y el estado físico. Era un atleta que tenía una elongación bárbara. El equipo terminaba de practicar y él se quedaba pateando tiros libres, entonces nosotros nos bañábamos rápido para volver a la cancha y ponernos detrás del arco para ver cómo le pegaba a la pelota. ¡Era una maravilla la pegada que tenía! La metía en un ángulo, al travesaño y al palo que quería.

El “Mago” se fue de Boca en 1981 para jugar en Temperley donde logró el ascenso a Primera Divisón en el año 1982. En esta institución jugó tres años y pudo hacerse conocido futbolísticamente a fuerza de juego y goles. A fines de 1985 volvió a Boca y tuvo la oportunidad de ser dirigido por otra leyenda del fútbol argentino y mundial.

Todos sabemos la importancia que tuvo Alfredo Di Stéfano como jugador. ¿Cómo era en su rol de director técnico?

Recuerdo que no cayó bien porque traía una idea desde Europa en la que todo era físico y muy poca técnica. De hecho hizo traer a un preparador desde España. No lo entendíamos y es por eso que el equipo no anduvo y se fue mucho antes de terminar el campeonato.

Finalmente fue en el año 1988 que el director técnico Juan Echecopar decide incorporarlo al plantel de Douglas Haig de Pergamino, marcando el inicio de la leyenda del “Mago” Aldape. “Pocos saben que el apodo de “Mago” surgió en Pergamino. Me lo puso un periodista de Rojas que, por un gol que hice, comenzó a llamarme así y luego lo adoptó la gente de Douglas porque por ahí hacía goles medios insólitos. Hoy todo el mundo me conoce más por “Mago” que por Marcelo y para mí es un orgullo. ¡De hecho hasta mis hijos me llaman así en vez de decirme papá!”

Tus comienzos en Douglas no fueron los mejores. ¿No?

Para nada. Cuando llegué estaba muy mal físicamente y el equipo sufrió el cambio de tres entrenadores. Fue muy difícil porque teníamos que sacar muchos puntos y casi nos fuimos al descenso. Pero en el campeonato 89/90 se armó un buen equipo con Omar Jorge, Cardozo, D’Amore, el ‘Negro’ Rosello y Diego Saúd, con la dirección de Ignomiriello. Con ese equipo tuvimos la suerte de ir casi toda la primera ronda punteros peleando mano a mano con Huracán.

En esa misma temporada Douglas se clasificó al octogonal. En todo Pergamino se soñaba con la posibilidad de ascender a Primera.

Comenzamos la temporada mentalizados en sacar la mayor cantidad de puntos posibles para escapar del descenso y una vez cumplido el objetivo comenzamos a pelear por los primeros puestos. Logramos llegar al octogonal y nos quedamos afuera con Gimnasia y Tiro de Salta que nos ganó de visitante. Estábamos muy bien futbolísticamente pero no teníamos recambio de jugadores y eso se sintió.

¿Cuál es el partido que más recordas con la camiseta de Douglas?

El partido contra Estudiantes de La Plata en la temporada 94/95. Terminamos 1 a 1 y puedo meter un gol. Esa tarde la cancha estaba repleta. El equipo respondía y la gente acompañaba, por eso nos hicimos muy fuertes de local y ganábamos todos los partidos. Era una cancha muy difícil para todos los equipos.

¿Cuál de los muchos goles que hiciste recordás más?

Precisamente el gol que le marqué a Estudiantes lo recuerdo muy bien. También recuerdo otro que le hice a Colón en Santa Fe, me metieron una pelota en profundidad y casi que se me iba y, en vez de sacar el centro como era de esperar, me di media vuelta y le pegué al arco despacito. La pelota entró mansamente porque el arquero había salido a esperar el centro. Los jugadores de Colón se quedaron todos parados porque no podían creerlo. Engañé hasta a mis compañeros en ese gol. Siempre fui de hacer goles medios raros.

La carrera del “Mago” Aldape en Douglas terminó en el año 1996 cerrando una carrera de mucho trabajo, de mucho sacrificio y de mucha magia. Marcelo decidió radicarse en Pergamino junto a su familia y es hasta el día de hoy que los hinchas fogoneros lo siguen saludando por la calle y le muestran su afecto al gran ídolo.

¿Qué significó Douglas Haig en tu carrera “Mago”?

Fue el último club de mi carrera y me permitió mantenerme en lo más alto competitivamente durante muchos años. Le agradezco mucho por abrirme las puertas y traté de entregar todo lo que el club se merecía, dedicándole año a año lo mejor de mi fútbol.
 

 

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