En Argentina hay miles de pueblitos a lo largo y a lo ancho de su territorio. Cada uno de ellos tiene su historia, algunas ocultas y otras que son conocidas por todos gracias al relato de sus lugareños.
La pampa húmeda bonaerense supo tener un gran número de sitios y parajes pintorescos que el paso del tiempo, literalmente, los borró del mapa. Pero otros subsisten tierra adentro del extenso territorio y silenciosamente se defienden del imperdonable correr de las agujas del reloj y sus inevitables secuelas.
El crecimiento de las grandes urbes y la famosa globalización atentaron en muchos casos contra la vida de estos pueblitos, una realidad que se puede ver a simple vista. Pero hay quienes tienen la teoría inversa y más moderna en la que plantean que, muchas personas, cansados de vivir en el ruido de la ciudad, empiezan a elegir pasar el resto de su vida en pequeños pueblos.
Aquí también juega a favor lo que anteriormente se describió como una contra: la globalización. Hoy, con una conexión a internet y no mucho más, se puede trabajar desde cualquier rincón del planeta. Y ese proceso lo aceleró la bendita pandemia, la cual hizo comprender obligadamente a la sociedad, que lo que realmente es importante es la movilidad del dato y no de la persona.
La insólita historia de Villa Manuel Pomar
En ese contexto, muchos pueblos empiezan a ser tentadores a la hora de seleccionar un lugar donde vivir. Y Villa Manuel Pomar, también conocido como Estación El Arbolito, podría ser una de esas alternativas y un buen lugar para habitar. A escasos metros de una ruta nacional, cerca de una cuidad relativamente grande para el interior del país como es Pergamino y, fundamental, con buena conectividad.
Ahora bien, si alguien decidiera vivir en El Arbolito, lo primero que haría es “googlearlo” para saber dónde queda. Y aquí comienza una discusión, porque el pueblo tiene una característica muy especial, ya que insólitamente pertenece a dos municipios: Rojas y Colón.
El acceso a la localidad en cuestión, de unos tres mil metros, se ubica en el kilómetro 261 de la Ruta Nacional 8, a unos escasos 15 kilómetros de Colón y a unos 45 de Rojas (de Pergamino está a 34 kilómetros). El pueblo está compuesto por unas 16 manzanas, de las cuales 4 de ellas, más un puñado de quintas perteneces a Rojas; el resto, son del partido de Colón.
Esta situación puede sonar simpática o llamativa, pero para los vecinos que allí viven, muchas veces es un verdadero dolor de cabeza, donde algo tan simple como pagar una tasa municipal o reclamar por un servicio se trasforma en un problema.
Historias que describen aquello, sobran. Una de ellas, que clarifica la situación, se originó hace varios años cuando un vecino de la localidad había sufrido un hurto en su propiedad. Muy enojado se dirigió el pequeño destacamento policial a realizar la denuncia, pero la respuesta de los uniformados fue: “Su casa pertenece al partido de Rojas, para hacer la denuncia tiene que ir a Carabelas porque este destacamento pertenece a Colón”.
Hay documentos que reflejan que años atrás El Arbolito era un pueblo importante de la zona. Tal es así que contaba con un delegado. Y Carabelas, un pueblo rojense a unos 15 kilómetros, de una población actual de mil habitantes, dependía de la delegación de Villa Manuel Pomar. Hoy esa situación se ha invertido.
204 colonenses y 47 rojenses
En el caso de este pueblo, el tiempo ha hecho que su población decreciera. En 1991 El Arbolito contaba con casi 400 habitantes; diez años después el número se redujo a 280 y en 2010 a tan solo 251 personas.
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010, en la zona rojense residían 47 pobladores, que sumados a los 204 del sector colonense, dan los 251 referidos. Habrá que esperar el resultado del Censo 2022 para saber si la línea de crecimiento sigue hacia abajo o repunta.
De dónde surgió su nombre
El pueblo debe su nombre a Manuel Pomar, un lugareño que cedió sus tierras como punto de partida para la formación de una pequeña población hasta la que llegaron los primeros inmigrantes (españoles, italianos y belgas), que se asentaron allí para formar sus hogares. Casi todos dedicados a tareas rurales.
En 1890 se inauguró el ramal del ferrocarril desde Pergamino a Colón, comenzando los servicios a partir del 1 de diciembre de 1897 contando así la localidad con el ferrocarril y la denominada “Estación El Arbolito”. Y en 1905 el pueblo tuvo el honor de abrir con su primera escuela pública.
Hoy, cuenta con sala de primeros auxilios, un destacamento policial, la Capilla San Isidro Labrador, la Cooperativa Agrícola de El Arbolito, fundada en 1911, y con el Club Social «El Arbolito» fundado en 1925, centro de esparcimiento de jóvenes y adultos.
La vida del pueblo en la actualidad
Actualmente los servicios municipales son prestados por la delegación de la Municipalidad de Colón y los establecimientos educativos pertenecen a ese distrito. En agosto de 2012, el Concejo Deliberante de Colón envió un proyecto a su par de Rojas para conseguir la cesión del pequeño sector rojense, a fin de facilitar el desenvolvimiento habitual de los vecinos, que por algunas gestiones deben dirigirse a Carabelas o directamente a Rojas. Pero la iniciativa fue rechazada por el Concejo Deliberante de Rojas y, aún hoy, los vecinos esperan una resolución y para poder depender únicamente de un municipio.
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*Bibliografia y apoyo: Pueblos y parajes de Rojas, historia y presente - Conocelaprovincia.com.ar
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