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La pobreza, condiciona la campaña de Kicillof, y hay alarmas en el PRO
LA PROVINCIA

La pobreza, condiciona la campaña de Kicillof, y hay alarmas en el PRO

Según el Indec, 45% en el conurbano bonaerense es pobre, en ese contexto el gobernador deberá hacer campaña y buscar su reelección

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Se esperaban malas noticias pero la cifra impactó como una piña en el oficialismo provincial: en el Conurbano bonaerense, la pobreza alcanzó al 45% de sus habitantes; la indigencia, casi al 10%. Eso es más que el promedio nacional, que se ubicó en 39,2% y en 8,1% respectivamente. Son las cifras difundidas por Indec y representan la foto del segundo semestre del año pasado. El golpe es doble: todas las proyecciones dicen que, en lo que va del 2023 y lo que resta para las elecciones generales, el panorama probablemente empeore si la inflación sigue sin domarse.

Es en este contexto desfavorable para cualquier gobierno, que el gobernador Axel Kicillof tendrá que hacer campaña para buscar su reelección, a la que ya se ha lanzado aún sin tener el respaldo explícito de su partido

Cristina y los índices

El panorama social en el GBA es tan complicado que la pregunta surge inevitable en las mesas del peronismo: ¿Se mantendrá aquella fidelidad a Cristina Kirchner en esos hogares que ya ni pueden comer? ¿Cómo llegarles con un mensaje esperanzador a esos 5.750.000 pobres que viven allí, según el Indec, y que están más pobres que antes? El mensaje posible lo viene instalando la Vicepresidenta en sus discursos, con sus invocaciones a “volver” a épocas pasadas que remiten a sus gobiernos y en las que “se vivía mejor”. Despegándose de la actual gestión nacional, como mirándola desde un costado.

Pero, hasta donde se sabe por sus propias palabras, Cristina no estará en las boletas del Frente de Todos y, en todo caso, Axel deberá desplegar él mismo el recurso retórico. En sus recorridas, Kicillof suele escuchar quejas sobre Fernández, admiten a su lado. Su herramienta para aportar un poco de sello propio a la campaña viene siendo y serán las listas de obras públicas que se realizan o realizaron en la Provincia durante su mandato, paradójicamente algunas financiadas por Nación. 

El otro “bajado” reciente, Mauricio Macri, incursionó en la Provincia hace pocos días en un supuesto rol componedor después de avisar que no competirá por la presidencia. El PRO bonaerense transita la misma guerra de nervios que vive el partido a nivel nacional, surcado por la pelea entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la postulación presidencial, que por ahora se dirimiría en las PASO.

Las internas, el dilema

El dilema que atraviesa a los amarillos es realizar o no internas para los cargos provinciales y distritales en la Provincia. Mirando la ferocidad que adquirió el duelo de “arriba”, dicen temer consecuencias políticas adversas si no se administran bien las rivalidades. Despoder en los distritos que gobiernan, por ejemplo. Que son más de 20. 

Los bullrichistas parecen haber tomado nota de que, en el submundo bonaerense, Larreta corre con la ventaja de tener mejor instalado a su candidato a gobernador, Diego Santilli, frente al trío que auspicia en forma oficial la ex ministra de Seguridad: Javier Iguacel, Joaquín De la Torre, Néstor Grindetti. Por eso en las últimas horas cobró fuerza la versión de una alianza posible entre Bullrich y el diputado Cristian Ritondo quien, hasta ahora, venía referenciándose en María Eugenia Vidal.

No sería tan difícil el acercamiento entre los dos popes de la seguridad de la era macrista, a pesar de que hubo desconfianzas mutuas en el pasado compartido como colegas. Voces que entornan a Bullrich no terminan de digerir ciertos códigos del legislador, que se ha ganado detractores dentro de Juntos, pero Patricia entró en una etapa de pragmatismo notable. Todo suma, parece pensar.

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