Con vítores que clamaban “¡Presidente, Presidente!”, la multitud congregada frente a la Casa Rosada aguardó ansiosa la aparición de Javier Milei. Después de llegar a la casa de gobierno desde el Congreso nacional, el líder de La Libertad Avanza salió al balcón para dar su segundo discurso.
Portando la banda presidencial y el bastón, Javier Milei cantó la in troducción de “Panic Show” de La Renga: “Hola a todos, yo soy el león”. En un ferviente llamado de “¡Viva la libertad, carajo!”, el Jefe de Estado se acercó para saludar a la multitud que se había reunido en la plaza, tras haber recibido a las delegaciones internacionales en el Salón Blanco.
Momentos antes había salido su hermana, “el Jefe”, quien se asomó a mirar y saludar brevemente a la gente que la recibía con banderas celestes y blancas. Milei agradeció a la gente por el cariño y el apoyo recibido. “¡Libertad, libertad!”, le respondieron sus simpatizantes.
En sus palabras iniciales, afirmó: “He construido mi carrera sobre la idea de decirles siempre la verdad, siempre les dije la verdad y no me ha sido gratis. Pero prefiero decir una verdad incómoda antes de una mentira confortable”. La gente que lo escuchaba lo alentó: “¡Milei querido, el pueblo está contigo!”
No fueron más de 8 minutos en total, tiempo que le dedicó a enfatizar algunos lineamientos que ya había mencionado en su primer discurso ante la Plaza del Congreso: “Quiero que tengan conciencia, que tengamos claro que vamos a comenzar la reconstrucción argentina luego de 100 años de decadencia”, amplió el nuevo presidente, y agregó que “si bien vamos a tener que soportar períodos complejos, vamos a salir adelante” y sumó esperanzado:
“No hay noche que no haya sido derrotada por el día”. Luego, sentenció: “Los argentinos hemos decretado el fin de la noche populista”. En el umbral se llegaban a ver a Karina Milei y a Fátima Flórez, la primera dama. Pero el discurso lo dio solo.
Desde el balcón, el Jefe de Estado también hizo referencia a las ideas del líder liberal Alberto Benegas Lynch hijo, cuyas palabras son la piedra angular que los dirigentes de La Libertad Avanza adoptan como emblema: “El Liberalismo es el respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad” y destacó que para el éxito son necesarios los mercados libres sin intervención estatal.
Y cerró con un componente espiritual religioso: “Que Dios nos bendiga y las fuerzas del cielo nos guíen en hacer el mejor gobierno de la historia. ¡Viva la libertad, carajo!”.
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