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La chicharrita podría tener los días contados
PANORAMA AGROPECUARIO

La chicharrita podría tener los días contados

Logran secuenciar el genoma de esta plaga que afecta al maíz. Este avance permitirá diseñar estrategias para el control del insecto y el desarrollo de variedades.

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Científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lograron secuenciar el genoma de la chicharrita del maíz. Se trata de un paso importante para diseñar estrategias eficientes para el control del insecto. 

Al mismo tiempo, permitirá desarrollar variedades de maíz más resistentes a las enfermedades transmitidas por el insecto. “Este avance global -es el primero registrado hasta la fecha- se logró a partir de haber detectado que las condiciones de altas temperaturas y abundantes precipitaciones junto con el escalonamiento en las fechas de siembra fueron las principales causas de la rápida reproducción y migración, del norte del país a la zona núcleo de producción, de esta plaga que afecta al maíz”, explicó el INTA a través de un comunicado.

Es un paso importante, pero queda mucho trabajo por delante. Con la información que se logró se podrá lograr el desarrollo de herramientas que eviten un nuevo ataque con daños productivos de la chicharrita.

Esta campaña generó que el maíz no tenga producción récord. La enfermedad provocó una pérdida de 6,5 millones de toneladas. Se pasó de 57 a 50,5 millones de toneladas en un mes.

El trabajo que logró el INTA proporciona información para entender la biología, distribución y evolución del insecto. “Esto ayudará a predecir y mitigar futuros brotes y epidemias.

Además, posibilitará el desarrollo de enfoques más precisos y dirigidos para el control de esta plaga, mediante la reducción en el uso de productos fitosanitarios”, planteó el instituto.

Esta información también es válida para el mejoramiento genético del maíz. El comunicado explicó que se podría comprender aspectos como los genes de inmunidad del insecto, identificar blancos potenciales para el desarrollo de mejores insecticidas, así como genes asociados a su interacción con las plantas infectadas y los agentes patógenos.
Chicharrita del maíz

Para secuenciar el genoma, que es la secuencia total de ADN que posee un organismo en particular, se trabajó en determinar el orden exacto de las bases adenina, citosina, guanina y timina (A, C, G y T) en el ADN. 

El biólogo y coordinador del nodo de secuenciación genómica del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP), Franco Fernández, procesó 20 ejemplares de Dalbulus maidis, chicharrita.

“Para la extracción del ADN del insecto utilizamos técnicas de biología molecular, luego construimos la librería, que es como un primer reservorio de la información genética y sirve para procesar los datos”, explicó Fernández.

También destacó que la secuenciación de bases A, T, C, G se realizó en tiempo real y permitió secuenciar largas cadenas de ADN con precisión y rapidez. “Pudimos tener un primer borrador del ADN en 48 horas, lo que representa un hito científico en tiempo récord”, comentó Fernández.

Tras el ensamblaje del genoma se realizó un análisis bioinformático para identificar genes, regiones reguladoras y otras características genómicas. “Esto puede ayudar a identificar genes asociados con características específicas, como resistencia a insecticidas o adaptaciones a diferentes hábitats”, contó Fernández.

“Todo este trabajo fue posible gracias a que, con el correr de los años, en el CIAP se consolidó el nodo de secuenciación que, en la actualidad, cuenta con dispositivos de última generación y servidores bioinformáticos de alta capacidad y gracias a recursos estratégicos destinados para hacer frente a una emergencia sanitaria sin precedentes”, puntualizó Fernández.

Con este trabajo del INTA se conoció más información de la chicharrita, que es el vector de los patógenos Spiroplasma kunkelii, Maize bushy stunt phytoplasma, Maize rayado fino virus y Maize striate mosaic virus. El próximo paso será diseñar estrategias para el control del insecto y el desarrollo de variedades resistentes.

Se sembró 23% más de trigo en la zona núcleo

El panorama para el trigo en la zona núcleo es por demás de alentador y, con ese horizonte, los productores incrementaron la superficie sembrada en un 23%, lo que significa un fuerte incremento respecto de campañas anteriores.

Es que las condiciones climáticas, con las reservas de humedad necesarias acumuladas en los suelos durante parte del otoño, abren un pronóstico ideal para desarrollar la implantación y también ofrecer un buen pronóstico de rendimientos y rentabilidad del cultivo.

Por eso, los productores que tienen un instinto especial a la hora de determinar qué hacer en cada campaña, apostaron fuerte en esta campaña triguera, esperando que el cereal ya no venga con un pan debajo del brazo, sino con algo más también.

En ese sentido, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ratificó que la superficie de este cultivo volvió a crecer y aumentó un 23%. Además, las lluvias que recibió el norte bonaerense fueron clave y el trigo se consolida como una alternativa que promete rentabilidad. 

De acuerdo con los datos obtenidos, hubo 300.000 hectáreas implantadas en una semana, lo que demuestra la intensidad de las tareas en el campo, aprovechando la situación del clima que acompaña.

Además, los datos reflejan que la zona núcleo sembró el 90% del trigo y producto de las lluvias, en Buenos Aires, la siembra pasó del 30% al 80%. “El mal tiempo del fin de semana largo fue clave para toda la provincia de Buenos Aires. Los mayores montos se registraron en el noreste y sur con valores que han superado los 35 milímetros”, indicó el informe de la Bolsa.

Buen clima y buen ánimo

La BCR indicó que, en la etapa final de la siembra, se impuso el efecto cascada o contagio de forma efectiva entre los productores. “En una siembra en la que fueron claves las lluvias de abril para superar las dificultades de un junio casi sin agua, se aprovecharon al máximo las condiciones ambientales de siembra”, indicó el informe.

También destacó que las siembras en profundidad se realizaron en las semanas cálidas del otoño buscando humedad. El aumento de área se consolida con las posibilidades de cumplir las siembras en el norte de Buenos Aires. 

“En el oeste de Córdoba y sur de Santa Fe, donde se ha terminado la siembra, el aumento de área respecto al año pasado es del 20 al 40%. De esta manera, el trigo durante esta campaña lograría tener un área similar al del ciclo 2022/23”, expresó la Bolsa de Comercio de Rosario.

En Buenos Aires, el avance de ciclos intermedios de la zona de San Pedro y Baradero, ya están sembrados en más del 90%. La siembra de los de ciclo corto comenzó y se espera que finalice pronto. “En el centro sur de Santa Fe y en el sudeste de Córdoba prácticamente se terminó de sembrar el trigo intencionado con una presencia del cereal que se distingue de la pobre siembra del año pasado”, concluyó el documento.

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