La líder de ultraderecha Giorgia Meloni, que se impuso en las elecciones del domingo y aparece como máxima favorita para recibir el encargo presidencial para la formación de un nuevo Gobierno, ya comenzó a preparar su eventual gabinete mientras decide qué rol que les dará a los dos socios de la coalición con la que buscará gobernar Italia los próximos cinco años, Matteo Salvini de la Liga y Silvio Berlusconi de Fuerza Italia.
El partido de Meloni, el neofascista Hermanos de Italia, logró el 26 % de los votos y quedó como la fuerza más votada en todo el país y dentro de la coalición que comparte con la Liga (8,9 %) y Fuerza Italia (8,3 %), con quienes logró la mayoría absoluta de las dos Cámaras de cara a la formación de un nuevo Ejecutivo.
Durante la campaña previa a los comicios, Salvini había pedido participar de la discusión del gabinete en caso de que, como sucedió, la derecha se alzara como primera posibilidad para el próximo Gobierno, aunque Meloni mantuvo desde el inicio la idea de dejar la discusión de los nombres para más adelante.
En ese marco, si bien se inicia ahora un largo proceso que recién llevaría a la jura del nuevo Gobierno hacia fines de octubre, Salvini y Berlusconi ya plantearon qué rol imaginan para el eventual primer Gobierno de derecha conservadora y soberanista de la Italia moderna.
Salvini afirmó durante toda la campaña electoral su intención de regresar al Ministerio del Interior, que ya ocupó entre junio de 2018 y agosto de 2019, en el que desplegó una política antiinmigración que cerró los puertos italianos a personas rescatadas en altamar y que le valió un proceso penal por el que puede ser condenado a hasta 15 años de prisión.
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