Los chilenos rechazaron ampliamente el domingo en un plebiscito la propuesta de nueva Constitución, según los primeros resultados reportados por la autoridad electoral.
Con 23% de las mesas escrutadas, la opción Rechazo se adelantó con 63% de los votos a la alternativa del Apruebo con 37%, de acuerdo a cifras publicadas por el sitio de internet del Servicio Electoral (Servel).
Tras una jornada que arrancó a primeras horas de la mañana, las mesas empezaron a cerrar a las 22 GMT en todo el país, aunque lo habían hecho una hora más temprano en la austral región de Magallanes por diferencia horaria.
Se proyectaba una alta participación en el plebiscito, que tuvo lugar tres años después del estallido social que llevó multitudes a las calles en protestas contra la desigualdad en el entonces estable país sudamericano.
Hace dos años, una aplastante mayoría de casi 80% había dado luz verde a la redacción de una nueva carta magna para reemplazar el texto vigente, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet aunque sometido a sucesivas reformas a lo largo de los años.
El presidente Gabriel Boric, que votó en la mañana en su ciudad natal en el extremo sur de Chile, en Punta Arenas, convocó para el lunes a los partidos políticos para dar continuidad al proceso constitucional.
"En los momentos difíciles que tuvimos como país tomamos como camino, como opción, resolver nuestras diferencias y avanzar en más democracia", dijo el joven mandatario tras sufragar.
Los más de 3.000 centros de votación abrieron sin mayores contratiempos a lo largo del mayor productor global de cobre para recibir a los votantes de un padrón de más de 15 millones de personas habilitadas.
La convocatoria a las urnas fue masiva en una jornada de voto obligatorio según las normas aprobadas para este proceso, ya que en Chile el voto es voluntario.
En jefaturas de la policía se registraron también largas filas de personas que se excusaban de votar por estar lejos de sus centros de votación y evitar ser multados.
¿Apruebo o rechazo?
Polémicas entre los redactores y la radicalidad de algunas propuestas restaron apoyos a la iniciativa a lo largo del proceso constitucional, pese a que el documento final dejó fuera muchos de los temas cuestionados.
Los últimos sondeos publicados habían dado una ventaja a la opción de rechazar el texto.
Sin embargo, expertos subrayaban que la obligatoriedad del voto para este referendo en un país donde la inscripción electoral es automática para todos los mayores de 18 años, complicaba las proyecciones respecto a procesos anteriores.
Independiente del resultado, el proceso constitucional continuaría.
Tras el rechazo, se podría reformar la constitución vigente debido a cambios recientes que rebajaron las mayorías necesarias, aunque Boric sostiene que se debe iniciar otro proceso de redacción para respetar la voluntad popular de que sea una asamblea electa para ese propósito la que escriba otra propuesta.
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