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Cuando Gardel agotó localidades en Pergamino
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Cuando Gardel agotó localidades en Pergamino

La leyenda, el mito del tango se presentó en la ciudad en el año 1921. Cinco años después se cruzaría en plena calle Corrientes con un joven pergaminense llamado Héctor Roberto Chavero, a quien luego el mundo conocería como Atahualpa Yupanqui.

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La figura icónica de la música popular argentina de todos los tiempos tiene el rostro de Carlos Gardel. El lugar de su nacimiento no está bien claro, podría ser Toulouse, Tacuarembó o Argentina, como tampoco se conoce a ciencia cierta cuál fue el año de su llegada al mundo. En lo que sí coinciden algunos historiadores, es en que fue un 11 de diciembre.

El máximo exponente del tango, quien pasó su infancia y adolescencia en casas de inquilinato (también llamados conventillos), logró sobreponerse a la contexto de pobreza que se vivió en la época de la "gran inmigración" y llegó a convertirse en un artista de renombre mundial durante la primera mitad del siglo XX.

No solo tuvo, como se suele decir, la mejor voz del tango sino que también un gran talento compositivo y actoral. Sus discos tuvieron grandes niveles de ventas y sus películas, las cuales estaban asociadas al tango, tuvieron repercusión mundial. Podría decirse que Gardel fue un fenómeno pop en todo el mundo así como lo son los cantantes de hoy en día pero en un mundo sin televisión, Internet ni redes sociales.

Los destinos del "zorzal criollo" y Pergamino se cruzarían más de una vez. Aunque no está ciento por ciento demostrado, se dice que la primera vez que el autor del tango "El día que me quieras" se presentó en la ciudad fue en el año 1913 y el lugar del concierto fue el Teatro Concert, ubicado en Avenida de Mayo y Dr. Alem.

La visita que sí está certificada fue la del año 1921, cuando se presentó en el Teatro Reina Victoria. Según el historiador pergaminense Raúl Villalba, Gardel prefirió esta sala al Teatro Verdi ya que era más grande y podía recibir a más personas.

Gardel actuó como segunda voz del barítono Razzano e interpretaron canciones como "La mañanita" y "Me dejaste". En cada presentación se colocó el cartel de "localidades agotadas" ya que ningún pergaminense se quiso perder estos conciertos.

Antes de cada show, el cantante se paraba en la puerta del teatro para saludar a su público. En su estadía en Pergamino, Gardel se alojó en el Hotel de Roma y también se mostró muy amable con las personas que se acercaban a saludarlo.

El encuentro entre los máximos referentes del tango y el folclore

Cinco años después de su presentación en la ciudad, los destinos del artista y Pergamino se volverían a cruzar. En la calle Corrientes de Buenos Aires, más precisamente en "Los 36 Billares", un joven llamado Héctor Roberto Chavero, a quien luego el mundo conocería como Atahualpa Yupanqui, gastó el poco dinero que tenía en una entrada para ver cantar a Gardel en el año 1926.

“Disfruté enormemente durante casi dos horas. Yo, que nunca fui tanguero, que jamás aprendí a tocar un pedacito de tango, recibí con fuerte emoción la voz de Gardel, su acento, su forma de marcar las palabras, su temperamento, su simpatía desbordante, su calidad de artista nacido para producir, en ese género, la más pura belleza popular. Como decía mi amigo Reguera, engordé de emoción escuchando cantar”, recordó Atahualpa en sus memorias.

Pero el momento más fascinante llegaría después del show. La calle Corrientes fue testigo del histórico encuentro entre los máximos representantes del tango y el folclore argentino. Fue cuando Don Ata se quedó a esperar a Gardel y este apareció entre la gente para saludar a quienes allí se encontraban. 

“Con caras emocionadas y felices. Gardel era como Buenos Aires después de haberse confesado. El alma de la ciudad cabía en él honrosamente. Yo me había quedado sin un centavo. Estaba cansado pero feliz, conmovido, agradecido a la noche. Había ganado la noche. Nada perturbaba mi mundo sensible”, narró el poeta.

La descripción de que se había quedado sin plata fue literal. Esa noche, Héctor Chavero durmió en la Plaza Lavalle y durante la madrugada fue despertado por un oficial y, por infringir la Ley Contra la Vagancia, fue trasladado hacia la comisaría. 

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