noscript
La increíble historia del pergaminense que secuestró un avión de Aerolíneas
HISTORIAS DESTACADAS

La increíble historia del pergaminense que secuestró un avión de Aerolíneas

Corrían los tiempos de "La primavera camporista" cuando Basilio José Mazor decidió tomar el control de un vuelo que tenía como destino Jujuy y desviarlo hacia la isla de Cuba.

Compartir

Eran los últimos días de la presidencia de Héctor Cámpora, el dirigente del PJ a quien el mismísimo Juan Domingo Perón había designado como su candidato en las elecciones del año 1973 debido a que aún se encontraba proscripto.

La jugada política salió tal cual Perón lo había planificado, Cámpora se impuso en el proceso eleccionario por el 49,5% de los votos. Su presidencia duró apenas 49 días, del 25 de mayo al 13 de julio, y pasó a la historia como "La primavera camporista".

Durante su breve gestión, se dedicó a preparar el camino para lo que serían las primeras elecciones sin proscripción y que llevarían a la fórmula Perón-Perón (Juan Domingo PerónIsabel Perón) a la presidencia el 23 de septiembre de 1973 con el 62% de los votos. Comenzando así su tercer y último mandato.

En aquel contexto de exaltación política y social, un pergaminense, Basilio José Mazor, quien se desempeñaba como empleado de la Municipalidad de Pergamino, planeó el secuestro de un avión de Aerolíneas con el objetivo de llegar a Cuba. A continuación, diarionucleo.com narra la historia de cómo el joven de 24 años logró tomar el control de un vuelo de Aerolíneas.

El vuelo interminable

El 4 de julio del año 1973 a las 18:15 horas el avión Comet IV de Aerolíneas despegó de la pista de Aeroparque con destino a la provincia de Jujuy. El Boeing que llevaba a bordo 64 pasajeros y 6 tripulantes, comenzó su travesía hacia la ciudad de Córdoba, su primera parada estipulada antes de llegar a destino.

Según el libro “Los 49 días de Cámpora: Crónica de una primavera rota” del escritor Juan Pablo Csipka, Mazor subió al avión en suelo cordobés y no ocultó su verdadero nombre al momento de registrarse. Apenas unos minutos después de haber despegado la aeronave, el pergaminense se levantó de su asiento y anunció el secuestro del avión. Vestía un gran poncho debajo del cual ocultaba un fusil y dos bandoleras con balas.

El objetivo que perseguía Mazor con el secuestro de la aeronave era exigirle a Aerolíneas Argentinas que entregara 100 mil dólares al Hospital de Niños y otros 100 mil a la Comisión de Lucha Contra el Mal de Rastrojo.

El secuestrador anunció a los pasajeros su intención de llegar hasta Cuba y se presentó como militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) aunque tiempo después la organización desmintió su vinculación. Según los testigos del secuestro, Mazol expresó: "Me vendieron gato por liebre. Yo quería subir a un boeing internacional, de gran escala. Ahora vamos a tener que dar saltos de canguro, de país en país".

El secuestrador sabía que no contaba con combustible suficiente por lo que hizo desviar el vuelo hacia la ciudad de Mendoza pero las autoridades no accedieron a su pedido.

Luego de la negativa, el avión se dirigió hacia el aeropuerto de Santiago de Chile en donde pudo abastecer de combustible a la aeronave a cambio de liberar a 49 pasajeros. Con la obstinación de cumplir sí o sí su cometido, Mazor le informó a la tripulación y a los pasajeros que el próximo destino sería Lima, Perú.

Allí canjeó seis pasajeros a cambio de un piloto que tuviera experiencia en sobrevolar el Caribe. Desde el aeropuerto de Lima, el Boeing emprendió su marcha hacia Panamá, la última escala antes de su anhelada llegada a La Habana.

Finalmente el pergaminense cumplió con su objetivo y luego de la parada técnica de Panamá logró llegar al aeropuerto José Martí. Tras pisar suelo cubano, Mazor quedó detenido y los rehénes fueron atendidos por las autoridades sanitarias y alojados en un hotel del lujo. Luego de haber transcurrido cinco días desde que el vuelo despegara de Buenos Aires, la tripulación y los pasajeros pudieron regresar a Ezeiza el 9 de julio de 1973.

Su vida en la isla

En una entrevista realizada por el periodista rojense Daniel Van der Beken, Basilio José Mazor contó que tras ser liberado el Estado cubano le regaló una casa y le otorgaron una libreta de abastecimiento de alimento y vestimenta. En la isla se desempeñó como entrenador de fútbol durante 13 años.

Logró rearmar su vida y se casó con una mujer con la que tuvo una hija. Al tiempo se separó y volvió a estar en pareja, fruto de esta relación tendría una nueva niña.

En lo referido al secuestro del avión, Mazor le comentó al periodista que no hubo ni un herido pero se mostró arrepentido del hecho. "Tengo el firme convencimiento en la vida que a la injusticia, sea donde fuera, hay que enfrentarla. Pero de algo estoy seguro, no de la manera que yo lo hice", expresó.

Al momento de ejecutar el secuestro del avión, Mazor se vio obligado a dejar a su hijo de 15 meses llamado Basilio. Debido al hecho de que ni su padre ni su madre no estaban a su cargo, estuvo bajo la tutela del Juzgado de Menores de Córdoba.

Fue recién cuando el expresidente Carlos Menem dispuso el indultó a militares y guerrilleros que Basilio pudo conocer personalmente a su progenitor, a los 24 años, la misma edad con la que su padre perpetró el secuestro del Boeing de Aerolíneas.

Comentarios