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Del parque al teléfono inteligente: cómo ha cambiado el gaming en la última década

Los eSports móviles han crecido hasta el punto de reunir a millones de seguidores.

REVOLUCION TECNOLOGICA

Del parque al teléfono inteligente: cómo ha cambiado el gaming en la última década

Es curioso mirar atrás y pensar en aquellos años cuando jugar a algo digital requería, primero, levantarse del sofá.

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Hacía falta salir de casa, tal vez andar hasta el parque o, si tenías suerte, esperar tu momento frente a un monitor en el cibercafé del barrio.

Hoy, ¿dónde ha quedado todo eso? Bueno, casi cualquier trayecto en metro sirve de excusa para jugar. Muchas veces ni hay horarios; basta un momento libre y tu teléfono. Según cifras de Newzoo, se calcula que en 2024 más de 3.000 millones de personas son activas en videojuegos a nivel global, y lo curioso es que casi la mitad lo hace desde el móvil.

Del espacio físico al juego móvil

 

La irrupción del smartphone no solo cambió el acceso: es posible que haya reescrito toda la costumbre de jugar. La experiencia es ahora, bueno, casi sin excepción, móvil: se juega en la fila del banco, en la cama o durante las pausas del día. Cualquier teléfono decente y una conexión bastan; no hace falta gastarse los ahorros en una consola o en una torre potente.

Se han difuminado los perfiles y la cuestión de la edad, o así lo sugieren los datos de Statista: desde 2022, el móvil abarca casi la mitad del mercado de videojuegos, con el 49 %. El giro hacia la inmediatez parece inexorable. Juegos como tragaperras online o los rompecabezas casuales están al alcance de cualquiera con unos pocos megabytes de datos.

Auge explosivo del gaming online

 

La última década ha traído tal crecimiento del gaming online que, bueno, casi todos los grandes títulos giran en torno a comunidades y multijugador. Los eSports móviles han crecido hasta el punto de reunir a millones de seguidores en cada torneo importante: PUBG Mobile, Mobile Legends, por ejemplo, se han convertido en fenómenos globales.

El enfoque de los desarrolladores, desde hace un tiempo, está en funcionalidades sociales, chats internos, clanes, ligas competitivas, lo cual da cierto sentido de pertenencia. Se estima, si se presta atención a lo que dice la empresa Datos y Tecnología, que en 2023 los juegos móviles online sumaron cerca del 56 % de los ingresos de todo el sector mundial, dejando atrás al PC y la consola.

Evolución en formas y modelos de negocio

 

La cuestión económica tampoco se ha quedado quieta. Hace tiempo, la rutina era sencilla: comprar un cartucho, un CD o, más tarde, una descarga. Hoy la cosa se ha vuelto menos cerrada; el modelo free-to-play se instaló con fuerza. Jugar es, en principio, gratis, pero el dinero fluye por otras vías: microtransacciones, skins, pases de batalla y demás tentaciones pequeñas pero frecuentes.

Es probable que ahí resida parte del éxito de títulos gratuitos y sus resultados millonarios. Según lo que publica Sensor Tower, solo en 2023 el móvil representó 90.400 millones de dólares en ingresos, y casi el 78 % de eso provino de compras dentro de la aplicación. El coste de entrada bajo y la flexibilidad de gasto han convertido el teléfono, para muchos, en la consola por defecto. Y todo esto convive con una selección enorme de juegos: de aventuras largas a propuestas mucho más sencillas.

Tecnología, cultura y nuevas experiencias

 

Parte de esta transformación se sostiene en avances técnicos bastante notables. Es cierto que ahora existen móviles diseñados para jugar, algunos con tarjetas gráficas decentes y baterías que duran una barbaridad. Con 5G, la conexión apenas tartamudea y el streaming de juegos ya parece posible desde un simple teléfono. Xbox Cloud Gaming, GeForce Now, todos estos servicios reflejan esa tendencia.

Juegos de realidad aumentada como Pokémon Go rompieron algunas barreras entre lo físico y lo virtual, mientras que los controles bluetooth o los sensores de movimiento suman otra capa de inmersión para quien busca experiencias distintas. Por otro lado, la cultura gamer, ha avanzado tanto que la mayoría de millennials y centennials, según dicen algunas encuestas, se identifican como jugadores, aunque solo dediquen unos minutos aquí y allá en el móvil.

Juego responsable, una tarea conjunta

 

Ahora tanta facilidad también plantea sus dilemas. Eso de que cualquiera acceda en segundos a títulos free-to-play e, incluso, a juegos como las tragaperras online ha hecho que todas estas discusiones sobre responsabilidad en el juego cobren más peso.

Limitar el tiempo frente a la pantalla o educar a las personas sobre hábitos saludables parece una labor compartida entre familias, empresas y, por supuesto, educadores. Aprovechar sistemas de control parental y herramientas de orientación puede resultar clave si se quiere evitar que el avance tecnológico derive en problemas inesperados. Jugar seguirá siendo sobre todo una fuente de disfrute, creatividad y un poco de desconexión del resto.

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