noscript
Conocé la experiencia de viajar en tren a Mendoza
RAMAL SAN MARTÍN

Conocé la experiencia de viajar en tren a Mendoza

La formación parte los viernes, cada 15 días, a las 8 desde Buenos Aires y regresa los domingos a las 12 desde Palmira. “Es una alegría estar nuevamente a bordo”, expresó a Democracia Marcelo Bengoechea, quien este fin de semana volvió a Cuyo sobre rieles.

Compartir

Más de 10 mil personas ya viajaron desde que fue reinaugurado, a inicios de junio, el servicio ferroviario que une Buenos Aires con Mendoza, una ruta por la cual no circulaban trenes de pasajeros desde hacía más de 30 años.

El tren parte los viernes, cada 15 días, a las 8 desde Buenos Aires y regresa los domingos a las 12 desde Palmira.

Era de madrugada en la estación Retiro del ferrocarril San Martín, donde comenzaba a mezclarse el pasajero habitual de los servicios urbanos con aquellos que con valijas se encaminaban a la sala de embarque del tren de larga distancia.

Faltaba poco más de una hora para la partida, pero ya el movimiento era intenso y la cola para abordar el tren se extendía por la vereda, fuera de la sala, preparada especialmente para hacer el trámite rápido para los viajeros.

Todo se hacía de manera ordenada: las azafatas controlaban los boletos y guiaban a los pasajeros a sus ubicaciones asignadas. En la puerta del furgón se aglutinaban aquellos que, con equipaje demasiado voluminoso, depositaban sus bultos.

El tren se fue poblando y a las 8, hora puntual de partida, el guarda hizo sonar su silbato para marcar el comienzo de la travesía de poco más de 29 horas que llevó a los pasajeros a la localidad mendocina de Palmira, ubicada a 40 kilómetros de la capital provincial.

Marcelo Bengoechea, más conocido como el Vasco, es un ferroaficionado oriundo de Mercedes, y conocido en la Región, que cumplió el fin de semana pasado el sueño de viajar a Cuyo a bordo del moderno tren de pasajeros.

Según indicó a Democracia, el viaje lo realizó con integrantes del grupo de Facebook “Tren Buenos Aires Cuyo”. “Fui invitado, ya que saben que yo soy un tipo que ha viajado muchas veces en distintos trenes de la Argentina y del mundo, y más a Mendoza. Tuve la suerte de recorrer prácticamente todos los trenes que había en el país”, dijo el Vasco.

“Me invitaron, y fue una experiencia muy simpática. Por más que yo los trenes los veo pasar diariamente por Mercedes o quincenalmente a este, para mí es una emoción verlo pasar”, expresó.

Y recordó que antiguamente, “el mejor tren, el Libertador, tardaba 12 horas y el que paraba en muchas estaciones tardaba 16”, pero destacó que, a pesar de las 29 horas que tarda en la actualidad, “es una alegría estar nuevamente a bordo”.

“Lo único importante en esta época es que el tren siga. Es un tren tan largo, como de 12 coches, acondicionados desde el primero hasta el último. Entonces eso te da una sensación de confortabilidad. Es jolgorio y alegría en cada estación”, subrayó.

En la formación, en agosto, también viajaron Eva (31 años) con su hijo Cristian (7), su madre Ramona (67) y sus dos sobrinos Ángel (25) y Sol (22), con destino Justo Daract, quienes dijeron que eligieron ese medio de transporte, por primera vez, "por la experiencia de un viaje distinto y para disfrutar todos juntos".

“No pudimos conseguir camarote para todos, así que los sobrinos van en Pullman", contó Eva y agregó: "Viajar los cinco en colectivo se hace imposible. El que más está disfrutando es Cristian".

Un par de compartimentos más allá viajaban Francisco (73) y su esposa Ester (70), quienes tenían como destino Justo Daract, donde viven dos hijos.

"Es la primera vez que vamos en tren -comenta Francisco- y la verdad es que estamos viviendo una experiencia maravillosa. Nos volvemos también en tren".

También fue la primera vez para Luis Gonzalo (36) y su pareja, Paula (31). "Elegimos el tren por la experiencia de viajar y porque es más económico. No nos importa que demore más, estamos disfrutando", dijeron.

Otra de las pasajeras, Candela, de 23 años, indicó: "Voy y vuelvo siempre en tren, es más barato, más cómodo y no hay mucha diferencia hasta Daract con el colectivo".

Cabe destacar que el viaje transcurrió atravesando distintas geografías: atrás quedaban Mercedes, Junín, Alem, y cuando la formación pasó por Vedia ya el horizonte estaba pintado de un fuerte color naranja, en ese bello atardecer que anticipaba la oscuridad de la noche.

El paisaje afuera cambiaba y también adentro. Las horas de habitar un mismo espacio promovían relaciones: la gente se acercaba, conversaba, compartía experiencias, mate y comida.

En tal sentido, Olga destacó que "es la segunda vez que voy en tren a Rufino, por la comodidad, por la atención del personal y también por la economía. Soy jubilada, tengo 65 años y no tendría otra forma de viajar".

"Cuando nosotros éramos chicos, los viajes en tren eran moneda corriente; hoy es casi una excepción. No importa el tiempo que demora, lamentablemente tantos años de desidia nos han dejado esta realidad de vías en malas condiciones", detalló por su parte Mariela.

Su destino era Mendoza y el regreso "lamentablemente lo tenemos que hacer en micro porque este servicio corre solo cada 15 días y tenemos que volver a trabajar", se apenó Eugenio, su pareja.

Geraldine tiene 30 años, viajaba con sus hijos Gerónimo de un año y Joaquín de tres, a Justo Daract. “Viajamos en Primera porque no conseguimos pasajes en Pullman, intentamos comprarlos ni bien salieron a la venta, pero enseguida se agotaron", dijo.

Para la hora de la cena, hubo camaradería y nuevos amigos. El comedor pasó a ser el lugar de reunión ideal, pero en los vagones las escenas se repetían.

A la medianoche, cuando el tren iba atravesando Rufino, Laboulaye y General Levalle, las luces en los vagones se apagaron y el silencio reinó en el ambiente. Es allí cuando todos se acomodaron de la mejor manera para el reparador descanso, pero aún restaba un largo camino por delante para los que iban a Palmira.

El rojo en el cielo se volvía a repetir desde el lado opuesto en el amanecer. La formación se fue alejando de San Luis y adentrándose en Mendoza. En ese tramo, el viaje se hizo lento, no más de 30 kilómetros por hora o incluso menos.

La lentitud del tren, justamente, es coincidentemente el principal reclamo de los viajeros. Más allá de ello, en general coinciden en la satisfacción por la experiencia vivida.

Así es el tren

El Tren 583 (a Mendoza) cuenta con un único coche dormitorio con 10 camarotes. Cada uno, en tanto, tiene comodidades para dos pasajeros.

En cada uno de esos camarotes hay dos camas (una arriba y otra abajo), que también sirven de asiento. El camarero, allí, brinda a los pasajeros ropa blanca con dos almohadas y dos mantas (entregadas por la noche y retiradas por la mañana).Cuenta, además, con una mesa y traba puertas, control de temperatura de aire acondicionado frío/calor y volumen de parlantes.

Además de los camarotes, la formación tiene las categorías de Pullman, Primera y coche comedor, además del coche generador de energía eléctrica.

En cuanto a los valores de los tickets, el pasaje en Camarote para el viaje completo cuesta 25.165 pesos (para dos pasajeros, ya con el descuento de 10% por compra online), mientras que el Pullman cuesta 8380 pesos por pasajero (también con precio promocional). Los pasajes en Primera, en tanto, cuestan 6995 pesos (con el descuento de 10% y por persona).

A Palmira, cada 15 días

A Justo Daract, la formación parte todos los viernes: a las 21.15 los días que no llega a Palmira y a las 8 las jornadas que van hasta Mendoza. 

El retorno es los domingos a las 18.50 cuando sale de Daract y a la 1.40 cuando la formación arriba desde Palmira.

Los pasajes a Daract cuestan 4430 pesos en Primera, 5325 pesos en Pullman y 16.020 pesos en camarote para dos personas.

A Palmira sale un viernes, cada 15 días, a las 8. El retorno es los domingos a las 12, con los valores mencionados.

El servicio que conecta la terminal porteña con la ciudad de Junín cuenta con un tren diario (ida y vuelta), que parte de Retiro a las 18.15; el retorno es a las 0.50. 

El costo entre cabeceras es de 1690 pesos en Primera y $2020 en Pullman.

Costos

El tramo entre Buenos Aires y Palmira tiene un valor de $6995 en Primera, $8380 en Pullman y $25.165 en camarote.

Ampliación del servicio

Con la vuelta del tren de pasajeros a San Luis y Mendoza, la formación que pasa por Junín amplió el servicio a 13 localidades, que recuperaron la conexión a bordo de este transporte económico y popular. 

De hecho, el tren se extendió desde esta ciudad a Leandro N. Alem, Vedia, Alberdi, Iriarte, Rufino, Laboulaye, General Levalle, Vicuña Mackenna, Justo Daract, Beazley, La Paz, Libertador General San Martín y Palmira, atravesando las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza.

Además, desde su partida desde Retiro, los dos servicios que presta el ramal San Martín contemplan las estaciones José C. Paz, Pilar, Mercedes P, Franklin, Rivas, Castilla, Rawson, Chacabuco y O’Higgins, antes de arribar a Junín.

El retorno del tren de pasajeros a Mendoza después de 30 años no es más que la continuidad del servicio que hoy Trenes Argentinos presta hasta la localidad puntana de Justo Daract (San Luis), inaugurado el 22 de julio del año pasado.

Comentarios