En uno de los momentos más inesperados y solemnes del cierre televisivo del año, Mirtha Legrand sorprendió a la audiencia al iniciar su programa con un pedido de disculpas público dirigido a Alejandro Fantino. La escena se dio en los primeros minutos de La noche de Mirtha, cuando la conductora dejó de lado el saludo habitual para leer un comunicado con gesto serio y tono firme.
“Esto es muy serio”, advirtió la diva antes de avanzar con el mensaje. Acto seguido, pidió disculpas “en mi nombre y en el de la producción” al periodista y a su familia por haberse sentido agraviados “en su honor” a raíz de un hecho ocurrido años atrás en el programa. “Espero que este gesto contribuya a dejar atrás este episodio. Muy feliz año y, una vez más, pido disculpas por el comentario fuera de lugar que hice”, concluyó, antes de retomar el formato tradicional de la mesa.
El pedido de perdón remitió de manera directa a uno de los episodios más controvertidos en la historia reciente del ciclo: la visita de Natacha Jaitt en marzo de 2018. Aquella noche, la invitada lanzó graves acusaciones contra periodistas y figuras públicas. Aunque Fantino no fue mencionado explícitamente, las insinuaciones generaron fuertes especulaciones mediáticas y motivaron una defensa pública y judicial por parte del conductor.
Tras aquella emisión, Fantino respondió al aire y describió el impacto personal y profesional que le provocaron los dichos. “Es una mancha venenosa”, afirmó entonces, al explicar que ese tipo de acusaciones trascienden la pantalla y afectan la vida privada. En ese descargo expresó además su profunda desilusión con Mirtha, a quien definió como “un faro del medio” y una figura que admiraba. “Siento una profunda desilusión, señora”, dijo, marcando un quiebre simbólico con la conductora.
Días después del escándalo, Nacho Viale —nieto de Mirtha y productor del ciclo— pidió disculpas públicamente y asumió la responsabilidad por la invitación de Jaitt. Reconoció que la producción no había sabido contener la situación y que la conductora se había visto “avasallada” por los dichos de la invitada. Sin embargo, esas explicaciones no alcanzaron para cerrar el conflicto.
Con el correr del tiempo, Fantino decidió acudir a la Justicia e inició una demanda civil y comercial. Años más tarde se supo que, según consta en la causa, la acusación mediática le habría hecho perder un importante contrato laboral internacional. En distintas entrevistas, el periodista aclaró que su objetivo nunca fue económico, sino la reivindicación de su nombre y su honor. “La plata no me la pienso quedar”, aseguró en 2024, al señalar que el proceso judicial seguía su curso, aunque él ya había tomado distancia emocional del caso.
En ese contexto, el pedido de disculpas de Mirtha adquiere una dimensión distinta. No fue una referencia al pasar ni un gesto ambiguo, sino un mensaje cuidadosamente leído, en un tono formal y con una clara intención reparadora. Hacerlo al aire, al inicio del programa y sin intermediarios, constituyó un hecho poco habitual incluso para una figura acostumbrada a atravesar décadas de polémicas.
La herida, abierta desde hace más de siete años y aún con ramificaciones judiciales, encontró así un gesto simbólico de reparación. Por lo pronto, la disculpa pública de la diva no pasó desapercibida y quedó marcada como uno de los momentos más fuertes y reflexivos del cierre del año en la televisión argentina.
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