noscript
Antonio Gasalla: adiós al artista que retrató el alma argentina
ESPECTÁCULOS

Antonio Gasalla: adiós al artista que retrató el alma argentina

Con personajes como Flora, Yolanda o Bárbara Don’t Worry parodió los vicios de un país al que entretuvo desde los 60. Con él, muere también la comedia tradicional.

Compartir

Antonio Gasalla murió ayer, a los 84, tras varios años de achaques de salud, pero su legado permanecerá en sus personajes en los que logró reflejar el alma argentina, sobre todo, sus vicios.

Célebre actor, humorista, guionista de televisión, dramaturgo, director, productor y profesor de teatro, será recordado por su capacidad para crear figuras memorables y llenas de matices con las que logró trascender el mero entretenimiento para ofrecer un retrato profundo y crítico de la idiosincrasia nacional.

Con creaciones como Mamá Cora, parte del crisol de criaturas desopilantes de “Esperando la carroza”, Gasalla no solo hizo reír a millones de argentinos que se siguen sumando sino que reflejó con maestría la tensión entre generaciones, la invisibilización de los mayores y la hipocresía en los vínculos más cercanos: los familiares.

Desprendida un poco de Mamá Cora, con La Abuela, que tuvo sus momentos de esplendor en los recordados mano a mano con Susana Giménez (ver aparte), Gasalla apeló a la dulzura y picardía para desnudar los prejuicios, las aspiraciones y los conflictos de clase de la sociedad argentina.

Y si con Flora, la empleada pública, el humorista parodiaba con acidez la burocracia de las dependencias estatales; con Bárbara Don’t Worry, apuntaba a un lado conocido: la frivolidad y extravagancia del mundo de la televisión, sobre todo, de los programas para mujeres.

“Antonio era un gran artista y era un observador de la realidad. Todos sus personajes eran críticas a la sociedad”, aseguró ayer Georgina Barbarossa.

Aunque sus principales personajes habitaron la televisión con clásicos ciclos con los que alcanzó la popularidad, y tuvo un paso no tan explorado en el cine, Gasalla fue uno de los grandes exponentes del café concert, junto a figuras como Carlos Perciavalle y Edda Díaz. Después, trasladó su éxito al teatro, y tuvo un coequiper de su talla: el gran Enrique Pinti.

Por sus creaciones, su ingenio y arte, Gasalla se destacó entre los humoristas de su generación. A lo largo de su carrera recibió muchos reconocimientos, entre los que destacan el premio Konex de Platino por Actor de Comedia en 2001, varios Martín Fierro, incluido el Oro, y un Cóndor de Plata.

Antonio Gasalla fue un artista completo y, con su muerte, se “cierra una página del humor en nuestro país”, según consideró ayer Carlos Rottemberg.

Nacido en 1941 en Buenos Aires, había dejado trunca la carrera de Odontología para dedicarse a la actuación.

Formado en el Conservatorio de Arte Dramático de Buenos Aires, dedicó toda su vida al humor.

Su última aparición en un espectáculo se truncó en 2020 cuando debió dejar una obra que presentaba en un teatro de Mar del Plata por dolencias físicas.

Desde entonces, sus entradas y salidas a centros médicos han sido una constante, sumándose a su diagnóstico problemas cognitivos.

En los últimos meses, enfrentó complicaciones adicionales, incluyendo un cuadro severo de neumonía que requirió su internación en el Sanatorio Otamendi. Aunque logró superar esta crisis, su estado general seguía siendo delicado. Según declaraciones de su amigo cercano, el periodista Marcelo Polino, Gasalla ya no reconocía a sus allegados desde hacía más de un año. Estaba internado en un centro de rehabilitación en donde falleció.

Sus restos fueron velados anoche en el Maipo, mítico teatro que ha recibido sus espectáculos desde los años 70, y que ha inspirado a varios nombres de sus shows, como “Gasalla es el Maipo y el Maipo es Gasalla”. En 2008 protagonizó “Maipo siempre Maipo”, por los 100 años del teatro porteño.

Etiquetas
logo
Comentarios