El escándalo Icardi, Wanda, un encuentro fuerte e intervención policial

La escandalosa separación entre Wanda Nara y Mauro Icardi escaló a niveles insospechados, y tuvo que intervenir la Policía, que pidió al futbolista del Galatasaray, en una notificación, que “se abstenga de realizar actos de perturbación o intimidación directa o indirecta respecto a Wanda Nara”.

El documento, donde también se le exige “el reingreso de Wanda Nara a su domicilio en Avda. del Libertador y se lo convoca a una audiencia para el próximo 15 de noviembre a las 10 de la mañana”, llegó como consecuencia de la desobediencia de Icardi de dejar inicialmente el departamento. El jugador llegó el lunes al país, tras romperse los ligamentos, y se alojó en el departamento del que es propietario junto a Wanda, en el barrio porteño de Núñez, mientras ella estaba de viaje en Brasil con su novio, Elián Valenzuela, y con la pequeña hija del cantante, Jamaica.

Esto despertó problemas, claro: al regresar de lasmini vacaciones Wanda fue al departamento y se encontró con Mauro. Discutieron, y ella se fue a Nordelta. Y, al parecer, el miércoles por la tarde notificaron a Icardi de que debía dejar el departamento. A la noche, “llega Wanda con su abogada, la doctora Ana Rosenfeld, al departamento y suben. Estaba todavía Icardi”, según contó Pablo Kablan.

Ana Rosenfeld llamó al 911 e “inmediatamente, los policías que ya habían notificado a Mauro vuelven raudamente al edificio y ahí estaban todos. Estaba el señor Icardi, la señora Nara y la doctora Rosenfeld, además de los chicos”.

“Ninguna de las partes denuncia agresiones. Y el policía revisa rápidamente, mira las personas, no ve ningún tipo de agresión. No ve ningún tipo de agresión, ni tampoco daño, un plato roto, para que se entienda”, aseguran los uniformados en su parte. Icardi se fue, escoltado por la Policía, pero Wanda luego sí apareció una denuncia por violencia de género, radicada por un tercero, por una fuerte discusión entre la mediática y el futbolista.

"Es todo una exageración de Wanda. No ejercí ningún tipo de violencia”, se habría defendido Mauro ante un íntimo en un mensaje que llegó a manos de Matías Vázquez. “Es mi casa y tengo mis derechos”, se quejó Icardi, y dijo que “ella lleva todo a lo mediático y desvirtúa todo a favor de su propósito personal. Me expuso como un idiota ante todo el mundo cuando mostró mi mensaje, y eso también es violencia psicológica”.

Mientras tanto, en Turquía esperan que Icardi “se salve a sí mismo en este conflicto”. Su equipo, Galatasaray, “quiere a Mauro Icardi hasta el final de su carrera profesional”, dijo Özgür Sancar en “Desayuno Americano”, y Mauro quiere llevarse para allá a sus hijas, “no se rinde”, lo cual, claro, traerá nuevos capítulos en esta novelita.