Nuevo brote de sarampión en territorio provincial
El Ministerio de Salud bonaerense reactivó su alerta sanitaria tras la confirmación de casos en viajeros uruguayos, apuntando contra el Gobierno nacional por el retroceso en vigilancia e inoculación.
A menos de tres semanas de haberse dado por cerrado la última alerta sanitaria, el sarampión vuelve a irrumpir en la provincia de Buenos Aires. El Ministerio de Salud bonaerense reactivó los protocolos de vigilancia frente a la sospecha de nuevos casos en un contexto marcado por la fragilidad que dejó el brote previo, iniciado en la Ciudad de Buenos Aires y trasladado luego al territorio provincial.
La reacción del Ministerio de Salud bonaerense se dio luego de que su par nacional informara el lunes la detección de cuatro casos de sarampión en residentes de Uruguay que circularon por provincias argentinas en su regreso desde Bolivia. Fue esa confirmación la que obligó a reactivar los protocolos de alerta apenas días después de haber logrado contener el brote anterior.
“A 15 días de declarar a la región libre de sarampión, logrando cerrar un importante brote gracias a varios meses de arduo trabajo de bloqueo de casos, vacunación, seguimiento domiciliario y campañas exclusivamente provinciales, tenemos una nueva alerta con cuatro casos confirmados en una familia uruguaya que viajó a través de Argentina desde Bolivia”, se lamentó el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak al cuestionar la falta de acompañamiento nacional.
“Nuevamente seremos las jurisdicciones las que nos pondremos al hombro el trabajo de bloqueo de este nuevo brote, mientras lidiamos con un Gobierno que ajusta, no ayuda y quita día a día recursos que son fundamentales para garantizar cuidados. Esto no es joda. Es la salud de miles y miles de personas”, cuestionó el ministro de Salud provincial.
Desde el entorno de la cartera bonaerense apuntan contra la falta de respuesta del Gobierno de Javier Milei ante lo que consideran un retroceso en las tareas de prevención, vigilancia y vacunación. En este sentido señalan que la disminución de recursos afecta la capacidad de evitar la reaparición de enfermedades prevenibles.
En ese clima de tensiones, la Provincia también manifestó su repudio a la jornada antivacunas convocada en el Congreso. Lo mismo ocurrió con las sociedades científicas y organizaciones de salud, quienes advirtieron por su carácter negacionista y por su potencial impacto en la confianza pública en las vacunas.
Y es que Argentina atraviesa un derrumbe histórico en sus tasas de vacunación infantil. En 2024, menos de la mitad de los niños recibió las dosis obligatorias del esquema de los 5-6 años, y un escenario similar se registró entre los preadolescentes de 11 años. La cobertura de la triple viral —fundamental para prevenir el sarampión, la rubéola y las paperas— cayó al 46,7%, muy lejos del 85% recomendado por la OPS para garantizar protección a la comunidad.
La tendencia se replica en otras inmunizaciones esenciales. El refuerzo contra la poliomielitis, que durante una década nunca bajó del 84%, se desplomó al 47,6% en 2024, un mínimo histórico que reabre la puerta a la reintroducción de enfermedades ya controladas en el país.
Los especialistas atribuyen esta caída a fallas de seguimiento, confusión entre profesionales y una comunicación pública debilitada, agravada por el avance de discursos antivacunas. Y con el nuevo brote en curso, las autoridades sanitarias advierten que el riesgo seguirá creciendo mientras las coberturas no se recuperen.
La reaparición del sarampión, coinciden los expertos, no es un fenómeno aislado: es la consecuencia directa de un sistema de inmunización que perdió solidez y de un contexto social donde la desinformación gana terreno. Revertir ese proceso será clave para evitar que enfermedades prevenibles vuelvan a convertirse en una amenaza real para miles de niños.