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Petrecca abandonaría el armado del PRO y LLA y se sumaría Somos Buenos Aires

La decisión no solo reconfigura el escenario electoral en la Cuarta Sección, sino que profundiza la crisis interna del PRO y expone las tensiones entre la ambición centralista de La Libertad Avanza y el peso territorial de los intendentes bonaerenses.

El tablero político de la provincia de Buenos Aires se encuentra en un estado de ebullición. El PRO, la fuerza fundada por Mauricio Macri, atraviesa uno de sus momentos de mayor fragilidad desde su génesis. El pacto provincial del 9 de julio con La Libertad Avanza (LLA), lejos de consolidar un frente homogéneo, ha desatado una ola de profundo descontento entre varios intendentes de peso, especialmente aquellos del interior bonaerense, quienes se sienten abiertamente "desplazados" y subestimados por los libertarios. La promesa de una alianza competitiva se desdibuja ante una serie de fugas estratégicas que amenazan con redibujar el mapa electoral.

En este escenario de alta tensión y reacomodamiento constante, resuena con cada vez más fuerza lo que sería un verdadero batacazo: el intendente de Junín, Pablo Petrecca, anunciaría su inminente alejamiento del PRO, que según adelantaron distintas fuentes a Democracia, es prácticamente un hecho y falta solo la confirmación oficial.

Este movimiento no es menor; Petrecca, una figura que ha ganado peso y relevancia dentro del PRO bonaerense desde su llegada a la intendencia en 2015, optaría por sumarse al flamante frente Somos Buenos Aires. La decisión, hasta hace apenas unos días considerada impensable por su peso específico dentro del PRO, marca un quiebre significativo y estratégico para su carrera y para la propia configuración de la oferta electoral provincial.

Negociaciones rotas

La inminente partida de Petrecca se origina tras un proceso de negociaciones extensas y, finalmente, frustrantes que mantuvo con Mauro Imperatori, el coordinador de La Libertad Avanza en Junín. Lo que en un principio se concibió como un acercamiento natural entre dos fuerzas que buscan confluir en un frente provincial, terminó por evidenciar una profunda incompatibilidad en las pretensiones y lógicas de armado.

Desde el inicio, las expectativas de Pablo Petrecca eran ser el candidato a senador que encabezara la lista del Frente La Libertad Avanza en la Cuarta Sección Electoral. Además, buscaba tener una injerencia real y significativa en el armado político local y seccional de la nueva coalición.

Sin embargo, lo que encontró fue un rotundo y contundente "No" a sus aspiraciones principales. A esta negativa se sumaron dos exigencias consideradas innegociables por los libertarios: tener una cuota de integrantes en el Departamento Ejecutivo y Legislativo de Junín. Esto, para el petrequismo, significaba una intromisión directa en la autonomía de su gestión y una desvalorización de la estructura política que han construido en el municipio. No solo se les negaba un rol central en la provincia, sino que se les exigía ceder espacios clave en su propio territorio, una condición que Petrecca y su equipo consideraron inaceptable y una muestra de desconsideración.

Tanto desde el entorno de Petrecca como desde La Libertad Avanza reconocieron que las negociaciones han llegado a un punto muerto y, de hecho, habrían finalizado. La decisión de abandonar el PRO y de no sumarse al frente LLA, para el petrequismo, fue "pensada y repensada" a lo largo de intensas jornadas de análisis interno.

El camino elegido según ya es prácticamente un hecho es el frente Somos Buenos Aires, un espacio de centro que aglutina a la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica, sectores del peronismo no kirchnerista y otras expresiones progresistas y de centro.

En este nuevo ámbito, Petrecca no solo habría encontrado la receptividad que buscaba, sino que sería quien encabece la lista de la Cuarta Sección, consolidando su nuevo rumbo político. Este movimiento estratégico busca no solo preservar su capital político, sino también ofrecer una opción de gobernabilidad y experiencia en un escenario cada vez más fragmentado.

La fractura del acuerdo

El acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO comenzó a mostrar fisuras profundas y preocupantes incluso días antes del cierre definitivo de las listas. La raíz del problema reside en una falta de consideración territorial por parte de los armados libertarios locales y provinciales, que ha generado un efecto dominó de descontento y, en consecuencia, una "hemorragia" de intendentes que han migrado o están por migrar a otros frentes. Esta falta de reconocimiento al peso y la labor de los jefes comunales del PRO, que gestionan territorios complejos y tienen un vínculo directo con sus vecinos, se convirtió en el principal detonante de la crisis.

El primer "portazo" notorio fue el de Javier Martínez, intendente de Pergamino, cuya decisión marcó una señal de alerta para el PRO para sumarse a Hechos, encabezado por los hermanos Passaglia de San Nicolás. A su salida, se sumaron rápidamente otros dos colegas de peso: Diego Reyes, el experimentado intendente de Puán, y María José Gentile, la intendenta de 9 de Julio, quien ya tiene "un pie y medio" en Somos Buenos Aires, evidenciando una tendencia de búsqueda de espacios más dialoguistas y federales.

La lista de intendentes en proceso de reevaluación crece: Soledad Martínez (Vicente López), una figura importante del conurbano, también ha manifestado su resistencia al acuerdo, aunque con matices, buscando quizás una reconfiguración interna que le sea más favorable.

En contraste, algunos jefes comunales aún permanecen en la alianza, buscando mantener el equilibrio o esperando mejores condiciones. Tal es el caso de Lisandro Matzkin (Coronel Pringles) y Jorge Etcheverry (Lobos). Otros distritos, mientras tanto, prefieren la cautela, manteniendo un perfil bajo y optimismo en poder cerrar un acuerdo electoral que sea beneficioso para sus municipios, evitando así el riesgo de quedar fuera de juego o de romper puentes definitivamente.

En el caso de Petrecca, su salida lo ubica explícitamente por fuera del esquema de Cristian Ritondo y Diego Santilli, la dupla que fue la principal artífice y negociadora del acuerdo con Sebastián Pareja, el armador de Milei en la Provincia. Además, Petrecca siempre jugó en el equipo de Jorge Macri, el actual Jefe de Gobierno porteño, y buscaba hacer valer el significativo peso territorial que sigue teniendo en una de las secciones electorales más importantes del interior bonaerense.

Su salida, en este contexto, no es solo una deserción individual, sino un síntoma de una fractura interna más profunda dentro del PRO, que evidencia tensiones entre el poder central y las bases territoriales.

Los que se quedan

A pesar de la fuga de intendentes y la visible crisis interna, no todos los jefes comunales del PRO han abandonado el barco de la alianza con La Libertad Avanza. Algunos, de hecho, han sido pilares fundamentales en la construcción de este acuerdo y mantienen su compromiso.

El primer intendente del PRO en sellar su acuerdo y convertirse en un ferviente impulsor de la alianza fue Guillermo Montenegro, jefe comunal de General Pueyrredón. Montenegro no solo negoció activamente la confluencia, sino que su nombre ya suena con fuerza para encabezar la lista de senadores en la estratégica Quinta Sección Electoral, una de las más grandes y complejas de la provincia. Su permanencia y rol son cruciales para el PRO y LLA en la costa atlántica.

Otros intendentes que se mantienen firmes y han formalizado su adhesión son Juan Ibarguren (Pinamar), Fernando Bouvier (Arrecifes), Marcelo Matzkin (Zárate) y Sebastián Abella (Campana).

Finalmente, el caso de Ramón Lanús (San Isidro) presenta matices interesantes. Si bien Lanús no forma parte explícita del acuerdo negociado por Ritondo y Pareja, ha manifestado su intención de jugar en el PRO y mantenerse alineado al gobierno nacional de Javier Milei.

Su posición lo ubica dentro del esquema de Patricia Bullrich, quien, a su vez, en la Primera Sección Electoral, podría impulsar a un dirigente propio de peso, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Esto revela que, incluso dentro de los intendentes que se quedan, existen diferentes líneas internas y lealtades que complejizan el panorama y demuestran que el PRO bonaerense sigue siendo un espacio con múltiples voces y visiones estratégicas.