Gustavo Adolfo Parada Morales, conocido como "El Directo" fue un feroz asesino salvadoreño que, además de formar parte de la mara "Salvatrucha", una de las más peligrosas del mundo, mató entre 7 y 17 personas, las primeras de ellas cuando aún era menor de edad.
Nacido en 1982, Parada Morales creció en un barrio pobre de San Miguel, a 120 kilómetros al este de la capital de El Salvador, y cuando tenía 10 años su madre lo sacó del colegio porque los demás compañeros le pegaban diariamente.
Al cumplir 13 años, se metió en el mundo del hampa, formado por delincuentes estadounidenses que fueron deportados a su país.
A los 14 años cometió su primer crimen cuando mató a una novia suya, a quien raptó y la llevó a un lugar donde la violó, le cortó los pechos y la arrojó, todavía viva, en un pozo, donde la dejó morir desangrada.
Los otros seis crímenes que cometió siendo menor no fueron detallados por la Justicia, debido a que en ese entonces Parada Morales era menor de edad.
Sin embargo, se supo que la mayoría de ellas eran mujeres y las abusó sexualmente.
En abril de 1999 fue condenado a solo siete años de prisión, pero un mes después, junto a varios integrantes de su banda, escaparon del reformatorio tras golpear brutalmente a uno de los vigilantes. En menos de 24 horas fue recapturado, pero fue liberado tres años después, supuestamente rehabilitado.
Sin embargo, ese mismo año (2002) fue recapturado por su participación en el homicidio de un hombre y sentenciado a 35 años de prisión.
"El Directo" ya se había unido a la mara "Salvatrucha", una de las más poderosas y peligrosas no solo de El Salvador, sino del mundo, y practicado también el sicariato.
Este asesino serial siempre negó sus homicidios y en más de una ocasión señaló: "Mis manos no han matado. El juez dudó de mí por mis tatuajes, por mis bromas. Nadie me cree".
En varias entrevistas, su madre también clamó por su inocencia: "Mi hijo no es un monstruo. Lo acusan porque no lo conocen".
El 2 de septiembre de 2013 a la madrugada, "El Directo" fue asesinado dentro de la celda 2 del sector 1 del penal de San Miguel, a donde había sido trasladado un mes antes junto a otros 90 miembros de una pandilla desde el penal La Esperanza. Parada Morales recibió varias puñaladas efectuadas con armas de fabricación casera conocidas como "facas".
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