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El ADN de la mortal paliza a Báez Sosa: emboscada, patadas y muerte
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El ADN de la mortal paliza a Báez Sosa: emboscada, patadas y muerte

Tras la primera semana del juicio, se empezó a delimitar el rol de cada uno de los imputados en el grupo. Estudios en las prendas revelaron que el 70% de la ropa de los agresores tenía sangre de Fernando.

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Una feroz emboscada. Trompadas,  golpes por la espalda y en el pecho,  en la mandíbula y patadas mortales en la cabeza. Todo en un poco  más de un minuto, según los 45 testigos que pasaron durante la primera semana del juicio, reconstruyendo con sus palabras cómo fue  la noche del crimen de Fernando  Báez Sosa, aquel 18 de enero de 2020  en Villa Gesell. 

A su vez, a partir de sus propios  teléfonos, que entregaron con docilidad cuando fueron detenidos,  los investigadores le van dando sustento a la investigación con imágenes y chats escalofriantes, tratándose de un homicidio, inauditas. 

En cuanto a los roles que en el  grupo ocupaba cada uno de los ocho  imputados, Máximo Thomsen, Luciano y Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron identificados como agresores directos  de la víctima, mientras que otros  dos de los acusados, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz, fueron ubicados entre quienes arengaban o golpeaban a amigos suyos que intentaban defenderlo. 

El único implicado que no fue  mencionado con una participación  activa en el hecho en ninguna de  las cinco audiencias que se desarrollaron ante el Tribunal Oral en  lo Criminal 1 de Dolores fue Blas Cinalli, aunque una joven que declaró citó mal su nombre y un efectivo policial dijo que estaba presente en el lugar, de acuerdo a uno de  los videos que registraron la escena del ataque. 

Desde el inicio del juicio por el  crimen del joven estudiante de derecho, declararon entre otros sus  padres, amigos que veraneaban con  él y también sufrieron lesiones, el  remero de Zárate incriminado falsamente en el hecho, personal de  seguridad del local bailable, efectivos policiales, turistas y vecinos que presenciaron el ataque, y testigos con información que permitió la detención de los acusados. 

En varias de las declaraciones,  Thomsen fue mencionado como  agresor directo de Báez Sosa: un joven que veraneaba en Gesell dijo  que lo vio mientras le pegaba “patadas en la cabeza, como puntinazos”; cuatro amigos de Fernando y  un comerciante señalaron que lo  golpeó “en el pecho” cuando ya estaba en el piso, que le dio “tres patadas en la mandíbula” y que los  golpes tenían “intención de matar”. 

Graciela y Silvino Báez, padres  de Fernando, estuvieron presentes  y al cierre de la última audiencia,  ella estiró su remera con la foto de  su hijo y un rosario cuando retiraban a los imputados de la sala. 

El juicio continuará hoy a partir de las 9 con una nueva  rueda de testimoniales, hasta completar el miércoles 18 la lista de más  de 150 testigos. 

Un abrazo para festejar el crimen 

Tan solo 20 segundos después de  asestar la tanda de patadas mortales a Báez Sosa y dejarlo tirado con  la cara ensangrentada en la vereda, dos de los integrantes del grupo agresor volvieron sobre sus pasos, miraron hacia donde estaba  Fernando y se abrazaron. 

Esta escena fue registrada por  un domo de la Comuna de Villa Gesell y el detalle de las imágenes figura en el acta de visualización firmada por la oficial Evelin Merlo  que secuestró las grabaciones. 

Otro dato revelador es que pese  a que los acusados intentaron limpiarse y ocultar pruebas del aberrante homicidio, los estudios de  ADN realizados en las prendas de  los ocho imputados revelaron que  el 70 % de la ropa de los agresores  tenía sangre de Fernando.

 

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