“El asesino de la soga”: el homicidia que mató 30 mototaxistas
Luis Gregorio Ramírez Maestre, más conocido en Colombia como "El asesino de la Soga", mató a por los menos 30 mototaxistas en diversos municipios y ciudades de su país, mediante ese elemento con el cual los asfixiaba y torturaba hasta que fallecían.
Condenado a 34 años de prisión en 2012, Ramírez Maestre (tenía en ese entonces 32 años) elegía como víctimas a personas dedicadas a esa tarea de entre 19 y 30 años, pero ninguno que superara el 1,70 metros de altura ni que pesara más de 60 kilos.
Este homicida, aprovechaba su carisma para generar confianza y les pedía alas víctimas que lo llevaran en mototaxi -un servicio de transporte muy común en Colombia- a un lugar cuidadosamente escogido, en las afueras de las ciudades en las que actuó.
Como iba en la parte trasera le daba charla a sus víctimas durante todo el viaje y cuando el conductor se detenía lo sujetaba por la garganta y lo asfixiaba, teniendo cuidado de que no muriera, hasta que perdiera el conocimiento.
Enseguida arrastraba su víctima desmayada hacia la zona elegida, donde siempre había árboles, apropiados para sus macabros fines. La amarraba de pies y manos a cuatro árboles, suspendiéndola en el aire para que no pudiera tocar el suelo.
Una vez que los mototaxistas recobraban el conocimiento, les amarraba otra soga al cuello y la colgaba de una rama alta. Entonces, la víctima, para no ahorcarse, tenía que sostenerse con fuerza de las cuerdas que le ataban las manos.
De acuerdo a las pericias realizadas a los cuerpos, efectuados por Medicina Legal, las víctimas podían durar hasta un día luchando por no aflojar las manos, pero al final el peso del cuerpo las vencía y morían por asfixia.
Durante todo ese tiempo, Ramírez Maestre se quedaba sentado frente al mototaxista, mirando. Una vez que la persona moría, este homicida robaba sus pertenencias y la moto, que revendía fácilmente. En algunos casos enterraba los cuerpos, mientras que en otros, los dejaba hasta que eran encontrados descompuestos, días después.
Entre los mototaxistas asesinados estaba, Duván Marín Jaimes, quien cuatro días después de haber desaparecido fue hallado su cadáver en un paraje de la vereda de Tenerife, en Colombia.
Otra de las víctimas del "Asesino de la soga" fue Luis Alfredo Castañeda Rodríguez, hallado en Cuatro Bocas.
John Jairo Amador de la Rosa, Gilberto Barragán Payares y un joven más, todos ellos encontrados muertos en Tenerife, fueron otras de las personas que mató Ramírez Maestre.
La detención
Una investigación minuciosa de la Policía de la Sijin del Magdalena Medio, que investigaba esos crímenes, terminó finalmente lo descubrió. Los uniformados sabían que uno de los mototaxistas asesinados tenía un teléfono celular de alta gama, dato aportado por un familiar.
De esa manera, se siguió el rastro de la señal con la esperanza de que el asesino se hubiera quedado con el aparato y el dato no falló. Los reportes le indicaron que había estado en Sabanalarga, Aguachica, Santa Marta, Valledupar y Puerto Wilches. En todas esas ciudades la Policía encontró reportes de mototaxistas amarrados y asfixiados.
En total, contabilizó 30 asesinatos con las mismas características desde fines de 2011, por lo que se determinó que se trataba de la misma persona.
Para diciembre de 2012, siguiendo el rastro del teléfono celular del joven asesinado en Barranca, el hombre de la Sijin instaló un retén cerca de Santa Marta y arrestó a Ramírez, quien tenía el teléfono móvil que lo inculpaba.
Al allanar el cuarto donde vivía se encontraron las cédulas de otras víctimas que guardaba como "trofeos". La Fiscalía le imputó los delitos de homicidio agravado tortura y hurto calificado y agravado. Ramírez Maestre aceptó los cargos y fue recluido en la cárcel Modelo de Bucaramanga.
El Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado con funciones de conocimiento, condenó a 34 años y seis meses de prisión, en fallo de primera instancia, al "Asesino de la Soga".
Dentro del fallo el juez absolvió a Ramírez Maestre del delito de tortura, bajo el argumento de que, si bien el procesado actuó con excesiva crueldad, no se tipificó dicha conducta.
Por lo tanto, la sentencia fue sustentada en los delitos de homicidio agravado y hurto calificado y agravado, por los cuales lo condenaron a una pena de 57 años y seis meses.
Sin embargo, como durante el proceso Ramírez Maestre aceptó los cargos que la Fiscalía le imputó, obtuvo una rebaja del 40 por ciento de la condena, es decir, la pena total quedó en 34 años y seis meses.
Este homicida permanece detenido en la Cárcel de Valledupar, de donde saldrá en condición de libertad condicional en 2032, cuando cumpla 20 años de cárcel, debido a las rebajas de pena que hay en el sistema judicial colombiano de las tres quintas partes de la condena.