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La honestidad perdida

La honestidad perdida

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La palabra honestidad viene del latín honestitas, y significa cualidad de decencia, razonable, honrado, e implica mostrar respeto hacia los demás y tener integridad y conciencia de sí mismo. 

En otras palabras, la honestidad constituye una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con sinceridad y coherencia, respetando los valores de la justicia y la verdad.

Yo no sé Uds. pero yo me pregunto si en estos cuarenta años de democracia no hemos podido consolidar un país más justo y previsible. ¿A que se debe este fracaso? yo creo que a varios factores que se acoplan entre si y que potencian este descalabro en el cual estamos sumergidos.

Uno de ellos tiene que ver con una dirigencia política en muchos casos incapaces o atados a compromisos partidarios que no pueden eludir y se reparten cargos sin tener en consideración la capacidad de cada uno de los elegidos para ocupar el cargo al que fue designado; otro con los manejos de una clase social que, por el poder que tienen, ejercen gran influencia en las decisiones que se toman en el gobierno de turno, una dirigencia gremial que ha tenido activa participación en el debilitamiento de muchos gobiernos por querer disminuir parte de sus intereses, gobiernos provinciales con gobernadores feudales que se mantienen gracias a administraciones cautivas con su apoyo al gobernador y empresarios que viven del estado, una corrupción que invade todos los ámbitos gubernamentales y cada vez mayor sin que la justicia resuelva estos casos con celeridad, también en la justicia se habla de jueces corruptos que no pueden demostrar de donde hicieron su riqueza cajoneando causas, un poder legislativo degradado, donde cada vez las sesiones son más esporádicas y se utiliza el Congreso  para juntar partidarios como asesores, con comentarios que trascienden de que si un día van todos los empleados al Congreso no alcanzan los escritorios y las sillas para todos.

En este tema podríamos seguir encontrando ejemplos para analizar porque estamos como estamos, y llegaríamos a concluir que la frase que nos ha llevado a esto es la HONESTIDAD PERDIDA.

Por eso, amigo lector, le digo que debemos refundar la república, continuar por este camino nos lleva a aumentar la decadencia, debemos tomar conciencia que la participación nuestra en política será imprescindible si queremos cambiar el rumbo, no dejemos que los oportunistas de turno nos arrebaten nuestro futuro, así seguiremos cada vez teniendo más pobres y unos pocos vivos siendo más ricos.

Tomemos el ejemplo de nuestro Moisés Lebensohn, un político de raza que en estos días se cumplieron setenta años de su fallecimiento, que predicó con el ejemplo de una conducta intachable y una vocación política incomparable. Hoy necesitamos muchos políticos como él.

Aldo García López
DNI  4974484

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