La cumbre de intendentes del PJ que se iba a reunir el fin de semana en el Partido de la Costa, quedó abortada. Diseñada para conformar una liga de alcaldes con la premisa de influir en el armado de las listas pero con el objetivo adicional de mostrarle los dientes a Axel Kicillof, se terminó quedando en un amague veraniego.
Se trata de un dato político fuerte porque quien estaba motorizando la movida era Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete bonaerense que no oculta sus aspiraciones de ir por la Gobernación con cierto guiño de La Cámpora. El motivo de la suspensión parece difuso. “Hay muchos compañeros de vacaciones”, justifican en algunos distritos del Conurbano. La excusa asoma endeble si se tiene en cuenta que el encuentro se venía planeando desde hace meses y hacia fin de año se confirmaba en fuentes ligadas a los organizadores que se concretaría el sábado 21.
De una u otra forma, la cumbre finalmente no se hará y lo que algunos dirigentes del peronismo interpretaban como el puntapié inicial para poner en la cancha definitivamente a Insaurralde, por ahora no se cristalizará. Hay quienes creen que podría reflotarse para febrero, un mes en el que el PJ suele hacer encuentros frente al mar como para ir calentando los motores. En definitiva, el lanzamiento de la promocionada liga del intendentes se terminó frenando.
Cerca de Axel Kicillof, aún sin cargar contra la figura de Insaurralde, interpretaban que habían obtenido un triunfo político en la carrera por su reelección. En rigor, existieron algunos movimientos en las últimas semanas que acaso contribuyeron a desinflar la cumbre. El Gobernador consiguió el respaldo público de varios intendentes del Conurbano, entre ellos, el del histórico Juan José Mussi (Berazategui) y Jorge Ferraresi (Avellaneda). Hay quienes dicen que hubieron gestiones discretas para que esos pronunciamientos vieran la luz.
La movida de la liga tampoco aparecía apoyada por Fernando Espinoza (La Matanza), históricamente enfrentado con el lomense. La vicegobernadora Verónica Magario también concretó su propio gesto y se mostró el jueves en Pinamar junto al mandatario bonaerense. Tampoco estaba en ese barco Fernando Gray (Esteban Echeverría), enemistado con Máximo Kirchner. En suma, la poderosa Tercera sección electoral bonaerense, donde el peronismo concentra su amplia base electoral en la Provincia, aparecía dividida.
Esa radiografía acaso no sea el único motivo de la suspensión de la actividad en el Partido de la Costa. Aunque parece un elemento de peso.
Lo cierto es que el repliegue táctico de los alcaldes que buscan imponer a uno de los suyos en lugar de Kicillof, hizo sacar pecho a los laderos del Gobernador. Apenas conocida la noticia de la suspensión del lanzamiento, usinas oficiales comenzaron a difundir un menú de encuestas recientes que coinciden en un aspecto puntual: en una hipotética Paso entre Kicillof e Insaurralde, el Gobernador se impondría por un muy amplio margen.
La difusión no parece inocente: apunta a reafirmar la idea oficial de que el actual mandatario es el mejor candidato para la Provincia.
Esos movimientos se producen en sintonía con algunas definiciones un poco más contundentes del mandatario. Si bien esquiva la confirmación de que será candidato, comenzó a dar señales más contundentes en cuanto a sus deseos políticos de cara al año electoral. “Estoy para hacer otro mandato porque me gusta, creo que armamos un muy buen equipo, que tenemos políticas de gobierno”, sostuvo. Aunque dijo que no se trata de una decisión personal. “Se va a resolver en conjunto, no yo con la almohada”, completó.
Ayer, en medio de los tironeos oficiales, la suspensión de la cumbre de intendentes le permitió sacar pecho.
Compartir