El 29 de julio de 2010 fue una fecha que conmocionó al país y fue bisagra para la seguridad de las personas en la operatoria bancaria. Aquel doloroso día Carolina Píparo, embarazada de ocho meses, fue víctima de una violenta salidera en La Plata. Durante el asalto recibió un disparo en la cara y dio a luz a su hijo, que falleció a los pocos días.
Este hecho se transformó en un caso “testigo” que obligó a modificar e incrementar las medidas de seguridad en los bancos. Pocos meses más tarde, en Septiembre del mismo año, se sancionó la Ley 26.637 de Seguridad Bancaria, que entre otras implicancias prohíbe el uso del celular dentro del banco y obliga la instalación de mamparas en los sectores de atención al público.
El 29 de septiembre de 2010, fecha de sanción de la susodicha ley, la cotización del dólar libre/blue fue $4,03. Por aquel entonces el billete de mayor denominación en circulación era el de $100, con una equivalencia en dólares de US$24,81. Hoy en día el billete de mayor denominación en circulación es el de $1.000 y su equivalencia en dólares es, aproximadamente, US$3.
Desde la sanción de la ley de seguridad bancaria cayó casi 10 veces el poder de compra de la mayor denominación de nuestra moneda. Este hecho, además de otros costos económicos, tiene implicancia directa en la seguridad de las personas donde se hace cada vez más habitual el ingreso a los bancos con mochilas y bolsos, para poder transportar el dinero.
Además de un sustancial ahorro en el costo de emitir billetes, cambiar la máxima denominación de los mismos es una decisión de seguridad que con certeza evitará nuevas tragedias. Estamos a tiempo.
Lucas Gatto - Contador Público y Economista
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