Opinión
PANORAMA PROVINCIAL

Las prevenciones de Kicillof, fórmula radical que asoma y las ofrendas que recibe Macri

Axel Kicillof entiende que su figura está súper instalada. Y que, en un contexto en el que no aparecen dirigentes que a priori puedan proyectar un cono de sombras sobre su aspiración reeleccionista, las chances de ir por un nuevo mandato están encaminadas. Pero esas condiciones parecen no ser suficientes como para bajar la guardia. Al menos así lo entienden en el entorno del Gobernador.

Esas prevenciones acaso impulsaron una declaración llamativa que alumbró en las últimas horas desde el reducido grupo de confianza del mandatario. “Sí o sí tiene que ser candidato”, lanzó su jefe de Asesores Carlos Bianco, quien viene trabajando en el proyecto para que Kicillof renueve en 2023.

El dueño del Clío con el que Kicillof fatigó la Provincia en la campaña electoral de 2019 blanqueó con aquella afirmación, que acaso el tránsito hacia la definición con la que sueña el mandatario bonaerense no sea un camino libre de obstáculos. Coincidió la declaración de Bianco con la renovada versión respecto del supuesto interés del kirchnerismo por instalar como candidato en la Provincia a Eduardo “Wado” De Pedro, uno de los líderes de La Cámpora. El trascendido no es nuevo; la novedad radica en que vuelva ahora a asomar la cabeza en momentos en que otras versiones señalan que Martín Insaurralde, otro de los competidores por el máximo cargo bonaerense, estaría al menos repensando encarar esa empresa.

Insaurralde y La Cámpora, a través de Máximo Kirchner, mantienen una sólida sociedad política. El resurgimiento del nombre del ministro De Pedro -otro dirigente de peso del camporismo-, genera algún cosquilleo en Casa de Gobierno donde varios funcionarios están convencidos de que si en algún momento llega algún embate que ponga en discusión la candidatura de Kicillof, vendrá justamente de ese círculo.

Acaso no inquiete menos al Gobernador otro asunto también espinoso y que tiene que ver con los recursos que recibe la Provincia.

No pareciera casual que se haya transformado en uno de los abanderados de la pulseada que ensayan los gobernadores peronistas contra Horacio Rodríguez Larreta en medio de la causa judicial por el reparto de los recursos coparticipables que se ventila en la Corte Suprema.

La otra vereda

La oposición también transita tiempos turbulentos, pero a casi un año del cierre de listas para las elecciones de 2023 comenzó a brindar indicios que, aún lejos de las definiciones, parecen marcar algún camino. 

Un sector del radicalismo concretó en La Matanza un movimiento que quizás no tuvo un formato rimbombante, pero alcanzó como para ir despejando algunas incógnitas. En ese distrito, corazón del peronismo, Facundo Manes se mostró junto a la senadora nacional por Santa Fe, Carolina Losada. ¿La foto que se terminó gestando fue mucho más que el reflejo de una actividad de campaña? En la UCR está extendida la versión que indica que el neurocientífico y la periodista podrían conformar una de las fórmulas que compitan en las Paso de Juntos por el Cambio.

Manes no es el único radical con ambiciones presidenciales. También están anotados Gerardo Morales, el senador Alfredo Cornejo y el gobernador correntino Gustavo Valdés, pero el dirigente bonaerense surge como el mejor ponderado de acuerdo a las últimas encuestas.

La llamativa forma más bien ordenada que están utilizando por ahora los radicales para sintetizar diferencias contrasta con los movimientos más virulentos que se registran en el PRO. Un frenesí de reacomodamientos dibuja el escenario del partido fundado por Mauricio Macri, justamente en coincidencia con la centralidad que ha vuelto a ganar el expresidente.

Macri, mientras tanto, deshoja la margarita y medita si jugará el segundo tiempo desde el banco de suplentes, pero condicionando y digitando armados o si ingresará a la cancha vestido de candidato.