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Importaciones, recesión  y costos altos aceleran los cierres
LA INDUSTRIA AL LÍMITE

Importaciones, recesión y costos altos aceleran los cierres

Por día, bajan sus persianas 28 empresas.

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La industria argentina vive un momento crítico en décadas: 28 empresas cierran por día y miles de puestos de trabajo se pierden mientras la recesión y la apertura importadora transforman de raíz el mapa productivo del país.

La noticia más reciente llegó desde Pilar, donde Whirlpool anunció el despido de 220 trabajadores y el cierre de su planta, inaugurada apenas tres años atrás tras una inversión de 50 millones de dólares. La compañía proyectaba producir 300.000 lavadoras por año, pero los costos locales y la competencia externa volvieron inviable el negocio. Continuará operando en Argentina, aunque ya no fabricará: solo venderá productos importados.

El caso se suma a una lista que crece semana tras semana: Essen, la fabricante de sartenes y cacerolas; Color Living, dedicada a muebles; y DBT (Cramaco), histórica planta de generadores en Santa Fe, anunciaron despidos y cierres en distintos puntos del país.

17.000 empresas menos en 20 meses

Datos del Centro de Economía Política Argentina, basados en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, muestran que en el primer año y medio de gestión de Javier Milei cerraron 17.063 empresas más de las que abrieron, con una pérdida neta de 236.845 empleos.

Los sectores más golpeados son la construcción —hundida tras la paralización de la obra pública— y la industria manufacturera, que se mantiene entre 22% y 9% por debajo de los niveles de 2023.

El repunte económico registrado en la primera mitad de 2025 no alcanzó para revertir la tendencia: sí redujo levemente la velocidad de cierres, pero crecieron los Procesos Preventivos de Crisis (PPC). En los primeros diez meses del año hubo 143 PPC, más que todo 2024 y el registro más alto desde 2018-2019.

Importaciones más baratas y producción más cara

La apertura importadora, uno de los pilares del programa económico, llevó a una caída de hasta 20% en los precios de electrodomésticos, según NielsenIQ. Esto presiona especialmente a las fábricas locales, que ahora compiten contra productos extranjeros más baratos.

A la vez, la apreciación del peso encareció los costos en dólares y restó competitividad a las exportaciones. El aumento de tasas de interés dificultó todavía más el acceso al crédito para capital de trabajo.

El titular de la UIA, Martín Rappallini, admite que la Argentina debe integrarse al mundo, pero advierte sobre el nivel de costos: producir en el país es entre 25% y 30% más caro que en Brasil, debido a la presión impositiva, la legislación laboral y la falta de infraestructura.

En septiembre, la capacidad instalada de la industria fue de 61,1%, un nivel similar al de 2020, en plena pandemia.

El textil, en su peor momento

El sector textil opera hoy al 44,4% de su capacidad, 15 puntos menos que a fines de 2023. La competencia de ropa importada —particularmente desde China— se disparó con la llegada de plataformas como Temu y Shein, que ofrecen precios difícilmente igualables por la producción local.

ProTejer estima que ya se perdieron 15.000 empleos formales en el rubro. Las cámaras industriales denunciaron ingresos sin impuestos y prácticas de “competencia desleal”.

El desafío para la segunda mitad del mandato

El Gobierno apuesta a impulsar reformas laboral e impositiva para mejorar la competitividad. Pero el consumo sigue deprimido y muchas empresas alertan que sus ventas no se reactivarán mientras la capacidad adquisitiva de la población no mejore.

La industria, con miles de pymes como columna vertebral, enfrenta así un escenario en el que los costos suben, las ventas caen y los productos importados dominan la oferta, una combinación que recuerda a los años 90 y que amenaza con seguir achicando el entramado productivo del país.

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