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REUNIÓN EN LA CASA ROSADA

Los gobernadores radicales sólo se llevaron “voluntad política”

Los recibió MIlei por el Presupuesto 2025, en medio de reclamos de los mandatarios provinciales. Los agravios a Raúl Alfonsín.

Javier Milei recibió ayer a la última tanda de gobernadores con los que tenía planeado reunirse para explorar un cierto tipo de contención en medio del debate por el Presupuesto 2025. Esta vez se trató de los radicales. Escuchó sus reclamos y respondió dudas, siempre a grandes rasgos. Fue durante un almuerzo que duró más de dos horas, en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada. Al finalizar la comida, ya en el Patio de las Palmeras, tres de los mandatarios actuaron de voceros y calificaron la reunión como positiva. Pero no mucho más: el Presidente transmitió “voluntad política”, dijeron, pero no dio respuestas concretas a los pedidos específicos que le hicieron. 

Así, surge la duda: ¿sirvió para algo el encuentro?  Milei estuvo junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, su número dos, Lisandro Catalán, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. “No era una reunión técnica, sino más bien política, general”, dijo uno de los mandatarios a la salida de la comida. 

Habían estado allí Alfredo Cornejo (Mendoza), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco). 

Todos ellos, menos Zdero se habían reunido antes en la Casa de Santa Fe, a dos cuadras de Balcarce 50, para pautar de antemano los temas que le llevarían al Presidente en conjunto. “Venimos a hablar del futuro, no del pasado”, dijo el correntino Valdés cuando le consultaron si hablaron sobre el reciente ataque al Comité Nacional de la UCR, al que Milei vinculó con una supuesta jugada non sancta de Martín Lousteau -titular del partido- en el marco de la movida oficialista para auditar las universidades públicas donde los radicales tienen fuerte presencia y dominio político.

Algo que se preveía: los gobernadores plantearon a Milei su “dolor” por las declaraciones ofensivas que hizo contra Raúl Alfonsín, a quien llamo “golpista” y lo relacionó con la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. No hubo del otro lado un pedido de disculpas. 

 

Apoyo legislativo 

Con la invitación, Milei buscaba terminar de convocar a todos los sectores dialoguistas del arco político. El Presidente mira al Congreso, donde deben darse un par de definiciones claves para su gobierno: el Presupuesto 2025, el freno que quiere ponerle el oficialismo al intento opositor de modificar la ley que regula los DNU, y la privatización de Aerolíneas Argentinas. Esto último representa para la Rosada un debate cargado de gran simbolismo en su pelea coyuntural con los gremios más combativos del sector. 

Pero también buscó un guiño a ese radicalismo del interior que, barrunta, tiene más puntos en contacto con él del que representa el de la Provincia de Buenos Aires y el de la CABA, este último en una actitud de marcada oposición. 

¿Busca la Rosada armar un eventual interbloque con los diputados radicales que ayudaron al Gobierno a frenar los vetos a la reforma previsional y al financiamiento universitario en Diputados? Es probable, pero por ahora ese plan parece lejano. No ayuda al mismo, por ejemplo, los insultos a Alfonsín, que pueden actuar como factor aglutinador de los dos bloques en los que hoy se divide la presencia radical en Diputados, una división que le conviene al Gobierno. 

 

La economía “mejora” 

Según testigos, Milei llegó al almuerzo de buen humor. Se enfocó en la macro economía y les aseguró a los gobernadores que ya se inició la recuperación de la crisis con una mejora gradual de los salarios y el descenso de la inflación. 

Destacó especialmente que el riesgo país está disminuyendo. Los radicales, en general, piensan lo mismo que en el PRO, el otro aliado de Milei: se encauzó la macro pero aún la gente no percibe mejoras en la micro economía.

Las críticas a Alfonsín (una rei teración, porque Milei ya lo había hecho en campaña pero más alevosamente) asoman como uno de los temas más espinosos en la relación entre los dos espacios. El santafesino Pullaro habría sido el encargado de transmitir el malestar del centenario partido. Lo dicho: Milei no se disculpó. Pero, aún así, a la salida del encuentro los gobernadores parecieron conformes con la respuesta del Presidente. 

“Lo que sí se trabajó, de alguna manera se conversó, de que no estábamos de acuerdo, en que es un punto de vista. Pero bueno, creo que es más del pasado”, dijo el correntino Valdés. Y agregó: “Es simplemente la frescura que tiene Milei”. Desbordó cortesía. “Para nosotros Alfonsín es importante. Yo empecé a militar por él, pero fue una reunión para mirar hacia el futuro y para empezar a transitar un camino de crecimiento”, agregó Pullaro. 

En el propio oficialismo admiten que el Presidente debería dejar de lado ese tipo de expresiones ofensivas, teniendo en cuenta la necesidad objetiva que tiene de cerrar acuerdos con aliados legislativos