Sergio Massa, precandidato presidencial estrella de Unión por la Patria, y el oficialismo en general, volvieron a jugar al fleje en los últimos días, al activar decididamente el "modo K" en el menú de opciones de la campaña electoral y redoblar su embestida contra la oposición de cara a las PASO del mes próximo.
Massa y compañía escogieron a Patricia Bullrich como blanco particular, por delante del libertario Javier Milei, lo que permite suponer -en este caso- que el economista también representa un peligro latente para el peronismo, no solo para Juntos por el Cambio (JxC), en tanto y en cuanto logre absorber a votantes desencantados con el actual Gobierno. Algunos analistas políticos, en efecto, lo venían planteando desde hace meses, antes de que estalle la polémica por la presunta venta de candidaturas en La Libertad Avanza.
De todos modos, es Bullrich quien aparece hoy en el escenario electoral como la principal destinataria de los embates del oficialismo, incluyendo una intervención a su Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad (IEES) por irregular manejo de fondos, entre otras cuestiones.
La arremetida de Unión por la Patria (UxP) contra Bullrich puede leerse como mínimo de dos maneras: por un lado, el intento de ese espacio de "subirla al ring" con vistas a las PASO y así confrontar con ella, antes que con Horacio Rodríguez Larreta, entendiendo que sería preferible para las aspiraciones de Massa competir en octubre contra un "halcón" de la oposición, en lugar de un dirigente con un perfil menos radicalizado.
En el oficialismo consideran que Massa tendría mayores probabilidades de éxito en los comicios generales frente a Bullrich que ante Rodríguez Larreta como candidato presidencial de JxC, al evaluar que el ministro de Economía y el alcalde porteño deberían salir a pescar "en la misma pecera de votantes moderados" después de las primarias.
En principio, sería ese el escenario que el peronismo intenta evitar al "subirle el precio" a Bullrich. Sin embargo, dada la vigorosidad de la embestida en su contra, otra lectura que podría sugerir esta situación es que el Gobierno en efecto observa en la ex ministra de Seguridad a una rival de cuidado y procura lisa y llanamente esmerilarla. Sobre todo después de la difusión de algunas encuestas sobre intención de voto que la ubican como amplia favorita frente a Rodríguez Larreta en la interna de JxC.
"Con el cuchillo entre los dientes"
El propio Massa endureció su discurso en los últimos días, mientras otros referentes del oficialismo insistieron en bramar advertencias sobre "sangre y muertos" en las calles si JxC gana las elecciones de este año. "Cuando el peronismo intuye que puede perder, se te viene encima con todo. Te atacan con todo lo que tienen. Siempre ha sido así. Nosotros lo único que pedimos es que nos jueguen limpio", dijo a Noticias Argentinas una fuente bullrichista.
"Dos veces la Justicia planteó que una intervención al IEES era improcedente y ellos fueron y lo intervinieron igual, sin ningún motivo. Están jugando sucio y creemos que esta campaña sucia incluso podría incrementarse a medida que se acerque la fecha de la votación (en referencia a las PASO)", agregó. Asimismo, indicó: "A todos nuestros fiscales lo que les estamos diciendo es que se preparen para cuidar los votos con el cuchillo entre los dientes este año, porque va a estar brava la cosa".
Los estrategas políticos de JxC evalúan escenarios posibles allí en la Provincia, en función de los resultados de recientes encuestas sobre intención de voto. En ese sentido, consideran que en la actualidad el mandatario bonaerense luce robusto, aunque con un piso electoral bajo. Este contexto entusiasma a la coalición opositora: "A Kicillof lo tenemos en alrededor de 37 puntos y nosotros estamos en 35. Es decir, puede pasar cualquier cosa", dijo una fuente de PRO.
"En la provincia de Buenos Aires la variable de ajuste es el peronismo, no Juntos por el Cambio. Y ellos están con un piso bajo ahora y lo que pueda suceder en octubre va a depender mucho de cómo quede el escenario luego de las PASO", agregó. Siguiendo con esa línea de razonamiento, planteó que cuando más cerca quede JxC de Kicillof el 13 de agosto mayores serán las probabilidades de que se active el llamado "voto útil" de cara a las elecciones generales.
El voto útil
En el caso de abrirse esa instancia de polarización entre el gobernador bonaerense y el vencedor de la interna entre Diego Santilli y Néstor Grindetti, la candidatura de Carolina Piparo de La Libertad Avanza podría verse perjudicada, según la fuente consultada: "Nosotros a ella la tenemos en el orden de los 9 puntos y esos votos podrían reducirse a la mitad después de las PASO si logramos construir un escenario de confrontación mano a mano con el peronismo", evaluó.
"Para que se active el ´voto útil´ nosotros deberíamos quedar a no más de 5 puntos de Kicillof en las PASO, pero insisto, puede pasar cualquier cosa. Si llegamos a perforar el techo de 40 puntos en octubre -en la provincia de Buenos Aires- creo que tenemos grandes chances de ganar incluso la elección nacional en primera vuelta", sostuvo la fuente consultada. De momento, en filas de JxC, Santilli aventaja a Grindetti, aunque la performance de ambos está supeditada al rendimiento electoral que alcancen Rodríguez Larreta y Bullrich, respectivamente, en las primarias de ese espacio.
El kirchnerismo, por su parte, superpobló de dirigentes camporistas sus listas tanto en la Provincia como en la ciudad de Buenos Aires, lo que ciertamente podría constituirse en un escollo con el que Massa debería lidiar en el Congreso de la Nación si la fórmula que integra con el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, resulta victoriosa este año. Es decir, si el ministro de Economía logra convertirse en el sucesor de Alberto Fernández, ¿qué respuestas encontrarían en el Parlamento de parte de legisladores del núcleo duro K frente a proyectos relacionados eventualmente con aperturas comerciales, incentivos para atraer inversiones extranjeras o bien vinculados con el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros?
De momento, Massa y el oficialismo en general se permitieron "celebrar" que la inflación se desaceleró por tercer mes consecutivo, al ubicarse en 6% en junio pasado, mientras juega al fleje con sus chicanas hacia la oposición y levanta día tras día su perfil: más que titular del Palacio de Hacienda y precandidato presidencial, ya luce casi convertido en una suerte de "primer ministro" del gobierno de Fernández de cara a las PASO.
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