En medio de un clima de tensión por la creciente confrontación con la oposición y la propia interna que mantiene con el kirchnerismo, Alberto Fernández inaugurará hoy las sesiones ordinarias del Congreso con un discurso con el que intentará defender su gestión y en el que hará un llamado a lograr mejoras institucionales con vistas al 40ª aniversario del retorno de la Democracia.
La apertura de las sesiones del Congreso servirá también para que Alberto y Cristina se reencuentren en un acto público luego de varios meses. Desde entonces los contactos vía Telegram han sido contados -sólo hubo un encuentro presencial tras el atentado contra la Vice del 1º de septiembre-, porque continúan las diferencias sobre el rumbo de la gestión y sobre la estrategia electoral que debería adoptar el oficialismo rumbo a los comicios presidenciales.
En el “albertismo residual” no cesan con el intento de posicionar al jefe de Estado en la grilla de candidatos del FdT y este miércoles podrían pegar afiches con la leyenda “A23” en los alrededores del Congreso.
Cambio de posturas
Mientras, algunas organizaciones sociales oficialistas recalcularon su estrategia de despegue del Presidente y, “por respeto a su investidura”, decidieron concentrar hoy sus columnas frente al Parlamento. En verdad, en las últimas horas, según pudo saber este diario, “el terror a la plaza vacía” durante el que podría ser el último discurso de Alberto Fernández ante la asamblea legislativa, decantó llamados “desesperados” de funcionarios, como Agustín Rossi, hacia referentes sociales para que revean su rechazo a movilizar el 1ª de marzo.
Algunas versiones indicaban que incluso el canciller Santiago Cafiero, desde su periplo en Bangladesh, se involucró con las negociaciones para garantizar la presencia de la militancia en la plaza de los Dos Congresos. Es que el oficialismo se encuentra en plena disputa interna por la definición de candidaturas: el kirchnerismo viene sumando apoyos en su intento por impedir que A. Fernández se postule para un nuevo mandato. Durante la víspera el “Cuervo” Larroque enfatizó que si el Presidente “hubiera hecho las cosas bien hoy el peronismo iría por su reelección”.
Lo cierto que es probable que el mandatario hoy utilice un tono electoral para confrontar con Mauricio Macri y también con sus socios de Juntos por el Cambio por “entorpecer” el debate de la veintena de proyectos legislativos que envió a Sesiones Extraordinarias (recién ayer pudieron sancionarse dos de las iniciativas). Como hicieron el año pasado, los diputados del PRO amenazan con abandonar sus bancas si hubiera un ataque directo contra el ex presidente o algunos de sus colaboradores. En el radicalismo, en tanto, tienen otra postura y sostienen que por respeto institucional deben escuchar las palabras del Presidente.
Al intentar defender su gestión, en verdad cuestionada también por parte de la alianza gobernante, el jefe de Estado destacará el crecimiento de la obra pública y el impulso a la actividad industrial que permitió una recuperación de los puestos de trabajo caídos durante la administración de Cambiemos.
Contra la justicia
Durante el acto, Alberto F. seguramente disertará sobre las mejoras institucionales que se debe la Argentina al cumplirse cuatro décadas de la restauración democrática. En este sentido, se abocará a los frustrados proyectos para reformar la Justicia. Es probable que en ese momento cuente con alguna mirada cómplice de Cristina -se desconoce si sentará posición sobre la “proscripción” que denuncia el kirchnerismo- y, en cambio, reciba una mirada fría del presidente y vice la Corte Suprema, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, respectivamente, que participarían del evento por “respeto institucional” pese al malestar que hay entre los altos magistrados por el juicio político en su contra que impulsa el oficialismo.
Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, en este sentido, no formarían parte del encuentro.
Habrá otras ausencias del entorno presidencial: Cafiero, que se encontrará regresando de su excursión por el país asiático, pero también de un funcionario y referente del Movimiento Evita como Fernando “Chino” Navarro. La excusa es que en ese momento el secretario de Relaciones con la comunidad y la sociedad civil estará en Tucumán con emprendedores y cooperativistas. Pero, vale decir, que esa agenda había sido definida cuando su organización había decidido no concurrir a la plaza de los Dos Congresos.
En cambio ninguno de los sindicatos grandes irán a a hacerle el aguante al Presidente. Finalmente, tampoco marcharan hoy al Congreso todas las organizaciones convocadas.
Es el caso del MUP (Movimiento de Unidad Popular) que, según sus dirigentes, decidieron “no movilizar por falta de una clara directiva política. Tampoco hay un diálogo fluido con el gobierno”.
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