La movilización del miércoles de la CGT, con Pablo Moyano pidiéndole al presidente Alberto Fernández “poné lo que tengas que poner”, la presión de las organizaciones sociales por incrementar la ayuda a los sectores vulnerables y la inflación, a la que el Gobierno no le encuentra la vuelta y cada vez castiga más, hicieron que el ministro de Economía, Sergio Massa, admitiera que están evaluando la posibilidad de otorgar un bono por única vez para los trabajadores del sector formal y un “suplemento de emergencia” para los desocupados y quienes se desempeñen en negro.
Así, tras la marcha convocada por la CGT contra la inflación, el Gobierno nacional analiza lanzar un nuevo bono para empleados del sector privado. Mientras tanto, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) planifica el pago del bono de $7.000 para jubilados y pensionados, que se acreditará en septiembre, octubre y noviembre, junto al aumento del 15,53% que se estableció de acuerdo a la Ley de Movilidad Jubilatoria.
“Estamos trabajando con el sector privado y las organizaciones sindicales en dos sistemas de refuerzo en materia de ingresos para trabajadores formales”, indicó Massa durante su presentación en el Consejo de las Américas. “Y sobre todo para los sectores de indigencia”, afirmó. Ante empresarios, el titular del Palacio de Hacienda reconoció que “los picos de inflación de estos meses” serán “los más altos que nos va a tocar vivir” por lo que “tienen que encontrar en la acción del Estado una respuesta o una solución”.
El esquema que podría aplicarse es una diagonal entre los reclamos de los sectores sindicales más rebeldes y opositores -que exigen una suma fija inmediata para todos- y lo que plantean los sindicatos orgánicos: que no se afecten las paritarias en las que los gremialistas ejercen su función primaria, que es la de negociar salarios y condiciones de trabajo. En cualquier caso, por pago de sueldos de estatales o vía asignaciones familiares, el Estado Nacional deberá aumentar el gasto público.
Según trascendió, el bono que analiza el Gobierno no sólo sería por única vez sino también a cuenta de las paritarias en el caso de los trabajadores que se desempeñan de manera formal. Además, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, no descartó la idea del pago de un bono para trabajadores en relación de dependencia.
En este delicado equilibrio de fuerzas, Massa aclaró después que será el presidente Alberto Fernández quien defina el esquema que se impulsará y que pretende poner en marcha junto a la UIA y la CGT. En caso de decidirse por el bono se estaría dejando de lado la propuesta impulsada por la vicepresidenta Cristina Kirchner de otorgar un incremento de suma fija.
Respecto a cuánto debería ser ese bono único, el monto no está definido, pero desde el movimiento obrero deslizaron que debería ser del orden de los $30.000 y podría pagarse en dos veces. Si bien el Gobierno nacional no abordó el tema públicamente aún, versiones aseguran que, de concretarse, el bono para privados tendría dos cuotas de un monto de $15.000 cada una.
Con relación a los trabajadores del ámbito informal y quienes estén sin empleo, lo que trascendió es la posibilidad del pago de un suplemento de emergencia similar al beneficio de $18.000 que a través de Anses se pagó en dos tramos los meses de mayo y junio y que alcanzó a unos 7,5 millones de personas.
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