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Massa y un vuelco en las expectativas que,  por ahora, no logra calmar a los mercados
PANORAMA POLITICO NACIONAL

Massa y un vuelco en las expectativas que, por ahora, no logra calmar a los mercados

La llegada del líder del Frente Renovador busca cimentar un sendero de ajuste fiscal que intente recomponer la credibilidad del Gobierno, ante un escenario complejo en lo económico y social. La tregua con el kirchnerismo y los roces por el armado de equipos.

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“Las crisis no avisan. Nueve días antes de su renuncia, De la Rúa estaba en Mendoza inaugurando una obra como el dique de Potrerillos”, recordó uno de los diputados opositores que más conoce a Sergio Massa y que se mostró cauto con el cambio de expectativas que despertó a comienzos de semana la llegada del tigrense al Ejecutivo. 

El correr de los días expuso que el mercado aún no confía plenamente en la hoja de ruta anunciada desde el 5to. piso del Palacio de Hacienda -las reservas del Banco Central cayeron casi US$ mil millones desde la salida de Silvina Batakis y las cotizaciones de la divisa retomaron tenuemente su senda alcista- y duda si el ministro de Economía tendrá las manos libres para aplicar un ajuste fiscal necesario para ordenar las cuentas públicas y estabilizar la macro.

El rechazo del kirchnerismo al nombramiento de Gabriel Rubinstein como viceministro de Economía y la indefinición para la sucesión de Darío Martínez en la secretaría de Energía, que formalmente no renunció pero en breve volvería a Neuquén para diagramar su candidatura a la gobernación, pusieron de manifiesto que el consenso con el que Massa asumió en el Palacio de Hacienda, por ahora, no puede evitar nuevos episodios de la interna sin fin del Frente de Todos.

El caso del economista y consultor, que nunca ocultó sus críticas a Cristina en sus manifestaciones públicas, resulta paradigmático en cuanto al poder de veto que aún conserva la Vice: hasta la tarde del último viernes su nombre era divulgado informalmente por canales oficiales como el virtual segundo de Massa en Hacienda.

Pese a las bravatas que se escucharon el miércoles durante la jura del tigrense, que anunciaban que llegaba para poner orden “a los cachetazos” en Energía, no hubo renuncias en el área y aún siguen en sus cargos el camporista Federico Basualdo y el cristinista Federico Bernal. A este último incluso se lo mencionó como el futuro reemplazante de Martínez. 

Los subsidios

El flamante titular del Palacio de Hacienda anunció una quita de subsidios mayor a la que había oficializado Martín Guzmán y que podría encarecer las boletas de unos 4 millones de usuarios que se inscribieron para seguir recibiendo el aporte estatal en sus servicios ¿Qué pasará cuando, en octubre tal vez, comiencen a llegar las facturas de luz y gas con estos aumentos y se repliquen por redes sociales las capturas de usuarios furiosos tal como sucedía en los tiempos de Juan José Aranguren? 

Está claro que el apoyo tácito que el kirchnerismo viene dando a Massa se originó en el temor al abismo que provocaba hasta hace algunos días una corrida cambiaria que presionaba por una fuerte devaluación y pre anunciaba un salto inflacionario a niveles desconocidos en los últimos 30 años, que pegaría aún más en tejido social el Conurbano. En plena disputa con la Casa Rosada, el dirigente Juan Grabois, que amenaza con sacar a sus tres diputados del bloque del FDT, anticipó que la pobreza en el primer semestre del año subirá un nuevo escalón desde el 40 por ciento en el que se ubicaba en la segunda parte de 2021. La inflación, como se sabe, es una fábrica de pobres.

El próximo jueves el Indec informará el registro de julio –superior al 7%, según los primeros números de consultoras privadas- y Massa reunirá a gremios y empresarios para intentar consensuar el pago de una suma fija para trabajadores privados para compensar la persistente pérdida de poder adquisitivo –que es resistida por la CGT porque “achata” las escalas salariales- y una suba en los topes de las asignaciones familiares.

Esta última medida si tendría un costo fiscal al igual que la asistencia financiera para las obras sociales con la cual presiona la central obrera. Habrá que ver cómo termina ese tira y afloje, que tiene a la marcha del 17 de agosto como telón de fondo.

Sí se prevé más tensión con las organizaciones sociales luego de los anuncios sobre una reorganización del Potenciar Trabajo. Hoy las agrupaciones expondrán una demostración de fuerza en ocasión de la movilización por San Cayetano. La interna permanente del FDT hace olvidar que fue una de las respuestas políticas del Movimiento Evita a Cristina luego del ataque contra la denominada “economía popular” del pasado 20 de agosto, en un acto en Avellaneda.

En un segundo plano

Mientras, Alberto Fernández ha quedado relegado a un segundo plano en la discusión interna del oficialismo. Se lo vio apocado durante el acto celebrado en el Museo del Bicentenario el pasado miércoles y en su entorno reconocen que ha quedado en una situación de debilidad. Es que la cuasi “intervención” de Massa en el Ejecutivo fue bendecida por diferentes actores del FDT que pretendían dotar de mayor “musculatura política” a un Gobierno a la deriva. “Hay gente que no come.

Acá no hay nada para celebrar y estamos viendo cómo llegamos a fin de año”, graficó un barón del Conurbano durante la festiva jura del nuevo timonel de Economía. Cerca, un jefe comunal más joven bancó “la viveza de Massa” en su alianza con el mundo empresario en busca de estabilidad financiera pero no se ilusionó con milagros: “Esperamos un volantazo para llevar al barco al puerto y no pegar antes contra el iceberg. Y poder despedirnos en 2023 con una plaza de Mayo llena gritando ‘Vamos a volver’”.

La evolución económica del país durante los próximos 90 días será decisiva para el país y para la gestión del Gobierno.

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