Agroinvest: innovación y calidad en inoculantes, de Junín al mundo
En diálogo con Democracia, Juan Francisco Menéndez brindó detalles de los inicios, del gran crecimiento de los últimos años y de la capacidad productiva de una empresa de la ciudad cuyos productos se distribuyen en 39 países.
De la mano de Incubadora de empresas, el 20 de diciembre de 2001 Juan Francisco Menéndez comenzó lo que por entonces era su proyecto de desarrollo de inoculantes, con un reactor de 500 litros que aún se conserva.
Con 23 años de trayectoria, ese proyecto se convirtió en lo que hoy es Agroinvest, una de las empresas líderes que actualmente produce inoculantes para cerca de 20 millones de hectáreas y busca ampliar su planta productiva.
En diálogo con Democracia, Menéndez brindó detalles de los inicios y especialmente del gran crecimiento de los últimos años y la capacidad productiva de una empresa de Junín cuyos inoculantes se distribuyen en todo el mundo.
Oportunidad y primera ampliación
Luego de instalarse, cuando ya habían comenzado a adquirir cepas del cepario más grande de inoculantes del país -en INTA Castelar-, para multiplicarlas en el reactor de la incubadora de empresas, surgió una oportunidad clave.
“A los dos años, uno de los grandes consumidores de inoculantes del país tiene un problema con un proveedor de calidad, y ahí entramos nosotros”, destacó Menéndez.
Ello llevó a la necesidad de contar con un laboratorio mucho más grande. Así fue el gran salto a una demanda de uno de los grandes distribuidores de inoculantes del país, contrato por el que se crea la planta actual.
“Se trata de un contrato para 500 mil dosis de inoculantes de soja y algo de 70 mil hectáreas de trigo”, destacó, y al mismo tiempo aclaró que “son dos inoculantes diferentes: uno es un fijador de nitrógeno para soja y el otro, un promotor de crecimiento, lo que se usa para el trigo”.
Agroinvest comenzó a exportar inoculantes hace doce años, de forma propia, y por terceros, a Paraguay y a Brasil.
Con la planta actual, según Menéndez, “se empieza a abrir el mercado de Brasil y Paraguay, siempre con una capacidad de 800 mil hectáreas, un millón o dos millones de hectáreas anuales”. No obstante, señaló que “ahora pasamos a ocho millones de hectáreas anuales. Hace un año hicimos un contrato de 20 millones de hectáreas con grandes distribuidores de inoculantes”. Y destacó que “de tener la planta subutilizada, comenzamos a tenerla totalmente utilizada desde hace tres años, por contratos con grandes empresas como Rizobacter, que confía en nosotros para elaborar productos que luego revende. Nosotros producimos bajo sus exclusivas fórmulas, con el concepto de calidad de Rizobacter, y gran parte de su producción sale de esta planta”.
Luego del último gran convenio de 20 millones de hectáreas por dos años, se encuentran en plan de ampliación de la planta. “Estamos haciendo 10 millones de hectáreas por año”.
Lo último fue entre dos y tres millones de hectáreas de poroto y garbanzo para Canadá y Estados Unidos.
La calidad, primero
Como farmacéutico, el titular de Agroinvest destacó la búsqueda de la calidad en los productos como premisa.
“Tenemos calidad GMP (por las siglas en inglés de Buenas Prácticas de Manufactura), que equivale a hacer las cosas bien. Luego tenemos las normas ISO 9001, para estar documentados y permitir escalar con la misma calidad”, explicó y agregó: “A su vez implementamos la ISO 13485, de productos médicos, para otra empresa. Y la 14971, de análisis de riesgo”.
Concretamente sobre los inoculantes aseguró que “lo que importa en estos es la ausencia de contaminantes y de unidades formadoras de colonias por mililitros, es decir, la concentración. Se trata de una condición de especificidad en el producto final”.
En detalle, señaló que el inoculante es un fijador de nitrógeno que interviene en el crecimiento del cultivo, fijando nitrógeno y dando más rendimiento. No cambia la calidad del cultivo.
“El nitrógeno se aporta a las leguminosas; para el maíz y el trigo llevan promotores de crecimiento. Los mecanismos de acción de las bacterias son diferentes”.
Fertilizantes biológicos
“Hay dos formas de fertilizar, una química y una biológica a partir de bacterias”, detalló Menéndez. Y amplió que “los fertilizantes biológicos tienen que tener concentración de bacterias por mililitro para hacer el efecto”.
El proceso de desarrollo de un inoculante “se inicia por la cepa, se coloca en un Erlenmmeyer, un frasco relativamente chico y de ahí se pasa a biorreactores chicos, y luego a grandes”.
La dificultad del proceso está en la esterilización para controlar la ausencia de contaminantes, por lo que se realizan estrictos procesos de esterilización, con controles específicos, incluida la vestimenta de los operarios.
“La planta trabaja las 24 horas, aunque no haya operarios, ya que las bacterias se están multiplicando de forma estéril todo el día, con temperatura controlada y tensión de oxígeno controlado. La planta está automatizada por completo”, explicó.
En detalle, señaló que “las áreas limpias se monitorean, llevan controles de calidad, se monitorea el aire y superficies. Se van controlando parámetros de manera constante que indican que el proceso va bien. Se puede caer de los parámetros y, aun así, seguir con la calidad final. Eso permite validar el proceso y asegurar la calidad”.
Los fertilizantes biológicos son inocuos, lo que se conoce como “producto banda verde”, que, según Menéndez, “son bacterias benéficas”. Las líneas propias del laboratorio Agroinvest incluyen Fullbacter, inoculante para soja, para maíz, sorgo, trigo y, como se mencionó, fijadores de nitrógeno y promotores de crecimiento.
Segundo productor de inoculantes
A través de mercados de terceros, los inoculantes de Agroinvest se distribuyen en todo el mundo: Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia; en cerca de 39 países.
Menéndez destacó la etapa de crecimiento: “Hoy somos el segundo productor de inoculantes, en gran parte gracias a terceros que nos compran para revender. Para fin de año tendríamos que tener la capacidad productiva para hacer frente a la producción, pero igualmente siempre buscamos estar por arriba en lo que respecta a un plan de contingencia”.
La empresa continúa sumando tecnología, así como profesionales. Tal es el caso de un biotecnólogo y un microbiólogo, ambos de otras plantas fuera de Junín, con el objetivo de continuar creciendo y seguir apostando a la investigación, la innovación y el desarrollo.