Con un ritmo muy lento, luego de una semana sin actividad, se reanuda la cosecha de soja en la región norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fé.
La presencia de tallo verde y retención foliar asociada al estrés que sufrió el cultivo en el mes de enero y parte de febrero, hacen que la cosecha sea lenta y obligó en algunos casos a la aplicación de desecantes para acelerar el secado. A esto se suma la ocurrencia de lluvias en la región que interrumpió la actividad por al menos una semana.
Los rendimientos van desde los 25 qq/ha a casos que superan los 55 qq/ha. Predominan los lotes de 35 a 40 qq/ha. Los valores de menor rendimiento corresponden a lotes que se han sembrado en fechas de siembra de octubre (15 al 31/10) y grupos de maduración más cortos (IIIL y IVc).
Los primeros lotes cosechados salieron con una muy mala calidad (granos verdes, arrugados, con elevada carga fúngica, abollados), pero a medida que se va ingresando en lotes de fecha de siembra de mediados de noviembre, la calidad mejora.
En cuanto al maíz temprano, se ha cosechado el 80% de la superficie, con picos de rinde de 140 qq/ha y pisos de 80 qq/ha. Luego de cuatro campañas sin poder sacar rendimientos aceptables en maíz temprano, el cultivo de maíz en fecha de siembra temprana cerrará una buena campaña en la región.
No ocurre lo mismo con el maíz tardío y de segunda donde el impacto de Spiroplasma transmitido por la chicharrita ha generado una disminución en la estimación de producción de 6,5 MTn a nivel nacional. El impacto del Spiroplasma varía ampliamente en la región: hay sectores con pérdidas totales de lotes y otros con solo un 5% de daño.
- La chicharrita causó daños considerables en el cultivo
Específicamente en la región, hay lotes sin daño y lotes con pérdidas mayores al 20%. En este sentido, se espera una gran caída en la siembra de los maíces tardíos y de segunda para la campaña 2024/25. En los últimos cinco años, estas siembras se habían transformado en una gran medida defensiva y estratégica ante sequías y limitaciones de suelo. Con este panorama, la alternativa en parte de la superficie sería el sorgo granífero, aunque se enfrenta a la dificultad inicial de la escasa disponibilidad de semillas para la venta.
En el caso del sorgo granífero, la cosecha avanza a un ritmo lento también. Los rendimientos van desde 60 qq/ha a lotes que han superado los 90 qq/ha. La media de los lotes cosechados se ubica en 70 qq/ha.
De cara a la campaña de cultivos de invierno, con perfiles cargados pero sin buenos precios, la intención por mantener la superficie con trigo está vigente entre los productores. Con rendimientos de indiferencia de 33 qq/ha de trigo en campo propio y 45 qq/ha en campo alquilado, hoy el costo de hacer una hectárea de trigo con tecnología media a alta en la región es elevado. Para tomar como referencia, a la misma fecha un año atrás, el costo de indiferencia de trigo en campo propio era 25 qq/ha.
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