Rizobacter: del garaje de una vieja casona a conquistar cuatro continentes
Ricardo Yapur, socio fundador y actual CEO, habló en exclusivo con Diario Núcleo sobre el austero comienzo de la empresa que hoy tiene planificado facturar 300 millones de dólares.
La empresa pergaminense Rizobacter nació hace 45 años en un garaje de escasas dimensiones y tras años de trabajo y determinación logró expandirse al mundo. A su sede central ubicada en el Parque Industrial se le sumaron dos más en Brasil y Paraguay logró tener presencia en cuatro continentes: América, Europa, Asia y África. La empresa comercializa sus productos biológicos para el agro en más de 40 países e hizo que la empresa francesa Bioceres adquiera el 80% de su paquete accionario.
- Casa Central de Rizobacter Pergamino
Hacia el año 2013 la empresa logró llegar a los 100 millones de dosis de inoculantes líquidos en Argentina. La primera exportación que realizó Rizobacter fue en el año 1986 y hoy llegó a posicionarse como un líder mundial en el mercado de inoculantes para soja con un market share del 23%.
Ricardo Yapur, socio fundador y actual CEO de la empresa, habló en exclusivo con Diario Núcleo sobre los comienzos de la firma y de su presente exitoso.
Del garaje a las mega oficinas
El 20 de noviembre de 1977 el ingeniero agrónomo Miguel Harnan comenzó a producir inoculantes para leguminosas forrajeras (lotus, alfalfa y trébol) en una vieja casona alquilada que estaba ubicada en la esquina de Pueyrredón y Alberdi. Mientras lo hacía tuvo una corazonada y comenzó a realizar pruebas de inoculación en soja porque sospechaba que algún día ese cultivo se consolidaría en la región pampeana.
- Los fermentadores y compresores que utlizaban para producir inoculantes en el garaje
Seis años más tarde, Harnan comenzó a seducir a tres jóvenes emprendedores para que lo acompañaran en su iniciativa, estos tres jóvenes pergaminenses eran el ingeniero agrónomo Ricardo Yapur, el contador Jorge Mac Mullen y Enrique Ripoll. De esta manera, el 23 de agosto del año 1983 nació la sociedad anónima Rizobacter. En este primer momento los tres comenzaron a aportar ideas y ahorros de sus bolsillos para contratar a los primeros empleados y lograron ampliar las instalaciones al alquilar dos casas anexas a la casona de Pueyrredón y Alberdi.
“La empresa tiene 45 años y llevo trabajando en ella 42 años. Cuando llegué la compañía continuaba operando en el garaje y teníamos una oficina en calle Bolivia. En el garaje se producía el inoculante y a veces se envasaba en el garaje de calle Bolivia.Yo trabajaba en una cooperativa y en ese momento comenzó todo el tema del análisis de suelo y quería dedicarme a la fertilización, entonces fui a visitar al ingeniero Daniel Lavezzari que trabajaba en la Agencia de Extensión del INTA quien me dijo que me iba ayudar y que lo íbamos hacer realizando análisis de suelo. De esta manera comencé a sacar las muestras de suelo y las llevaba al Laboratorio Miguel Harnan y Asociados, que era el laboratorio que tenía Rizobacter en aquel entonces. Harnan observó que yo tenía habilidad para sacar las muestras de suelo y un día se presentó en la Cooperativa de Arroyo Dulce y ahí lo conocí y comenzamos a trabajar juntos. Comencé a trabajar en la parte técnica ya que estaba recién recibido y un día le dije a Miguel que quería trabajar en ventas y me dijo armara el sector”, recuerda Yapur y agrega: “Siempre digo que la sangre árabe junto con la de italianos venecianos que tengo me llevó a convertirme en un hombre de negocios”.
En el año 1983 comenzaron con la edificación de la primera planta en el Parque Industrial pero no se podían mudar debido a que no tenían teléfono y se comunicaban con las oficinas del centro a través de un equipo de radio. La mudanza definitiva fue el 1 de abril de 1989 con la planta ya en producción y con las oficinas funcionando. A partir de ahí vendría toda la etapa de crecimiento de la empresa y en el año 2008, en pleno conflicto del gobierno de Cristina Kirchner con el campo, se inauguraron las oficinas actuales de Rizobacter. “Teníamos una fiesta inmensa armada para celebrar la apertura del nuevo edificio porque para nosotros era un sueño hecho realidad, pero el conflicto con el campo hizo que el festejo fueran unos choripanes con todo el staff de la empresa. Nos pareció que era tirar “manteca al techo” hacer una mega fiesta en ese momento”, recuerda Yapur.
“Hoy le damos trabajo a 700 personas”
Hasta mediados de los años 80 casi todo el personal se reclutaba en Pergamino. Pero con el correr del tiempo, y con el éxito de los negocios, la compañía abrió el espectro y fue formando células similares a la Casa Central pero en el interior del país. De esta manera se fueron conformando grupos de trabajo en ciudades como Paraná, Río Cuarto, Necochea y Tucumán.
“Dentro del mundo de los fitosanitarios somos una compañía chica comparada con Syngenta o Bayer por ejemplo. Pero como empresa en Pergamino y en el país somos importantes. Luego de la Municipalidad y la Cooperativa Eléctrica somos el mayor empleador de la ciudad, hoy tenemos 700 personas trabajando con nosotros”, dice el CEO de Rizobacter.
-¿La empresa ha sido apoyada por los diferentes intendentes de Pergamino?
-Somos una empresa importante para la ciudad y eso hizo que los distintos intendentes se hayan interesado mucho en nosotros. Con Javier Martínez tenemos una muy buena relación, en estos 8 años de su mandato todo lo que nos dijo lo cumplió. Con Omar Pacini también tuvimos una muy buena relación y con "Cachi" Gutierrez fue buena.
El futuro mejor que el pasado
Actualmente, Rizobacter está invirtiendo 5 millones de dólares para agrandar su planta de biológicos para de esta manera no perder su capacidad productiva y para seguir continuar actualizando parámetros de calidad para abastecer un mercado local y global en crecimiento.
-¿Cómo le afecta a Rizobacter esta nueva crisis que golpea al país?
-Afortunadamente no nos está pegando tanto la crisis porque el sector agro no está mal. A pesar de que le están pegando por todos lados, de que le saquen el 35% de su producción por las retenciones y de que le cueste invertir para seguir produciendo, el sector agropecuario no está mal. En la medida en que el agro esté bien, nosotros vamos para adelante. En los últimos 20 años sólo caímos en el 2015 porque el sector agropecuario pensaba que Scioli ganaba las elecciones y entonces todos comenzaron a invertir menos y nosotros facturamos menos. Cuando nos compró Bioceres en el año 2016 este negocio facturaba 90 millones de dólares y en esta campaña facturará 300 millones de dólares.