Andrés Esper, el pergaminense que triunfa en el vóley de Rusia
Es el preparador físico del Dynamo de Moscú. Acaba de lograr la Copa de Rusia. Su trayectoria, sus sueños. Fue declarado personalidad destacada de Pergamino junto a su hermano Pablo. El presente en la elite del vóley mundial
Andrés Esper hace un alto en su agenda, y entre viaje y viaje se toma unos cuantos minutos (más de treinta) para hablar con Diarionucleo.com. El pergaminense consiguió, hace pocas semanas, una nueva medalla, un nuevo logro con el Dynamo Moscú. Esta vez obtuvo la "dorada" tras ganar la Copa de Rusia, en una final infartante, al poderoso Zenit Kazan.
Andrés, hacenos un poco de reportero. ¿Cómo está la situación en Rusia en cuanto a la vida diaria, teniendo en cuenta el conflicto bélico que mantienen con Ucrania?
AE: “Acá en Moscú se vive de lo más normal, no hay problemas de inseguridad, de ningún tipo. Todo funciona: los subtes, hay espectáculos, hay partido todos los días. Desde que yo vine en mayo del año pasado, ahora hubo una devaluación importante, el Rublo vale la mitad comparado con el Euro. La devaluación empezó en diciembre, pero eso te afecta si vos compras algo importado. Si ellos (por la sociedad rusa) se quieren comprar un Mercedes Benz, obviamente que les afecta; si ellos se quieren comprar un iPhone, les afecta, pero lo que yo no veo que afecte es a lo de todos los días. Yo voy a un supermercado y el litro de leche vale lo mismo que hace un año, la carne vale lo mismo que hace un año, la fruta vale lo mismo que hace un año. Ellos dicen que les está resultando las cosas más caras, pero me parece que tiene que ver con esas cosas que son importadas. El pasaje de subte vale lo mismo, el agua caliente…acá te llevan agua por una cañería, no es que vos tenés un calefón, la electricidad, todo eso vale igual, pero en lo de todos los días no se nota”.
¿Cómo es la adaptación familiar?
AE: “Yo estoy solo acá en Moscú, mi mujer y mi hijo están en Argentina. El año pasado los vi muy poco, aunque ellos vinieron. Nunca tuve la posibilidad, como ahora, de estar dos años en el mismo lugar, solamente en China estuve dos años, siempre fui cambiando. Es medio complicado mover a alguien, además el idioma es muy complejo. Nunca estuve en un lugar con una lengua cercana a nosotros, como puede ser España o Italia. A mí me tocó estar en Alemania, Finlandia, Estonia, ahí no hay problema porque si vos hablas inglés no tenés problema; ahora en China es muy difícil, es como si yo hablo inglés y vos ir la Argentina no hablando español, no vas a encontrar a todo el mundo que te pueda dar una mano. En Rusia me pasa lo mismo. En Irán los jugadores, varios, hablaban en inglés, pero en la calle no. En Polonia los jugadores jóvenes hablan inglés, la gente grande no habla, la lengua es siempre un tema, un condicionante”.
O se que te manejas con el inglés, pero ¿aprendiste algo de ruso?
AE: “Estoy aprendiendo, pero es muy difícil, invierto mucho tiempo y progreso poco, así que lo uso cuando necesito usarlo, algunas palabras o decir alguna cosa clave, o si tengo que comunicarme en la calle, pero en el equipo hablo en inglés, con un inglés básico, porque no sirve hacerte ver como que vos hablas perfecto inglés y el otro no te entiende. Hablo sabiendo de la manera que ellos me van a entender, incluso si tengo que hablar inglés de manera incorrecta lo hablo incorrecto, pero con el objetivo de que el otro entienda. En otros casos le he pedido a alguno que me traduzca, y en algunos casos he usado también el traductor del teléfono”.
Andrés, nos metemos en lo netamente deportivo. ¿Qué significa para vos este logro con el Dinamo?
AE: “El año pasado salimos terceros, en un torneo que habían creado en su momento la Unión Soviética, y ahora lo volvieron a reeditar. Como el año pasado los dejaron afuera de los Juegos Olímpicos y de las competencias internacionales, por las sanciones, decidieron hacer de nuevo este certamen. Después ganamos la Supercopa, ante el Zenit. Fue un partido durísimo. Y en la Superliga de Rusia, que sería para nosotros como la Liga Nacional, perdimos contra el Zenit. El año pasado yo obtuve tres medallas: una de oro, una de plata y una de bronce. Este año se festejan los cien años de todo; porque hace cien años terminó el reinado, el imperio, la monarquía y empezó la Unión Soviética. Entonces están celebrando cien años de Aeroflot, que es la empresa aérea, cien años de CSKA, que es el club de los militares, cien años de Dinamo, es el club de la policía, de la KGB, cien años de la Federación de Vóley de Rusia. Entonces se hizo un festejo, un torneo por estos cien años, clasificamos al Final Four. Ganamos el primer partido, pasamos a la final ante el Zenit Kazan. Íbamos perdiendo dos a cero y ganamos tres a dos. El Kazan es uno de los mejores equipos de la historia del mundo. Un equipo que tiene en las paredes del estadio escritos todos los títulos que obtuvo, es un super equipo. En este Final Four yo conté, por lo menos, diez jugadores medallistas olímpicos, para que tengas una idea entre los cuatro equipos del nivel que había”.
¿Cómo fue tu llegada a esta liga tan poderosa?
AE: “Durante mucho tiempo había querido venir a Rusia. Me habían dicho que era muy difícil venir acá, que nunca me iban a llamar, que era imposible. Un día recibí un mensaje para ver si estaba interesado en venir, justo estaba trabajando en Estonia. Como Estonia fue parte de la Unión Soviética pregunté si alguien hablaba ruso. Había un entrenador y le pedí que me haga de traductor, yo quería estar completamente seguro y no fallar en la entrevista por un problema de comunicación. Al final se dio que no solo vine a Rusia, que es lo que yo quería, sino que vine a uno de los mejores equipos del mundo, que era en ese momento el equipo campeón de Rusia, con el entrenador de la Selección de Rusia, con tres jugadores que habían ido a los Juegos Olímpicos, son subcampeones olímpicos, todos maestros del deporte”.
¿Qué te sorprendió de tu equipo y/o de la Liga?
AE: “Acá son muy estrictos, muy rígidos. No son muy flexibles para los cambios. Son muy tradicionales, es muy difícil cambiarlos. Uno les puede decir: esto se puede hacer así porque es mejor, pueden que lo entiendan, pero a la hora de hacerlo siguen como lo venían haciendo. Hacer cambios acá lleva mucho tiempo. Una persona que trabaja en el club me dijo: en Rusia se considera que cuando uno toma el mando en una empresa, por ejemplo pasas a ser gerente de una empresa, se considera que el primer año es solamente para conocer la gente, y que te conozcan a vos, y recién en el segundo año empezás a hacer cambios. Yo me quedé de helado, un año es un montón de tiempo. Nunca en mi vida tuve ese tiempo en un equipo, ya que es todo inmediato. Yo me adapté a ellos y los seguí a ellos. Otra cosa fundamental es tener una buena relación, siempre, en todos lados. Cuando tenes una dificultad con la lengua tenes que ser muy claro con lo que decis porque se puede malinterpretar. El lenguaje corporal vale mucho también porque se transmite”.
Estás en el la elite del vóley. ¿Cómo te seguis perfeccionando, nutriendo, relacionando con otros profesionales, me imagino?
AE: “Hay muchas cosas que noto en la Argentina que todos quieren demostrar que con ellos los equipos son más fuertes. Vengo de un deporte individual, porque yo era triatleta cuando vivía en Pergamino…En el triatlón gana el más rápido, pero en los deportes de equipo no es así, gana el que juega mejor. Y para jugar mejor vos necesitas un determinado estado físico, pero no es que tenés que ser el mejor en el estado físico. El mejor en salto es campeón en atletismo, el mejor en fuerza es campeón en levantamiento de pesas, el mejor en resistencia es el campeón en atletismo, en la maratón o en los 10.000 metros. En el vóley es otra cosa, en el básquet es otra cosa, en el fútbol es otra cosa. Me parece que ahí hay un gran error de los preparadores físicos argentinos, especialmente porque quieren hacerse autobombos, venderse, promocionarse, poniendo videos todo el tiempo, mostrando los kilos que levantan como si ese fuese el objeto principal. Y el objeto principal del jugador de vóley es jugar bien al vóley. Para eso necesita saltar alto, para eso necesita pegarle fuerte, para eso necesita tener una cierta flexibilidad. Vos podés saltar mucho, a lo mejor saltás a destiempo y la pelota te queda baja. Hay que conocer a cada integrante del equipo, estudiar su potencial. Pero respondiendo a tu pregunta, porque me fui un poco, estoy teniendo problemas para relacionarme con argentinos, desde hace tiempo, no porque no quiera, al contrario, todo el tiempo trato de relacionarme, pero yo lo que noto es que hay mucha gente que está confundida, por estas cosas que te acabo de mencionar. Hay que cerrar ventanas para que uno sea eficiente. A mí me parece que en Argentina hay mucha gente que tiene muchas ventanas abiertas y eso hace que pierdan eficacia”.
Por lo deportivo, por lo económico, obviamente que hay una diferencia con Argentina. Ahora, ¿te gustaría trabajar en el país?
AE: “Por supuesto, a veces me hacen la pregunta inversa: por qué no te quedas afuera…Les digo: porque mi casa está en la Argentina, yo quiero vivir en el campo, por qué tengo que estar afuera. Tengo pasaporte italiano, podría vivir en Europa, hablo 3 idiomas, podría quedarme afuera, pero yo quiero volver a la Argentina. A mi me gusta todo esto, como experiencia de vida, es muy atractivo. Ahora, me gustaría volver a la Argentina, por supuesto”.
¿En algún momento te gustaría cambiar a otra disciplina, a un deporte individual, ponerte nuevas metas?
AE: “Mirá, empecé entrenando ciclismo, después pasé a un equipo de vóley. Entrené a una windsurfista china, que fue doble campeona del mundo, subcampeona olímpica y campeona asiática. Fue una experiencia muy buena. Llegué a ser subcampeón del mundo con Alemania Beach. Trabajé en varios países, siete selecciones nacionales. Hace dos años, cuando estaba en Argentina, me habían ofrecido un equipo de rugby, tuve las entrevistas, estaba muy interesado, era en La Plata, pero notaba algunas cosas como que estaban muy voladas. Yo vuelvo a la Argentina y el único lugar que trabajo es en una escuela. He perdido la posibilidad de reinsertarme. Este año había un cambio de un preparador físico en una de las selecciones de vóley, pregunté si podía presentar mi currículum o mandar un proyecto, no que me pongan sino si podía participar de una entrevista o algo. Nunca la tuve esa entrevista, no me tuvieron en cuenta. Paradójicamente, a los 15 días me ofrecen la selección de Rusia. O sea, no pude entrenar a una de las selecciones argentinas que cambiaban el preparador físico y a los 15 días estaba entrenando a la selección subcampeona olímpica”.
En el 2017, tanto vos como tu hermano Pablo fueron declarados “Pergaminenses Sobresalientes” por el Honorable Concejo Deliberante. ¿Qué sentiste al obtener ese reconocimiento?
AE: “Pergamino es mi ciudad. Me fui a estudiar a La Plata cuando tenía 18 años, después seguí una vida allá, porque empecé a trabajar, como les pasa a muchas personas, pero si alguien me pregunta de dónde soy, yo soy de Pergamino. Cuando me dieron esa mención me puso muy contento, no me la esperaba. Pienso que no sé si soy merecedor de eso. Lo dije ahí cuando me lo dieron: admiro más a algunos que a mí me causaban siempre admiración, como Hugo Pratissoli, Herminio Suárez, yo tenía la posibilidad de entrenar con ellos. A mí ellos me parecen más merecedores. Otro que admiro mucho es a Patricio Dottavio, que cruzó el Río de La Plata nadando, cruzó el Canal de La Mancha, el Estrecho Gibraltar. Pero si lo pienso objetivamente, te diría que sí sería merecedor para mí un premio o un reconocimiento de esas características, no es por tirarme flores, pero lo que yo logré no lo logró nadie. No existe un preparador físico de voleibol en todo el mundo que haya estado en nueve países de tres continentes, que no es lo mismo que estar en Europa, vos tenés que adaptarte mucho más cuando cambias de continente. Estuve en siete selecciones nacionales, entrené varones y mujeres, que son dos cosas distintas, haber entrenado Indoor y beach vóley, que son dos deportes distintos, además estuve en las competencias más importantes: Juegos Olímpicos, campeonatos del mundo, Liga Mundial, Campeonato de Europa, Campeonato de Asia, ligas nacionales de las más fuertes. Gané la primera medalla histórica para un equipo europeo en un Mundial de Beach Vóley. Reconozco que he obtenido muchas cosas, sé lo que he logrado, pero no me la creo”.
Andrés, para terminar. En la respuesta anterior hiciste un gran resumen de tu trayectoria. ¿Qué objetivos tenes de aquí en adelante? ¿Qué te queda en el casillero?
AE: “En lo deportivo, en lo inmediato, me gustaría ganar la liga de Rusia, que el año pasado quedamos segundo. Si pensara más allá… Me llamaron para la selección de Rusia, y a veces pienso que si se levantasen las sanciones y yo pudiese seguir en la selección podría ir a un Juego Olímpico, y si vas a un Juego Olímpico con Rusia vas a pelear las medallas. Eso sería varios años en adelante, porque con suerte estamos hablando de 2028, porque para 2024 no va a ser posible, y ahí ya habría que ver si yo sigo, qué sé yo. Hoy pienso más en plazos más cortos, como decir esto de salir campeón con Dynamo Moscú en la Superliga de Rusia”.