Sabrina Mai, seguramente, no olvidará el 2022. Se consagró campeona del Mundo, y como broche de oro, sobre el cierre de año, obtuvo el Olimpia de Plata.
Puso su nombre en la mesa de los grandes, vale aclarar que el galardón de oro se llevó Lionel Messi y la gran Gabriela Sabatini se quedó con el “Olimpia de Brillantes” por su trayectoria.
Diarionucleo.com tuvo un mano a mano con la taekwondista. Un recorrido por su vida. El futuro y los desafíos. Su pasión por esta disciplina. El crecimiento de una actividad que suma adeptos.
- Sabrina, recientemente ganaste el Olimpia en tu disciplina, cerrando un año deportivo espectacular. ¿Qué sensaciones te dejó llevarte este tan distinguido premio por primera vez para una deportista rojense?
SM: “Ya la nominación fue un shock, pero en el sentido para el taekwondo porque fue la primera vez que la actividad estuvo nominada para los premios Olimpia. Ver el nombre del taekwondo ITF en esos premios era una alegría enorme. Y cuando vi mi nombre dentro de los nominados la alegría se potenció.
Estar en esa fiesta para mi y para mis compañeros que estuvieron ahí era ganar, porque la vivimos de la misma manera, porque el que ganó esa noche fue el taekwondo no los cuatro que estuvimos ahí.
Se trabajó mucho para que este deporte esté presente. Obviamente que nosotros éramos los merecedores de estar ahí por el año que habíamos tenido. Cuando dieron mi nombre en la entrega de los Olimpia se me llenó la mente de recuerdos, mi primera clase, mi primer torneo, de todos los viajes, de todos los esfuerzos que uno hace para superarse día a día”.
- En el deporte y en cada deportista hay un lado b, una historia de tenacidad, de perseverancia, esfuerzo, dedicación. ¿Cómo evaluás el éxito?
SM: “La gente a veces ve solamente los resultados, tanto buenos como malos, historia o derrota, pero detrás de todo eso hay un trabajo inmenso de años, que pueden culminar con una alegría o una tristeza, depende de cómo uno lo vea esa tristeza, porque es medio cliché, de las derrotas se aprenden, pero también de las victorias, mucho más.
Todo lo que no se ve hace al deportista, no solo el resultado, las victorias o las derrotas. Yo hablo por mí; lo que a mi me hace deportista es todo el recorrido, el camino a llegar a un objetivo, después si se da o no, no es por uno sino por un montón de factores externos”.
- Otro gran logro que tuviste en el 2022 fue haber ganado el Mundial en Países Bajos. ¿Viéndolo en retrospectiva, qué te dejó ese certamen?
SM: “Fue mi quinta participación en un Mundial. Fue bastante especial, cada uno es diferente al resto, pero éste, sobre todo, porque era mi primero ya recibida, ya trabajando de mi profesión (Kinesióloga), y con más experiencia a nivel competitivo, con más edad.
Se trabajó diferente, en el sentido que al principio tenía mucha autopresión, me presionaba por ganar y ganar, entonces empezó a perder sentido la competencia porque sentía que era algo frívolo, y me no me daban muchas ganas de entrenar. Entonces cambié el objetivo: poner el disfrute por sobre la victoria, y así funcionó.
Estoy orgullosa de haber ganado el Mundial, pero más aún de haberlo disfrutado. El Mundial anterior me había ido muy bien, pero no lo había podido disfrutar como sí disfruté éste. Fue un Mundial distinto, había muchas chicas jóvenes, con muchas ganas de ganar, me habían estudiado mucho, creo que fue el más duro física y técnicamente. Ese resultado sumó para que a fin de año me nominaran a los Olimpia”.
- El festo de Sabrina Mai tras ganar el Mundial de Países Bajos
- Pensando en el futuro, en lo que se viene, en las próximas competencias. ¿El haber ganado el Mundial te exigirá más presión?
SM: “Creo que la presión siempre está. Obviamente que va mutando; al principio quería ganar por mis amigos, por mi gente, por el público, pero hoy creo que es más mío, y se puede manejar distinto.
Al haber más eventos de taekwondo la gente los ve, sabe lo que hacemos, y los torneos los nenes más chiquitos te demuestran cariño, te dicen cosas lindas, pasamos a ser una inspiración para ellos. Y yo me quedo con eso, con competir para seguir disfrutando”.
- Por lo que decís, y por la madurez en la que te encontrás, en la edad y en lo deportivo, y es bueno el mensaje que bajás. ¿Entonces, se puede competir disfrutando?
SM: “Yo quiero seguir disfrutando de lo que me gusta. Soy una persona muy competitiva, que le gusta ganar a todo, pero poniendo el disfrute por sobre todo. Eso lo aprendí hace un tiempo y espero mantenerlo. Y cuando eso ya no esté, entonces será la hora de dejar la competencia, porque dejará de tener sentido”.
- Sabrina, volvamos para atrás. ¿Cómo nació tu pasión por esta disciplina?
SM: “Arranqué a los nueve años. Hacía un montón de deportes en Rojas: fútbol, básquet, tenis, ping pong. Un día mi abuelo llevó a mi hermano mellizo a hacer taekwondo porque quería que se defienda, que haga algún deporte. Y en su segunda o tercera clase lo fui a buscar con mi mamá, cuando entré me encantó, le pedí al profesor si podía quedarme en la clase, me dejó, y después fui a la próxima clase y nunca más frené.”
- ¿Si hoy tuvieras que “vender”, de alguna manera, la actividad, qué recomendarías?
SM: “Obviamente que depende de la edad. Mi propósito con la práctica fue cambiando año a año, y etapa en etapa. Mi inicié con una visión más lúdica que deportiva, y después en mi adolescencia pasó de deportiva y marcial, hoy podría decir lo mismo.
El taekwondo es un arte marcial que es para todo el mundo, para cualquier tipo de cuerpo, para cualquier tipo de persona, hay un desarrollo impresionante del taekwondo adaptado.
Creo que el taekwondo te da un montón de herramientas que otras disciplinas no. Hablo de lo que me dio a mi: un norte, una disciplina, del relacionarte con personas de diferentes ámbitos, porque el taekwondo está en todos los barrios”.
- ¿Incursionaste en el ámbito de la docencia?
SM: “Sí. Siento que la docencia es una vocación, intenté en el último año del secundario, estuve viajando a dar clases al Club Alianza de Colón, pero sentí que no era lo mío. No lo disfrutaba tanto como entrenar, y entonces decidí dar u paso al costado y que lo hiciera otro compañero”.
- Trabajaste en Colón, sos rojense. ¿Cuál es tu opinión acerca del taekwondo en la región a nivel país?
SM: “A nivel región hay muchas escuelas, es muy diferente al taekwondo de las grandes ciudades. En las ciudades más chicas, los instructores pueden trabajar bien con los grupos de menor edad, porque cuando te toca irte a los 17, 18 años, a estudiar a Rosario, Buenos Aires, Junín u otra ciudad, esos grupos se desarman y cuesta recomponerlos.
Cuando te vas a estudiar cambian las rutinas y la regularidad de las prácticas también varían. Pero te aseguro que a la hora de irte a otra ciudad y si hiciste taekwondo estás parado diferente. Vos ves a alguien que hizo un arte marcial y al que hizo otro deporte la mirada es diferente.
Y en cuanto al nivel de país, la Argentina viene ganando en los últimos siete mundiales. El desarrollo que se está haciendo es impresionante. Hay un trabajo minucioso en todas las provincias del país. Por ejemplo, Rio Gallegos es fuente de deportistas, en Jujuy, Salta, Chaco, Corrientes vienen creciendo. Es por eso que los distintos equipos de la Selección Argentina tienen una conformación muy federal en el último tiempo.
Un detalle no menor, el taekwondo es que es la segunda disciplina que más se practica en el país después del futbol. Hoy con la televisación se puede difundir mucho más, está en crecimiento. Vuelvo a remarcarte lo de antes: el arte marcial te permite pararte de otra forma ante la vida”.
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