La dictadura militar argentina (1976-1983) marcó un capítulo oscuro en la historia del país, caracterizado por la desaparición de miles de personas, torturas sistemáticas y una represión brutal. En este contexto, el presidente estadounidense Jimmy Carter se destacó como una figura clave en la defensa de los derechos humanos, un principio que definió su política exterior y que lo llevó a intervenir, de diversas formas, en los tristes eventos que sucedían en Argentina.
Desde el inicio de su mandato en 1977, Carter promovió una política que colocó los derechos humanos como eje central de las relaciones internacionales de Estados Unidos. Esto lo diferenció de sus predecesores, quienes consideraban que los abusos cometidos por regímenes represivos eran “asuntos internos”.
En el caso de Argentina, Carter utilizó herramientas diplomáticas para visibilizar los horrores de la dictadura, apoyándose en figuras clave como su Subsecretaria de Derechos Humanos, Patt Derian, y el funcionario político Tex Harris, quien documentó más de 10,000 casos de desapariciones forzadas mientras trabajaba en la embajada estadounidense en Buenos Aires.
LA DIMENSIÓN HUMANA DE LA POLÍTICA DE CARTER
Harris desafió los protocolos diplomáticos tradicionales y se enfrentó directamente al régimen militar argentino. Arriesgó su vida y su carrera para investigar y registrar los abusos del gobierno militar, actuando como un puente entre las víctimas y las organizaciones de derechos humanos internacionales. Sus esfuerzos no solo salvaron vidas, sino que establecieron un precedente en la diplomacia global, haciendo que los derechos humanos fueran un tema prioritario en las relaciones exteriores.
TRES VECES EN EL PAÍS
Derian fue designadacomo como subsecretaria de Derechos Humanos por Carter. En ese rol, viajó tres veces a Argentina para investigar las violaciones a los DD HH por parte del régimen militar
Mientras estuvo en Argentina recibió más de 5.000 denuncias del horror desatado por la dictadura y luego dio a conocer lo que sucedía en nuestro país ante la comunidad internacional. Ello impulsó la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en 1979.
En 1985, Derian regresó a Argentina y prestó declaración como testigo en el juicio contra las Juntas, ocasión en la que los defensores militares abandonaron la sala repudiando su presencia.
Carter también respaldó activamente al Buenos Aires Herald, un periódico que, bajo la dirección de Robert Cox, se convirtió en uno de los pocos medios que se atrevió a denunciar los crímenes de la dictadura.
DWIGHT FULFORD: DIPLOMACIA SILENCIOSA PERO CRUCIAL
Otro actor relevante en este panorama fue Dwight Fulford, embajador canadiense en Argentina durante la dictadura. Su enfoque diplomático discreto pero firme también marcó una diferencia significativa. Fulford estableció contactos con las Madres de Plaza de Mayo y recolectó información clave sobre las atrocidades del régimen. Aunque su historia ha permanecido menos conocida, su compromiso con la justicia y los derechos humanos refleja el impacto positivo que las acciones individuales pueden tener en tiempos de crisis.
EL IMPACTO DURADERO DE LA POLÍTICA DE CARTER
La intervención de Carter y su equipo no logró detener completamente los crímenes de la dictadura argentina, pero su enfoque transformó la percepción internacional de los derechos humanos y sentó las bases para la lucha contra la impunidad en América Latina.
Décadas después, el legado de Carter continúa siendo una referencia para quienes trabajan en defensa de los derechos humanos y la justicia global.
La dedicación de Carter hacia la situación en Argentina no solo fue un acto de valentía diplomática, sino también una reafirmación de la importancia de los valores éticos en la política internacional, incluso frente a la resistencia de muchos de sus contemporáneos.
En un momento en que las grandes potencias priorizaban sus intereses estratégicos sobre la vida humana, Carter demostró que la decencia y la humanidad podían prevalecer.
Compartir