Los ataques aéreos israelíes alcanzaron el martes un campo de refugiados densamente poblado en la Franja de Gaza, matando al menos a 50 palestinos y a un comandante de Hamás, en un contexto de intenso esfuerzo médico por tratar a las víctimas, e incluso por instalar quirófanos en los pasillos de hospitales.
Los tanques israelíes han estado actuando en Gaza durante al menos cuatro días después de semanas de bombardeos aéreos en represalia por un ataque de militantes palestinos de Hamas contra civiles, en su mayoría israelíes, el 7 de octubre y la toma de más de 200 rehenes.
Un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo que el ataque a Jabalia, el campo de refugiados más grande de Gaza, había matado a Ibrahim Biari, supuesto cabecilla de lo que llamó el "ataque terrorista asesino" del 7 de octubre.
Los funcionarios de salud palestinos dijeron que al menos 50 palestinos murieron en la explosión del campo de refugiados y 150 resultaron heridos. El portavoz de Hamás, Hazem Qassem, negó que hubiera algún comandante de alto rango allí y calificó la afirmación como un pretexto israelí para matar civiles.
Una declaración de Hamás dijo que hubo 400 muertos y heridos en Jabalia, que alberga a familias de refugiados de las guerras con Israel que se remontan a 1948. Reuters no pudo verificar de forma independiente las cifras de víctimas reportadas.
La explosión dejó grandes cráteres en una zona llena de escombros rodeada de edificios de hormigón destrozados.
Israel ha enviado repetidas advertencias a los residentes de Gaza para que evacuen las zonas del norte y, aunque muchos se han dirigido al sur, otros no.
Compartir