Washington y Atenas exigieron ayer a Irán liberar dos petroleros incautados en aguas del golfo Pérsico, una medida según Estados Unidos “injustificada” que constituye una “amenaza a la seguridad marítima”, señaló el Departamento de Estado.
El secretario de Estado Antony Blinken habló ayer por teléfono con su par griego, Nikos Dendias, y “estuvieron de acuerdo en que Irán debe liberar inmediatamente los barcos incautados, a sus cargamentos y sus tripulaciones”, precisó el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price. Los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, anunciaron el viernes que confiscaron dos petroleros griegos en aguas del golfo Pérsico, poco después de protestar por la incautación por parte de Grecia de un buque con petróleo iraní a pedido de EE.UU.
En un comunicado en su sitio de internet, los Guardianes de la Revolución indicaron que sus fuerzas navales “incautaron hoy (viernes) dos petroleros griegos en el golfo Pérsico debido a violaciones que cometieron”, las cuales no detalló. Tras esa declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Grecia aseguró en un comunicado que “esos actos son equiparables a la piratería”. Agregó que había protestado enérgicamente ante el embajador iraní en Atenas por la incautación “violenta”. Las autoridades iraníes señalaron que las tripulaciones de los dos petroleros griegos confiscados el viernes están a bordo de las naves y en buen estado de salud.
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