Las tropas ucranias mantienen el contraataque al norte de Járkov, la segunda ciudad más grande del país, donde han hecho retroceder a las fuerzas rusas y han recuperado el control de varios pueblos y aldeas que el Ejército de Vladímir Putin ocupó al principio de la invasión y utilizó como lanzadera para atacar la urbe. Sin embargo, la batalla se calienta más al sur, en Donbás, donde el Kremlin está reubicando las tropas retiradas; esa región del este de Ucrania centra el foco en la segunda fase de la invasión.
Después de que las tropas rusas desistieran de su empeño de tomar Kiev, lo que fue valorado como un gran triunfo por parte del Ejército ucraniano, el objetivo prioritario era tratar de recuperar terreno en la región de Járkov, especialmente en la estratégica y castigadísima ciudad, la segunda más importante del país, con una población de casi un millón y medio de habitantes. El propósito se va cumpliendo poco a poco. Tetiana Apatchenko, responsable de prensa de la 92ª Brigada Mecanizada, la principal fuerza ucraniana en la zona, confirmó que las tropas ucranianas habían recuperado en los últimos días varias aldeas, en concreto Cherkaski Tyshky, Ruski Tyshki, Borshchova y Slobozhanske, asentamientos situados al norte de Járkov.
Esta emblemática ciudad, uno de los principales centros industriales (en especial en el terreno aeroespacial y de electrónica nuclear), comerciales y culturales del país, fue fundada en 1655 a partir de una fortaleza que protegía la frontera sur del imperio ruso.
Tras la Revolución de Octubre fue ocupada por el ejército bolchevique, que la convertiría en la capital de la república soviética de Ucrania hasta 1934, cuando tomó el relevo Kiev. Antes del estallido de la guerra era una ciudad atractiva para visitar, con lugares como la plaza de la Libertad, la tercera más grande de Europa y la séptima del mundo.
El Kremlin señaló a Járkov como objetivo prioritario desde el comienzo de la invasión, el pasado 24 de febrero, y ha sufrido multitud de bombardeos que han cambiado la fisonomía de sus calles. El asesor del Ministerio de Defensa, Yuriy Saks, señaló a Reuters que «nuestras operaciones militares, especialmente al norte y noreste de Járkov, son una especie de historia de éxito. El Ejército ucraniano pudo empujar a estos criminales de guerra a una línea más allá del alcance de su artillería». Este contraataque podría señalar el comienzo de una nueva fase en el conflicto.
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