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Osvaldo Lori, el bombero que aprendió a estar con el agua en la cintura en múltiples inundaciones
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Osvaldo Lori, el bombero que aprendió a estar con el agua en la cintura en múltiples inundaciones

Hace 20 años que es el jefe del cuerpo activo de Salto y forma parte de la institución desde hace casi un decalustro. Trabajó en la inundación de Pergamino en 1995 y en las tres consecutivas en su localidad. “Las inundaciones te dejan marcado”, aseveró.

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Cuestiones de la vida, jugadas del destino o simplemente estar donde había que estar. Pero hay historias que marcan a las personas de por vida. Osvaldo Lori es una de ellas. Su vocación por ayudar y servir a los demás lo hicieron estar en dos hechos históricos que ocurrieron en Pergamino y Salto.

El dolor generado en ambos hará que quede marcado a fuego en miles de vecinos que sufrieron graves consecuencias en las inundaciones de 1995 en Pergamino y 2015 en Salto. Inclusive, en el 95 un bombero perdió su vida.

Lori es jefe del cuerpo activo de los Bomberos Voluntarios de Salto desde hace 20 años y forma parte de la institución desde hace más de 45 años. Actualmente el equipo está integrado por 44 bomberos, de los cuales 6 son mujeres.

El jefe ha experimentado momentos desafiantes, incluyendo la inundación más grande de Salto en 2015, que resultó en la evacuación de muchas personas en el barrio Trocha.

A sus 61 años ya hace rato que pasó por la famosa “jubilación” de los bomberos, pero para el Jefe sólo es “un beneficio económico”, ya que su vocación no tiene fecha de retiro.

“Decidí quedarme obviamente con conformidad de la comisión directiva”, le dijo a diarionúcleo.com.

Está claro que para el Jefe de Bomberos de Salto Osvaldo Lori  estar en ese lugar es una “tremenda responsabilidad”, según el mismo admitió. Permanecer durante varias décadas en servicio ha hecho que le haya tocado pasar por muchos momentos difíciles. 

Tener a cargo la responsabilidad de la protección de la comunidad, trabajar en incendios, accidentes e inundaciones no es para nada sencillo.

Trabajar en una inundación 

En 2015, 2016 y 2017, la comunidad de Salto padeció enormes inundaciones que se convirtieron en las más grandes de su historia. “Nos dejó muy marcados”, admitió Lori, dejando en claro de lo que les tocó vivir en aquel momento donde muchas manzanas quedaron bajo el agua y hubo que evacuar a más de mil vecinos.

Osvaldo Lori contó que necesitaron de “una organización importante para poder responder a esa catástrofe”, no sólo desde el punto de vista de bomberos, sino también haber integrado el equipo de rescate.

“La inundación fue una de las catástrofes más importantes que me tocó vivir, porque nosotros, por protocolo, siempre trabajábamos hasta la noche, hasta que oscurecía y luego de ahí nos retirábamos del agua y dejábamos una guardia de prevención”, contó.

En una de esas noches de aquella época, cerca de la una de la mañana, Lori recibió un llamado alertándolo que el río estaba creciendo en forma inusitada.

Eso significaba que el barrio Trocha iba a quedar bajo el agua por completo en poco tiempo. Por tal caso, tuvieron que trabajar sin perder tiempo para poder evacuar a todas las familias de esa zona.

La disciplina les permitió tomar decisiones importantes para poder trabajar en equipo. Eso tuvo la respuesta de haber podido operar con velocidad. Y más allá de los terribles daños materiales no hubo que lamentar ninguna víctima.

“En la noche bajo la lluvia y con el agua en la cintura nos encontramos con muchas cosas, como por ejemplo personas discapacitadas dentro de sus casas, gente que no podía salir por sus propios medios, padres que nos daban a sus bebés; fue una experiencia tremenda que quedará en mí en el recuerdo para siempre”, aseveró.

La experiencia que le dio la inundación de Pergamino

Siendo más joven, el Jefe del Cuerpo Activo de los Bomberos de Salto, trabajó en otro hecho que lo marcó mucho y no dudó en decir que “fue una catástrofe” al referirse a la inundación de Pergamino en 1995.

Dejando de lado todo lo negativo que esas situaciones generan, el análisis permite obtener siempre algo positivo. “Nos dejó una enseñanza porque nosotros pensábamos que esas inundaciones estaban cada 5, 6, 7 años aproximadamente, siempre respetando el ciclo de cambio de corriente de El Niño y La Niña”, dijo. Y añadió: “La verdad es que fueron tres años seguidos (las inundaciones de Salto) y nos permitió diseñar un sistema que en la actualidad lo tenemos activo”, explicó.

La importancia de la evacuación en seco

Como explicaba el Jefe de Bomberos, las inundaciones les permitió crear un sistema para trabajar en seco. La colocación de limnígrafos (sistemas que se ubican en el río para saber la altura del mismo en tiempo real), les dio la posibilidad cambiar la estrategia y marcar, por ejemplo, las manchas de inundación.

“Con 6 horas de anticipación nosotros podemos decirle a la gente que evacúe porque el agua va a llegar. Muchas veces con sol hemos evacuado gente que le parecía mentira, porque las evacuaciones siempre se daban en el momento de la lluvia o en el medio de la noche, donde es más difícil hacer todo”, explicó Osvaldo Lori .

Todas esas vivencias dejan enseñanzas, aprendizajes, pero también heridas difíciles de borrar. Pero a pesar de ello, la vocación de servir a los demás siempre le gana al dolor.

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