En medio de un clima al menos tenso, a partir de las 20 horas de esta noche, las autoridades del Taller Protegido Grupo Esperanza llevarán adelante, luego de dos intentos frustrados, la asamblea ordinaria por la cual buscará renovar los integrantes de su comisión que tienen, desde el año 2020, sus mandatos vencidos.
En cierto modo, la entidad atraviesa una difícil situación institucional, ya que la asamblea de esta noche será el tercer intento para formar una nueva comisión directiva. Las dos oportunidades anteriores, en octubre y noviembre de 2021, fracasaron por diferentes motivos.
El actual presidente de la institución, Juan Pablo Gorriz, fue elegido como tal en julio de 2017. Este es un punto a resolver, ya que el artículo 16 del estatuto de la Asociación establece que “…el mandato de los miembros de la comisión directiva y revisora de cuentas, durará dos años a partir de la fecha en que fueron elegidos en Asamblea General Ordinaria, pudiendo ser reelectos por una sola vez…”.
Esto significa que, en julio de 2020, se debería haber elegido al nuevo presidente y renovar parte de la comisión. Pero, según explicaron desde la Asociación “la pandemia impidió dar curso legal y luego, cuando se llamó a asamblea, no se presentó ninguna lista”.
Hubo varios factores para que aquellas asambleas no prosperasen: la comisión no se habría presentado en su totalidad y habría faltado el quorum de los socios. Desde el oficialismo acusan a la pandemia y a la ausencia de una lista que reemplace la comisión actual. Otras versiones, afirman que hubo falta de quorum, no se presentaron memorias y balances y quienes estaban presentes “maltrataron” a quienes quisieron formar una lista opositora.
Por qué es tan importante el Taller
El Taller Protegido “Grupo Esperanza” es la única entidad de Rojas que se encarga de formar y capacitar laboralmente a las personas con discapacidad leves o moderadas asegurándoles el derecho a trabajar, ya que, además, les brinda la oportunidad de trabajar en la propia institución.
El Grupo Esperanza fue creado por un grupo de padres y tiene casi 30 años de trayectoria. Sus primeros pasos fueron en una sala en el Hospital Unzué, hasta que la institución logró adquirir la actual planta funcional que es ejemplo en la Región.
Las actividades productivas que realizan sus concurrentes son: huerta, fabricación de bolsas y se encargan de la venta de los troqueles del estacionamiento medido en el microcentro de la ciudad (lo recaudado va al Taller).
Dentro de ellos, los equipos profesionales se dedican a las tareas terapéuticas y tareas productivas, mientras que la comisión se encarga de las gestiones administrativas.
Estas entidades se solventan con las actividades que realizan y mediante un subsidio que llega de manera mensual desde Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, lo cual permite su funcionamiento.
Más allá de las actividades productivas, sus concurrentes realizan otras tareas que tienen que ver con lo artístico y social, encontrando en ellos un verdadero hogar.
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