Un camino de 80 kilómetros, un objetivo común y la promesa de una experiencia que transforma. La 39ª peregrinación a pie desde Pergamino hasta el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás se prepara para su inicio el próximo sábado 13 de septiembre. Más de 190 personas ya se han inscripto para esta travesía, y detrás de cada paso, de cada logística y de cada aliento, hay un equipo de 25 organizadores que se preparan durante meses para hacerla posible.
Durante la última emisión de EN VIVO: DiarioNucleo.com (martes a las 19 por Fana Digital) tres de las organizadoras, Cristina Barrientos, Julia Perrota y Fernanda Panza, compartieron sus experiencias, los desafíos y las motivaciones que las impulsan año tras año a ponerse "el trabajo al hombro".
Organización
La organización de la peregrinación es un proceso que se inicia con meses de anticipación. Cristina, quien lleva 20 años peregrinando y 5 en la organización, explica que la preparación es un "trabajo doble" que exige dedicación y un compromiso profundo. "Uno va peregrinando por su historia, por sus cuestiones personales, mientras al mismo tiempo vas ayudando al que lo hace por primera vez. Que también lo haga y que también llegue", relata.
La logística es un factor clave para garantizar el bienestar de los peregrinos. Fernanda, con varias peregrinaciones en su haber, detalló los preparativos: "Salimos el sábado a las 6 de la mañana desde la parroquia San Carlos Borromeo. Vamos a ir parando en todos los pueblos y a dormir en Conesa. El descanso es al aire libre, o sea que se tienen que trasladar las cosas". Además, hacen énfasis en la importancia de llevar lo justo y necesario, ya que "en el camino pesa hasta la botellita de agua".
La peregrinación tiene un costo de $2.500 pesos por persona, que incluye un seguro y otros gastos operativos. Para inscribirse, los interesados pueden hacerlo por WhatsApp o de manera presencial en la parroquia San Carlos Borromeo hasta el jueves 11 de septiembre, en un horario de 18:00 a 20:30 hs.
Un camino que se recorre en comunidad
Si bien la travesía es un acto personal de fe y devoción, las organizadoras destacan el fuerte sentido de comunidad que se genera durante el trayecto. A pesar de los desafíos del clima o del cansancio físico, el apoyo mutuo es fundamental.
"No vas sola ni solo. Somos todo un grupo que o te ponés a hablar con el de al lado o rezás y bueno, terminamos siendo todo un grupo", aseguró Julia. Fernanda agregó: "El que va solo siempre termina acompañado. Terminás hablando y contándote historias de tu vida con gente que conociste hace cinco minutos".
La llegada al Santuario es el momento culmen de la peregrinación, un instante de profunda emoción y liberación. Cristina describió, conmovida, la llegada:
"Esa llegada es como ese abrazo que vos decís 'bueno, llegamos, salimos juntos, llegamos juntos'. Esa llegada es como concluir todo lo que te abrazó durante esos 80 kilómetros y todo lo que compartiste y lo que hiciste, y bueno, nada, es emocionante en todos los sentidos y aparte ver a la gente que te espera también."
Un antes y un después
Todas coincidieron en que la peregrinación es una experiencia única, y cada año es diferente. A pesar de las dificultades que puedan surgir, la satisfacción de llegar es más fuerte que cualquier obstáculo.
"Después de haberla hecho durante tantos años, cada peregrinación es distinta. Se vive de distintas maneras, distintas formas. Hasta el clima es distinto" relató Julia. "A veces tenemos un sol tremendo. Un año me acuerdo que íbamos caminando y estábamos todos llenos de mosquitos y la sufrimos más que la de la lluvia, que también es complicada. Pero seguimos caminando igual."
La peregrinación no es solo para quienes tienen una fuerte fe religiosa. "Hemos tenido gente que no está por parte de fe, pero cuando ha llegado al Santuario, ha sentido lo que nosotras tratamos de poner en palabra y han dicho: 'esto no tiene lógica'. Y sí, se vive así", afirmó Cristina.
Fernanda concluyó con una invitación y un resumen perfecto de lo que significa este viaje:
"Que la vivan. Que la vivan directamente y sin miedos. Yo creo que es una experiencia para hacerla. Es una experiencia totalmente para hacerla; en lo grupal y en lo social de la peregrinación creo que es una experiencia que transforma."
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