Pergamino
HISTORIAS DESTACADAS

Una granja agroecológica que promueve la vida en el campo y la alimentación saludable

Leonel Aguirre es veterinario y junto con Priscila Pez, su pareja, decidieron hace cuatro años poner en marcha el sueño de tener una chacra.

El término "agroecología" se utilizó por primera vez a principios del siglo XX, pero el desarrollo de la actividad como tal se dio recién sobre finales de ese mismo siglo, cuando varias voces se alzaron para hacer hincapié en el concepto de producir alimentos generando el mínimo daño posible al entorno y, en caso de ser factible, mejorarlo. 

Se trata de un concepto muy amplio que abarca desde el cuidado del suelo y la convivencia con los animales hasta evitar el uso de fertilizantes artificiales, herbicidas, pesticidas vacunas y antibióticos y que también contempla el rol humano en simbiosis con la naturaleza, la diversificación del uso del suelo y las buenas prácticas.

En un contexto extendido, la agroecología promueve  también una reivindicación del estilo de vida rural, la idea de una cotidianeidad menos estresante, el respeto por lo natural y por lo hecho "en casa".

En síntesis, la agroecología es un concepto integral cuya idea básica es la producción de alimentos minimizando el daño ambiental y aportando a la regeneración del suelo y la diversificación de los cultivos. 

La granja

En la zona rural de Rancagua, partido de Pergamino, funciona un establecimiento que aplica de manera integral los preceptos de la agroecología; se trata de un predio de 24 hectáreas en el que conviven cerdos, ovejas y aves de corral. En un sector del campo hay un monte y es el sitio en el que se encuentra la vivienda de los propietarios, que viven y trabajan en el lugar, acompañados por numerosas mascotas, muchas de ellas rescatadas de la calle.

DiarioNucleo.com visitó el campo, propiedad de Leonel  Aguirre y Priscila Pez, una joven pareja que reside en el lugar y que en plena Pandemia decidieron cambiar de vida e instalarse allí para llevar adelante su sueño. El es médico veterinario y pergaminense, Priscila es arquitecta y oriunda de la provincia de Córdoba. Llevan cuatro años esforzándose para concretar su proyecto y hasta el momento están muy conformes con sus logros, si bien reconocen que la tarea es difícil y el esfuerzo muy grande.

El sueño de la chacra propia

"Priscila y yo vivíamos en Villa Allende, provincia de Córdoba" comenzó contando Leonel, mate en mano "cuando nos agarró la Pandemia la pasamos bastante mal, nos costaba un montón estar encerrados. Habíamos visto allá algunas granjas agroecológicas, instaladas en las Sierras Chicas y siempre nos gustó eso" relató.

"Yo conocí el campo a los 29 años" intervino entonces Priscila "mi familia es propietaria de una fábrica de muebles y yo soy arquitecta, así que cero contacto con lo agropecuario; conocí este mundo recién cuando vine acá" explicó y agregó que "la Pandemia me obligó a pasar 80 días encerrada y aprendí a trabajar a distancia, algo que jamás me hubiera imaginado. Y entonces Leonel me dijo: 'ya podés trabajar desde casa, así que preparate que  que nos vamos al campo'. Pensé que me estaba haciendo un chiste pero hablaba más en serio que nunca" contó.

"Al principio no fue nada fácil" siguió contando Leonel "se dio que mi mamá, que es la propietaria del establecimiento junto con un socio, me dijo en un momento 'voy a alquilar el campo porque no lo quiero trabajar más' y entonces sentí que era nuestra oportunidad y le dije 'te lo alquilamos nosotros' fue algo espontáneo pero resultó. La Pandemia arrancó en marzo y en junio estábamos instalados acá" relató. 

Primeros tiempos

Una vez instalados en el campo, Leonel y Priscila tuvieron una enorme tarea por delante: había que alambrar, cortar la maleza, construir los espacios para los animales y, sobre todo, hacer habitable la vieja edificación que ocupaba el monte del lugar:  "Lo primero que hicimos fue acomodar la casa" relató Priscila y agregó que "el lugar era un típico campo de la zona, dedicado a la siembra de soja y maíz y así funcionó durante veinte años. Al principio teníamos dos perros y una oveja, lo que es la casa tenía solo las paredes y el techo, así que hubo que hacer de todo. Era el clásico esquema rural,  con el monte en el medio del campo productivo, así que cuando llegamos empezamos a limpiar y a ponerle un poco de cariño, meterle, a sacar malezas, cosas viejas. De a poco nos fuimos acomodando" explicó y agregó que "Llama mucho la atención porque por la zona vemos un montón de taperas en las mismas condiciones que nosotros encontramos la que hoy es nuestra casa y nos preguntamos  de qué manera poder contagiar eso también: La idea de volver un poco al campo, a estar todos los días. La verdad es que la conexión a Internet es una ventaja muy grande a la hora de decidirse a cambiar de vida porque se puede trabajar a distancia prácticamente en cualquier cosa. Hay mucha oferta laboral online en un montón de rubros diferentes" destacó. 

Por su parte, Leonel contó a DiarioNucleo.com cómo comenzó a llevar a cabo las tareas productivas en su granja: "Hicimos un análisis de suelo apenas llegamos, y de hecho ahora tendríamos que hacer otro para ver cómo ha sido el progreso en estos cuatro años, para conocer cómo estábamos y cómo estamos" señaló y agregó que "prácticamente no hubo una transición. Decidimos encarar el proyecto no de manera paulatina sino 'de cero a cien'; dijimos: 'listo, a partir de hoy no se pone una gota más de nada y nos atenemos a las consecuencias'".

Hicimos pasturas, en un principio para confeccionar rollos y después también tuvimos animales pastoreando como para devolverle al suelo un poco de lo que necesitaba" siguió relatando Leonel  "realizamos trabajos regenerativos en toda la superficie del campo. El objetivo era apuntar a las prácticas de cuidado del recurso natural a través del animal, de la rotación de cultivo para quien hace solamente agricultura, de tiempos de espera también que son necesarios" detalló y agregó que "en nuestro caso, optamos por la implementación del animal no sólo para que fertilice la tierra, sino como herramienta de trabajo" remarcó. 

"Entre las locuras que hicimos en aquel momento, relevamos el campo metro a metro y dibujamos un plano completo" añadió Priscila "hicimos un trabajo de agrimensor y fue un laburo enorme pero dio resultado porque nos permite planificar y organizarnos" explicó. 

Los desafíos de la producción sustentable

Consultados por DiarioNucleo.com respecto de la idea de convertir un campo de producción convencional en agroecológico, Priscila explicó que "pensábamos en eso todo el día, de hecho cuando mirabamos tele no veíamos series sino que buscábamos documentales sobre granjas,  sobre todo estadounidense o británicas, que están un poco en esta línea y nos entusiasmamos" contó y agregó que "Leonel empezó a mostrarme esas cosas, la forma en que esa gente producía sus alimentos y yo me copé con la idea" relató. 

Por su parte Leonel explicó que "Cuando uno comienza a ver esas cosas, empiezan a aparecer más y más productores o gente que está haciendo lo mismo y en ese momento tomamos la decisión de encarar hacia la concreción de ese proyecto".

En otro tramo de su entrevista con DiarioNucleo.com, Leonel y Priscila contaron que tuvieron muchos inconvenientes a la hora de lograr que crecieran los casi 400 árboles que plantaron desde su llegada al campo:  "Reforestamos durante dos años seguidos pero el suelo no responde tanto y cuesta un poco que las plantas prendan. Hicimos una cortina de álamos, eran como 40 o 50 y para colmo en un principio no llegábamos con el agua, porque teníamos solamente de un molino, así que regábamos a balde, después le agregamos una bomba  y entonces ya tener un mejor suministro de agua, pero también había que combatir con hormigas, con los pájaros que te rompen las ramitas, etc. Ese es otro de los temas a tener en cuenta, lo que cuesta volver a hacer un monte" remarcó.

"Este año, por ejemplo, las heladas tardías nos mataron todos los cítricos: teníamos 40 entre limones, naranjas, pomelos y ciruelas. No quedó una sola planta" señaló Priscila.

Por otra parte, en relación con la rentabilidad Leonel señaló que: "Se hace cuesta arriba, más que nada por el valor del alquiler, ya que éste está determinado en quintales de soja y se complica competir contra la producción convencional. De hecho apuntamos a achicarnos un poco y además los dos hacemos otros trabajos para poder sostener el proyecto Pero nosotros no lo pensamos exclusivamente desde la rentabilidad sino que miramos los logros que fuimos obteniendo y todo lo que pudimos aprender" subrayó y agregó que: "Hoy tenemos seis perros, dos gatos, cerdos, ovejas, aves de corral y en el proceso nos convertimos en albañiles, plomeros, electricistas, carpinteros, pintores, mecánicos... y seguimos porfiando, eso es lo importante" afirmó.  

"Sabemos que se puede y cuando nos encontramos con otros productores que han decidido encarar el mismo desafío nos sentimos reconfortados y valoramos muchísimo la experiencia adquirida" agregó Priscila. 

"Pienso siempre que es un enriquecimiento mutuo porque nosotros mismos vamos hacia el suelo y en lo particular estoy aprendiendo muchísimo: a ver las especies de manera diferente, a manejar los animales. A ver que se puede producir alimento de otra forma" señaló por su parte Leonel y agregó que "Recién ahora se está hablando un poco más de producción agroecológica pero aún así no hay mucho, ni en la primaria ni en la secundaria . Hace un tiempo por suerte empezó a haber cátedras de agroecología en algunas universidades. Pero lo que verdaderamente escasea , es el conocimiento práctico y teórico. Eso hace mucha falta" remarcó.


Pasturas para regenerar el suelo

En relación con los trabajos en el suelo y la siembra de pasturas, actividad fundamental desde el inicio de las actividades en la granja, Leonel comentó que "el campo tiene una superficie de 24 hectáreas y en 16 de ellas implantamos en principio alfalfa, mediante el procedimiento de siembra directa. Posteriormente en distintos lugares del predio sembramos a mano agropiro, pasto ovillo y festuca y luego fuimos resembrando con la intención de justamente entrar a diversificar un poco más el suelo. La utilización de abonos también es una cuestión. Movemos los gallineros y vamos cambiando de zona. No podemos utilizar las 24 hectáreas sino solamente dos así que la tarea es ardua y exige un montón de trabajo, pero creo que el suelo va a mejorar muchísimo con todo lo que hicimos".

"Hay que estar permanentemente atentos para poder justamente hacer este tipo de manejo" siguió explicando Leonel "ya que el lugar donde pisa el animal después entra en un periodo de reposo o de descanso que es lo que ayuda también a regenerar, sí o sí hay que estar encima".


Animales de producción domesticados

En otro tramo de su charla con DiarioNucleo.com, Leonel y Priscila brindaron detalles sobre la particular forma de crianza de sus animales: éstos deambulan libremente por todo el establecimiento, sin generar ningún tipo de inconvenientes, perros, cerdos y ovejas caminan entre gallinas y pollos. Los animales grandes no se inquietan en absoluto ante la presencia de los humanos y se dejan tocar sin resistencia. Para quienes vieron alguna vez un criadero de cerdos o de gallinas convencional, la imagen sorprende gratamente porque comprueba que es posible criar animales para consumo sin que eso signifique atentar contra la calidad de vida de ellos.

"Acá los animales hacen una vida normal, buscamos en todo momento minimizarles el estrés y evitamos hacerles pasar malos momentos" dijo Leonel mientra caminaba entre sus cerdos, siempre mate en mano, examinando con ojo experto el estado de salud de los animales mientras Priscila hacía la recorrida de la tarde recolectando huevos "el trabajo es muy duro, hay que poner el hombro de lunes a lunes,  haga 40 grados a la sombra o 2 grados bajo cero, es igual. No nos podemos descuidar porque cualquier desatención hace que los animales se enfermen" explicó y agregó que "lo más fácil es tener todos los animales en un corral y darles de comer encerrados pero el tema es que a nosotros nos gusta tener todos los animales sueltos y que disfruten de la vida, para nosotros los animales no son una máquina" remarcó.

"El año pasado pastoreaban hasta el límite del campo, donde está el camino, nos gusta que los animales sean domésticos y los nuestros son muy mansos porque los criamos así también. Ellos vienen y se te tiran para que vos le rasques la panza" agregó Priscila: "Y, por ejemplo las chanchas tienen nombre y se les da mucho amor a los animales, cuando viene gente se sorprende de que vivamos de esta manera. Hay un hombre que cría cerdos en el pueblo y no podía creer que tuviéramos varias cerdas pariendo juntas y a nosotros acariciando los lechones. Acá jamás tuvimos un signo de violencia por parte de los animales. Y eso que siempre nos decían 'no se les ocurra tocar a una chancha que esté con su cría'. 

"Es interesante la manera en que comenzamos a tener cerdos" relató Leonel "ocurrió que un día mi papá me dijo que me estaba mandando una chancha preñada. La recibimos y el parto fue a los veinte días, de esa forma comenzamos.



En cuanto a las gallinas; caminan libremente por todo el campo, la mayoría son descarte de granjas avícolas industriales y en el campo viven totalmente libres : "Hay que pensar que normalmente estos animales pasan toda su vida en menos de un metro cuadrado. Acá pasean en libertad y sin problemas" señaló Priscila con orgullo.
 
"Nuestros pollos están criados a campo y eso hace que incorporen muy buena grasa y músculo" explicó por su parte Leonel "este tipo de aves, además de tener un tamaño considerable, posee una proteína de excelente calidad. Además no utilizamos vacunas ni antibióticos, el animal es totalmente natural. Obviamente se controla meticulosamente su estado de salud y ese método de crianza nos da un muy buen producto" detalló.

Proyectos y expectativas

Consultados por DiarioNucleo.com sobre los proyectos a concretar en los próximos años, Leonel y Priscilla comentaron que el objetivo es poder apuntar a la cría de vacas lecheras para poder dedicarse a la producción de quesos y remarcaron que, si bien la concreción de ese plan está aún distante, confían poder lograrlo en el mediano plazo.

"Un avance importante fue que en 2021 el Ministerio de Asuntos Agrarios nos otorgó la certificación agroecológica, eso nos abrió muchas puertas de cara al mejoramiento de la producción. Además, en 2020 tanto Priscila como yo hicimos la Diplomatura en Agroecología en la Universidad Tecnológica Nacional de Trenque Lauquen eso nos dio también un marco científico para trabajar pero sobre todo nos conectó con un montón de gente que está trabajando en lo mismo, una experiencia tremendamente enriquecedora" señaló Leonel.



"La producción a la que apuntamos en un futuro es la vaca y creo que de a poco vamos a poder conseguirlo" siguió contando "pensamos dedicarnos a la elaboración de quesos y tener el día de mañana un pequeño ordeñe, trabajamos para poder lograr las hablitaciones necesarias y creo que eso permitirá generar un ingreso más estable y un crecimiento para nuestra granja".

Por último, Leonel Aguirre y Priscila Pez invitaron a quienes estén interesados a seguirlos en su cuenta de instagram: pasto.agroecologia