Hoy a las 21:30 hs en Habemus Theatrum, Jujuy 227, se viene la función despedida de “Cómo podemos vivir así”. Esta producción de In Promptu Teatro se estrenó en 2023 y llevó a cabo una exitosa temporada con sala llena en todas las funciones. El teléfono para reservas o compra de anticipadas es 2477-451467.
El elenco está integrado por Valeria Agostini, Fabián Bermejo, Gustavo Bevacqua, Evelina Forcadell, Ezequiel Gabella, Pamela Lombari, Carolina Ortiz y Sofía Susán.
El diseño sonoro del espectáculo está a cargo de Mariano Abrate; las fotos son de Laura Riera; el diseño y la realización del vestuario es de Bernarda Funes; el diseño de maquillaje fue realizado por Sofía Susán; la operación técnica corre por cuenta de Firu y la dirección es de Gustavo Bevacqua.
Profundamente disruptiva y de alto voltaje existencial
“¿Cómo podemos vivir asì?” se presenta ante el espectador ingrávido como el típico melodrama en el que se desnudan los desencuentros amorosos de diferentes parejas en conflicto; donde la pugna entre los deseos contrapuestos y la búsqueda de lo imposible desandan la trama de la historia.
Sin embargo, a medida que el argumento despliega su narrativa hacia lo que podría decantarse como un horizonte de finales predecibles, ciertos elementos hasta entonces aparentemente neutrales y secundarios comienzan a cobrar un protagonismo inquietante que modifica drásticamente las latitudes de la obra.
Así el mundo de los mensajes de texto que parecería ser un simple código comunicativo en clave posmoderna se impone como el nuevo subterfugio hacia donde se terceriza la expresión íntima de las relaciones afectivas. Las redes sociales que se insinuaban como un espejo impoluto de la identidad personal de los personajes se erigen de repente en templos de la apariencia que, bajo el diezmo de un “me gusta”, justiprecian el valor y la dignidad de cada usuario. En definitiva, la pantalla de acrílico, bajo la falsa promesa de elevar las experiencias humanas a un Edén de popularidad y éxito, termina revelando en las frustraciones y el vacío de sus usuarios la implacable tiranía de un sistema fraguado en la lógica del capital y la especulación financiera.
Estos personajes, con sus miedos, deseos y complejidades, ofrecen un retrato auténtico de la lucha universal por encontrar y mantener el amor en una sociedad que a menudo parece diseñada para socavarlo. Ante la vaciedad del encuentro real y la honda soledad que trae consigo la mercantilización de la vida, surge el clamor desesperado del individuo que comprende violentamente, y no sin desvaríos, la
imposibilidad de seguir viviendo así. Y es entonces aquí que los hilos supuestamente indiferentes de la conmoción existencial y los poderes del mundo reconocen sin ambages una urdimbre común.
Por su parte, el elenco, compuesto por actores talentosos y con perfiles escénicos diversos, entrega interpretaciones convincentes y emocionalmente cargadas, permitiendo que el componente esencial de la obra encuentre en la experiencia teatral un conducto dinámico, movilizador y, por momentos, perturbador.
La dirección y escenografía también merecen elogios. Con un concepto minimalista, signado por la sobriedad y el guiño cómplice de recursos audiovisuales que potencian el contraste dialéctico que atraviesa a la obra, se recrea elocuentemente la atmósfera introspectiva y profundamente crítica que incardina la historia.
Más allá de que cada espectador podrá adherir en mayor o menor medida a los contenidos implícitos en la denuncia formulada en esta propuesta teatral, hay algo que seguramente no podrá eludir tras la inevitable caída del telón. Y esto es: ¿si nosotros también podemos seguir viviendo así?
Compartir