La madrugada del lunes 12 de febrero el cantante de Pergamino, Marcos Emanuel, recibió un llamado que no olvidará jamás en su vida. Del otro lado de la línea le comunicaron que había sido elegido como ganador de la Peña Oficial de Baradero.
Tras cortar el llamado, se levantó de la cama, hizo unos mates y comenzó a recordar los tiempos de su juventud cuando comenzó a incursionar en el mundo de la música formando una banda tropical junto a sus amigos que se presentaba en fiestas y cumpleaños, en sus presentaciones como solista en casamientos y parrillas, y en todos sus profesores, amigos y familiares que contribuyeron y ayudaron, de una forma u otra, a que el cantante de música popular pueda estar presente el año que vienen en la 50º edición del reconocido Festival Nacional de Música Popular Argentina Baradero.
Un largo camino hacia la cima
Sin dudas se trató de un paso muy importante en la carrera del artista que ya había logrado presentarse en la Peña del Festival del Cosquín en enero del 2023 cumpliendo así su gran sueño de cantar en el mítico escenario de la Plaza Próspero Molina.
Pero el camino (y el esfuerzo) para llegar a instancias tan importantes no fue nada fácil. "Hace 20 años que empecé a cantar y no sé si el profesionalismo se termina de alcanzar alguna vez. Creo que se trata de una etapa de aprendizaje contínua y resulta difícil saber cuándo se llega a ser profesional", dijo Marcos en diálogo exclusivo con diarionucleo.com.
El profesionalismo del artista va un poco más allá de su presentación en vivo frente a miles de personas, existe una etapa que es la que nadie ve pero que es muy importante y en la que Marcos ha logrado alcanzar el profesionalismo, que son el esfuerzo, el compromiso y la responsabilidad necesarias para lograr las metas que se propuso como cantante.
El artista pergaminense trabaja como empleado en comercio de indumentaria deportiva y esto le implica muchas horas de trabajo, por lo que Marcos decidió darle sus pocos tiempos libres, los mismos que muchas personas utilizan para descansar, a la su gran pasión, la música.
"La verdad es que se hace muy difícil porque el tiempo que le puedo dedicar a mi carrera como cantante es en horas de la siesta y después de las ocho de la noche. En esos pequeños momentos divido el tiempo entre lo que son las clases de canto y los ensayos con los músicos durante la noche. Y después, si es que hay que hacer alguna grabación, las hago en horas de la siesta o directamente los domingos. Fuera de mi trabajo en el comercio, la dedicación que le entrego a mi carrera es full time. Me ha pasado muchas veces de mandarle material propio a alguien pidiendo perdón por el horario en el que lo estoy enviando", explicó.
El cantante pergaminense le contó a diarionucleo.com cómo se preparó para la Peña oficial de Baradero, en la que se presentaron más de 50 artistas, incluida Mónica Sola, también de Pergamino. "Por suerte ya veníamos trabajando durante el año con un repertorio armado, que ya habíamos interpretado en la Peña del Cosquín y gracias a esto no fue muy difícil la preparación".
Marcos comentó que la experiencia de Baradero fue muy distinta a la de Cosquín. "La organización del Baradero no pone condicionamientos para los artistas mientras que hay otros certámenes en los que no se puede hablar con el público y tenés que interpretrar solo dos canciones y que buscan un repertorio más técnico. Y el hecho de llevar un repertorio popular fue importante porque nos permitió conectar rápidamente con el público y con el jurado".
Tarde en llegar y al final hay recompensa
El triunfo de Marcos Emanuel en Baradero no fue casualidad sino más bien una causalidad. Todo comenzó a escribirse hace 20 años cuando de poco y, quizás sin darse cuenta, empezó a incorporar las herramientas que hoy, a sus 38 años, lo llevaron a consagrarse en el certámen. La perseverancia, el nunca bajar los brazos, el ir siempre a más, el sacrificio y, por supuesto, su talento, son los únicos responsables del gran momento que está atravesando el artista.
- Marcos con el certificado de su gran logro
"Este premio tiene un valor impresionante pero que nada tiene que ver con lo material ni lo económico, porque siento que es algo que me hace reponer fuerzas y ganas. Sinceramente, son tantas las puertas que uno golpea y son muchas las que no se abren. Entonces, este tipo de mimos para el alma y el corazón son los que me permiten seguir adelante e ir superándome para alguna vez poder llegar al lugar en el que están los consagrados. Baradero y Cosquín fueron una inyección de energía total que me hace pensar en que no estoy equivocado y que voy por el camino correcto", expresó Marcos a diarionucleo.com.
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