A los 11 años miraba el programa de Marcelo Tinelli y le decía a su madre: "Yo quiero salir en televisión y hacer reír a la gente". Hoy, con 42 años, se puede decir Amílcar Cruz Unanue cumplió ese sueño.
Todos los días hace reír a miles de personas con videos propios relacionados a la vida de campo que hace desde una estancia de la localidad Basualdo, que es en donde trabaja.
Nacido en Chacabuco y residente del Partido de Pergamino desde hace 20 años, Amílcar, sin proponérselo, abrió su cuenta de Instagram hace siete meses y hoy tiene más de 90 mil seguidores.
Su popularidad es tan grande que ha salido en importantes medios de comunicación nacionales y es convocado como invitado especial en diferentes fiestas de pueblos.
Diarionucleo.com habló en exclusiva con el gaucho influences que es furor en las redes acerca de su vida y de su inesperada popularidad. "Estoy viviendo el momento más feliz de mi vida", comentó.
"Hoy en día hace mucha falta el humor"
La idea primaria de Amílcar fue abrir una cuenta de Instagram para mostrar cómo es la vida de campo junto a sus compañeros que trabajan junto a él en la estancia.
"Mi intención era que la gente me vea domando algún caballo, dándole de comer a los animales y dar algún que otro consejo para los chicos que recién arrancan, y la verdad es que eso gustó mucho", indicó.
Al mismo tiempo, comenzó a incorporarle humor a su contenido de redes sociales y los videos comenzaron a tener mayor viralización. "Mi madre me dice que desde chico tengo el mismo humor.
Me gusta hacer sentir bien al otro y creo que como están las cosas hoy en día hace mucha falta el humor. Y es por eso que me encanta levantarme a la mañana, zapatear y pegar un grito para que quien me esté mirando se divierta".
Cuando se habla de cultura de campo y humor la figura que evoca la memoria de manera casi inmediata es la de Luis Landriscina, precisamente uno de los referentes humorísticos de Amílcar.
"Yo soy de imitar diferentes aspectos de las personas, el humor mediante la imitación es algo que me sale de manera natural. Con 11 años miraba a Tinelli y me estallaba de risa y por eso los actores de su programa fueron como referentes.
Pero también tengo que decir que Landriscina también es un referente con quien me gustaría juntarme algún día porque hay un montón de preguntas para hacerle sobre el humor", indicó.
"Hay que dejar de lado el rebenque"
El humor es sólo una de las facetas que Amílcar quiere transmitir a través de la redes sociales. El gaucho influencer tiene una escuela de equitación llamada "La Tradición" y también un espacio de doma. Para él, y en concordancia con los tiempos que corren, el respeto por el animal debe estar en primer lugar.
"La verdad es que hoy hay que dejar de lado el rebenque. Yo implementé una lonita, una especie de ponchito, que te sirve para dominar al potro y para que vaya respondiendo a las indicaciones. Por suerte pegó mucho y de hecho la gente me manda videos mostrándome cómo llevan a la práctica este método de doma", sostuvo.
Y añadió: "Hoy en día se está peleando mucho para que no se termine la tradición y nosotros tenemos que ser vivos e incorporar tendencias más modernas. El potro siempre va a corcovear porque se está expresando a su manera, entonces hay que ir acompañándolo sin tener que golpearlo con el rebenque".
Unanue resaltó durante el diálogo con diarionucleo.com la necesidad de incorporar los nuevos discursos en la tradición campera para de esta manera conseguir su continuidad en las nuevas generaciones. "No tenemos que ser porfiados y hay que darle bolilla a las personas que se quejan, como por ejemplo del uso del rebenque. En vez de hacerle la contra deberíamos escucharlos y ver cómo podemos encontrar la manera de mejorar".
Jugar por jugar
Amílcar confesó que no tuvo una infancia feliz ya que desde chico se tuvo que ocupar de realizar tareas del hogar y de campo, lo que implicó que no haya tenido la oportunidad de disfrutar a pleno de la niñez. Pero siempre hay revancha.
- Amícal junto a su familia
El gaucho influencer de Pergamino lleva adelante su cuenta de Instagram como algo lúdico, divirtiéndose cada vez que graba un video y con la interacción que tiene con sus seguidores. De alguna manera, Amilcar quiere sacar a jugar a ese niño que no pudo ser.
"Yo siempre digo que mirando hacia adelante todo se puede superar y hay que tratar de no repetir esas vivencias. Tengo dos hijos, Nazareno de 16 años e Indiana de 14, y por ahí les da vergüenza porque sigo manteniendo algunas conductas de chico como cagarme de risa o hacer jodas todo el tiempo. A cualquier lugar que salgo con ellos me divierto y la pasamos bien, la verdad es que son excelentes y estoy orgulloso porque cada vez los veo pienso que he hecho bien las cosas", concluyó Amílcar.
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