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La gran inundación en primera persona
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La gran inundación en primera persona

Diarionucleo.com dialogó con Julio Hussen, uno de miles de vecinos que aquella mañana del viernes 7 de abril de 1995 lo perdió todo cuando en su hogar el agua superó los dos metros.

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El viernes 7 de abril del año 1995 la ciudad de Pergamino amaneció inundada producto de los casi 300 milímetros que llovieron en apenas un par de horas. El agua caída provocó el desborde de los arroyos y la correntada de agua viajó por las calles causando desastres a su paso.

La gran inundación se cobró la vida de cuatro personas: la del bombero voluntario Fernando Tomás Esquivel, la del niño de 8 años Matías Rodríguez junto a la de Claudio Herro quien intentó socorrer al niño y la de Faustina Masciotta de Pontoriero quien murió en su hogar.

Policía, Bomberos, Defensa Civil y ciudadanos evacuaron a 3 mil personas, mientras que los autoevacuados llegaron a más 4 mil. Diarionucleo.com habló con Julio Hussen, uno de los miles de afectados, quien contó cómo el agua le hizo perder todo.

"Fue una situación traumática"

Hussen expresó que aquel viernes 7 de abril de 1995 se despertó a las 5 de la mañana en su casa de Manuel de la Fuente al 700 debido a que escuchaba la voces de sus vecinos y que cuando salió a la calle para ver qué sucedía se encontró con que las calles de su barrio y su hogar estaban inundadas. "Cuando vi la situación coloqué una regla y esta me marcó que tenía entre 15 y 20 centímetros de agua dentro de mi casa. Inmediatamente con mi mujer despertamos a los chicos que estaban durmiendo, agarramos un par de cosas y nos fuimos hacia la casa de una tía. En ese lapso de tiempo en el que nos preparamos para partir, que no fueron más de 30 minutos, el agua ya nos llegaba hasta la cintura. Me acuerdo que todas nuestras pertenencias flotaban sobre el agua", dijo Hussen.

Y agregó: "Una vez que dejé a mi familia en la casa de mi tía regresé al barrio para ayudar a una vecina mayor de edad. Por suerte pude sacarla de la casa, recuerdo que ella salió en camisón y llevaba una bolsa con remedios entre sus manos. Su marido no quiso irse de la propiedad y decidió quedarse arriba del techo. Para ese momento la inundación ya era total. En mi casa había 2,20 metros de agua".

Afortunadamente Julio alcanzó a socorrer a su familia y a su vecina quienes salieron ilesos de la situación, pero no pudo rescatar nada de lo que tenía en su casa. Él, al igual que miles de personas, lo perdió todo a causa de la inundación. "Mi casa era prefabricada y gracias a que la había revestido con ladrillos del lado de afuera no la perdí. Pero de lo que había dentro de la casa como ropa, colchones, muebles y electrodomésticos, no pude rescatar nada. Perdimos todo menos un televisor viejo que al tiempo dejó de funcionar".

Hussen y su familia se fueron de su hogar la mañana del viernes 7 de abril y recién pudieron regresar a habitarla nuevamente en el mes de octubre. En ese período de tiempo vivió en la casa que le prestó un familiar y poco a poco fue reponiendo todo lo que el agua se llevó. "Sólo había quedado en pie la pared de afuera y el techo por lo que tuve que reconstruirla. Mis compañeros de trabajo me ayudaron a reponer algunas cosas y también tuve que acercarme a Caritas para pedir comida y colchones. Recuerdo que había una gran cantidad de gente pidiendo cosas, así que imaginate la magnitud del desastre".

- Una vez que regresaron a la casa, ¿qué sentían con tu familia los días de lluvias fuertes?

- Yo trataba de sobrellevarlo y de no mostrar ese medio y esa preocupación a mi familia, pero la verdad es que lo sentía porque fue una situación traumática, e incluso hoy la sigo teniendo. Recuerdo que mis hijos, que en ese entonces eran chicos, cada vez que se largaba a llover preparaban una mochila con ropa y la dejaban lista en la punta de la cama.

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